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La interna detrás del tractorazo

Hasta el campo juega en la interna del Frente de Todos

Las fracturas del Gobierno son tales que hasta el campo interviene en ese delicado equilibrio y juega a favor de uno de los sectores en pugna

Larreta pidió no desencadenar un caos de tránsito que atrajera protestas contra los manifestantes y contra el Gobierno de la Ciudad
Larreta pidió no desencadenar un caos de tránsito que atrajera protestas contra los manifestantes y contra el Gobierno de la Ciudad
Oscar Muiño 25 abril de 2022

Apenas quince tractores y tres docenas de camionetas. Tal era la totalidad de la concentración del campo el sábado 23 cuando arrancaba la marcha de protesta, en las inmediaciones del estadio de River. Algunos se retrasaron y la marcha se lanzó igual. ¿Por qué una fuerza tan chiquita? ¿Cómo tan pocos pudieron llamar a tantos? ¿Por qué las organizaciones del sector no convocaron?

La modestia de la cabeza de la marcha era fruto de un pacto con el alcalde Horacio Rodríguez Larreta: no desencadenar un caos de tránsito que atrajera protestas contra los manifestantes y contra el jefe de Gobierno. La condición del apoyo larretista.

Organizadores formales de la demostración fueron los llamados autoconvocados. Con eje en Azul y Olavarría, en el centro de la provincia de Buenos Ares, levantan una línea dura contra el Gobierno. Por primera vez, una marcha impactante -apareció en canales europeos que no son adversarios de Alberto Fernández- no exhibe la conducción de la Mesa de Enlace. 

La Sociedad Rural, Confederaciones Rurales Argentinas, Federación Agraria Argentina y Coninagro decidieron varias cosas. Primero, sostener a todo trance al ministro de Agricultura, Julián Domínguez, al que consideran amigo del ruralismo.  

Evaluaron que poner la firma en la marcha conllevaría el desplazamiento del ministro y un endurecimiento del Gobierno. 

  • En paralelo, pidieron a Domínguez hiciera alguna manifestación pública favorable a los productores. Domínguez la hizo y la Mesa de Enlace no sólo mantuvo su palabra.

También amenazó a los autoconvocados más virulentos: si alguien provocaba desmanes o insultaba al presidente o a CFK o cualquier miembro del Gobierno, la respuesta sería la exclusión y expulsión del movimiento u organización que integrare. El acuerdo incluía no emitir documento alguno. Para la Mesa de Enlace, un pequeño grupete de dirigentes violó el pacto y leyó un texto sin consensuarlo ni consultarlo, “para lograr el aplauso de algunos seguidores duros”.  

Los organizadores esperaban juntar 20.000 personas si les iba bien. Creen que fueron muchas más y asumen que mucha gente que se sumó no es productora agropecuaria, sino que acompaña su reclamo para expresar su oposición contra la administración peronista.

La Mesa de Enlace también prohibió cualquier tipo de respaldo público a la oposición política o a algún sector de la misma. La Mesa de Enlace promoverá su posición electoral en vísperas de los comicios, y a la vista de la oferta que exista. 

Como puede advertirse, la Mesa de Enlace, aunque no llamó al acto, lo promovió por debajo, alentando la participación. Los autoconvocados jugarían el rol de “formaciones especiales” destinadas a horadar a los sectores duros del Gobierno, mejorar la capacidad negociadora de Domínguez dentro del gabinete y establecer condiciones para un acuerdo realista con la administración de Fernández. 

Las fracturas del Gobierno Nacional son tales, que hasta el campo –el rival social elegido por el kirchnerismo- interviene en ese delicado equilibrio y juega a favor de uno de los sectores en pugna. Cosas veredes…. 

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