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Ucrania, Rusia y una pesadilla que ya lleva dos años

Este sábado 24 de febrero, se cumplirán dos años desde que el presidente ruso Vladimir Putin ordenó la invasión de Ucrania en 2022. Pero, aunque Kiev ha resistido mucho más de lo que se esperaba, el futuro es poco prometedor para el país liderado por Volodímir Zelenski.

Ucrania, Rusia y una pesadilla que ya lleva dos años
Damián Cichero 22 febrero de 2024

Aunque quizás sea solo una sensación, los avances tecnológicos y las horas que les dedicamos a los celulares, computadores y demás artefactos muchas veces nos hace sentir que el tiempo pasa más rápido de lo que se cree.

Por ello, no deja de sorprender que este 24 de febrero se cumplan dos años desde que comenzó la guerra en Ucrania, allá por 2022.

Todavía está presente en la memoria de muchos, como si hubiese sido ayer, cuando el presidente Vladimir Putin les ordenó a sus tropas invadir Ucrania.

Según el mandatario, se vio obligado a proceder de esta manera como consecuencia del accionar de la OTAN, y principalmente de EE.UU., que durante años se expandió hacia Europa oriental.

Y en un momento en el que la alianza militar jugueteaba con Kiev, desde Moscú dejaron en claro que la adhesión de Ucrania era una línea roja que jamás estarían dispuestos a tolerar. 

Ahora, dos años después del inicio del conflicto, que probablemente se extenderá a lo largo de todo 2024 e incluso quizás 2025, las cifras son estremecedoras: en la primera guerra tradicional en Europa en décadas, se estima que, al menos, 14 millones de ucranianos se han visto obligados a abandonar sus casas. 

Además, se calcula que unos 10.300 civiles han perdido la vida, a lo que se suma que, si la guerra terminara hoy, Ucrania necesitaría una inversión de más de US$ 485.000 millones.

Y como si esto no fuese suficiente, aunque las cifras están visiblemente ocultas, entre 70.000 y 100.000 soldados ucranianos han perdido la vida, mientras que en el caso de Rusia las bajas militares rondan los 315.000 efectivos, aunque no está claro exactamente cuántos han muerto. 

Un futuro poco prometedor

Si bien el presente es poco alentador, lo peor podría estar por venir para Ucrania: actualmente, la guerra se encuentra en un "estancamiento" en el que ni rusos ni ucranianos están obteniendo importantes triunfos en el campo de batalla.

Sin embargo, esta situación parece ser mucho más preocupante para Kiev que, pese a que en 2023 lanzó su "gran contraofensiva", apenas ha podido recuperar parte de los territorios perdidos a manos rusas. 

En este sentido, la ofensiva "estática" parece permitirle a Rusia fortalecer su poder militar:  impulsado por los pedidos militares, y casi sin sufrir las sanciones occidentales, en 2023 el PIB de Rusia creció 3,6 %.

Por su parte, la falta de resultados es un gran dolor de cabeza para Ucrania, ya que, poco a poco, sus aliados comienzan a no darle la misma cantidad de apoyo material.

Aunque el pasado 1 de febrero la Unión Europea aprobó un paquete de US$ 54.000 millones para Kiev, para desembolsar entre 2024 y 2027, al otro lado del Atlántico la situación es menos alentadora. 

Desde el inicio de la guerra, Estados Unidos le ha entregado a Ucrania más de US$ 75.000 millones, de los cuales US$ 44.000 estuvieron destinados a ayuda militar. No obstante, desde hace varios meses, el gobierno de Joe Biden no logra que la Cámara de Representantes, de mayoría republicana, apruebe un nuevo paquete de US$ 60.000.

Más allá de qué suceda con el paquete, la falta de convicción en EE.UU. es una mala señal para Ucrania puesto que, si su principal aliado deja de brindarle ayuda, los demás actores seguramente seguirán los mismos pasos. 

Y a esto debemos sumarle que el 5 de noviembre los estadounidenses elegirán a su nuevo presidente: según los sondeos, y para mala suerte de Kiev, Donald Trump tiene serias posibilidades de volver a la Casa Blanca.

Cabe recordar que, durante su presidencia, Trump mantuvo un muy buen vínculo con Putin e incluso hace un par de semanas dijo que le "dejaría a Rusia hacer lo que quiera con los aliados de la OTAN" que no cumplan con las contribuciones financieras pertinentes (2 % del PIB nacional de cada miembro). 

Así, queda en claro que un posible retorno de Trump al Despacho Oval representaría una nueva traba para Ucrania. 

La OTAN le dijo sí a Ucrania, pero Zelenski se puso mal porque no le dijeron ni cómo ni cuándo
Volodímir Zelenski

¿Qué podemos esperar a corto plazo? 

El diálogo con El Economista, el politólogo Fabián Calle consideró que "en una guerra que se extiende en el tiempo, la ventaja la tiene el bando que tiene más hombres, más artillería y menos peso de la opinión pública como Rusia, que no tiene opinión pública que lo presione por la cantidad de muertos y heridos. Rusia depende de ella misma, de sus municiones, de su industria". 

"En cambio, Ucrania depende totalmente de la ayuda económica y de la ayuda militar occidental que ha fluido de manera masiva. Pero parte sustancial de lo que se usa en una guerra de desgaste Occidente no lo puede proveer: hombres y  municiones de artillería tradicional. Por eso, creo que vamos a una guerra de desgaste donde Rusia puede retomar la iniciativa y hasta conquistar algunos otros territorios, aunque no la veo en condiciones de volver a montar una operación masiva como la de 2022", agregó.

En esta línea, Calle remarcó que, "desde el año pasado, se viene trabajando bastante con la idea de un alto al fuego y un reconocimiento de facto por parte de Ucrania de algún porcentaje de su territorio que ha pasado a manos rusas". 

Sin embargo, el politólogo explica que "el alto del fuego no es un proceso que va a ser inmediato. El manual indica que Rusia ahora se siente un poco más estable y segura, después de que fracasó la rebelión del grupo Wagner y la ofensiva ucraniana, tal y como estaba previsto.  Nadie que supiera del arte de la guerra podía esperar que los ucranianos atravesaran fortificaciones hechas durante un año y medio. Por eso, creo que ahora Moscú no está apurado por firmar la paz".

"Y a Ucrania tampoco la veo digiriendo rápidamente la idea de perder su territorio, le resulta muy difícil aceptar eso. Entonces, creo que todo indica que se va a extender este conflicto. Por ello, no hay que descartar la idea de que Putin quiera dejar la guerra abierta durante la campaña electoral en EE.UU. y que eso sea un costo para Biden. Eventualmente, si Trump gana, podría ser el que corone el inicio de un proceso de alto al fuego", destacó. 

Por último, consultado sobre por qué EE.UU. apostó tan fuerte por Ucrania, pese a que era evidente que había pocas chances de éxito, Calle observó que esto se debe a que todavía hay toda una elite política norteamericana que ha quedado muy enganchada con la lógica de Guerra Fría. 

"Pero, claramente, el rival más importante que tiene Estados Unidos a presente y futuro es China. Trump mira las cosas de manera mucho más lineal que los demócratas y ve que el problema es China. Y se da cuenta que Rusia no puede quedar en manos de Pekín. Por eso, su idea es acercarse a Moscú, aunque esto no significa que sea blando con Rusia. La idea de que con Trump Rusia va a hacer lo que quiere no es algo serio", sentenció.

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