Tal como se preveía, Australia rechazó las propuestas de la Unión Europea para un tratado de libre comercio y, según Canberra, es poco probable que se alcance hasta dentro de varios años.
El rechazo se produce después de que grupos de la industria agrícola ejercieran una importante presión sobre el gobierno, ya que consideraban que el acuerdo no era beneficioso para su sector.
En este sentido, agradecieron al gobierno por negarse a "arrojar a los agricultores australianos bajo un autobús" al firmar un acuerdo que, según se dijo, no habría permitido que una cantidad suficiente de los productos de ese país ingresaran a la UE.
Las dos partes han estado negociando desde 2018, con una Australia ansiosa por impulsar las exportaciones agrícolas sin aranceles a la UE y ampliando las cuotas, a cambio de que Europa obtenga un mayor acceso a la industria de minerales de Australia.
El ministro de Comercio australiano, Don Farrell, después de una reunión de ministros de Comercio del G7, dijo que su intención era "finalizar un acuerdo de libre comercio", pero "lamentablemente no hemos podido avanzar".
"Las negociaciones continuarán y tengo la esperanza de que algún día firmemos un acuerdo que beneficie tanto a Australia como a nuestros amigos europeos", agregó.
Por su parte, el ministro de Agricultura de Australia, Murray Watt, dijo que la UE solo había modificado ligeramente la propuesta que puso sobre la mesa hace tres meses: "Simplemente no pudimos ver a la UE aumentar su oferta para cosas como carne vacuna, ovina, lácteos, azúcar, lo suficiente como para pensar que este acuerdo era de interés nacional para Australia".
