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Macron y una arriesgada, pero necesaria, visión a largo plazo

En las últimas semanas, el presidente francés ha generado gran revuelo en Occidente tras sugerir que podría enviar tropas a la guerra en Ucrania. Pero, lejos de caer en la irracionalidad, el líder galo estaría intentando implementar una nueva estrategia de seguridad en Europa.

Macron y una arriesgada, pero necesaria, visión a largo plazo
Damián Cichero 21 marzo de 2024

Desde ya hace dos años, la guerra en Ucrania, el primer conflicto convencional en Europa en varias décadas, es el principal asunto de análisis internacional, quizás ahora un poco opacado por los bombardeos de Israel en la Franja de Gaza. 

Pero las recientes declaraciones del presidente de Francia, Emmanuel Macron, han revitalizado los análisis al respecto: el mandatario no ha descartado enviar tropas francesas a territorio ucraniano. 

Al día de hoy, la derrota de Ucrania ya es una obviedad, aunque la gran pregunta es cuándo sucederá. De todas formas, la principal preocupación en el Viejo Continente no es una derrota de Kiev, sino que toda Europa se vea sumida en un conflicto con Rusia. 

Macron no esquiva las cámaras

Pese a las importantes críticas a su gestión, el líder galo está lejos de bajar su perfil y brinda declaraciones públicas en reiteradas ocasiones.

Fue en una de ellas en las que no descartó enviar tropas a Ucrania, ya que "si Rusia ganara, las vidas de los franceses cambiarían. Ya no tendríamos seguridad en Europa".

Pero el mandatario, consciente de la repercusión que generarían sus declaraciones, ya que la OTAN se vería directamente implicada en la guerra con una intervención de Francia, también dejó en claro que París no "lideraría la ofensiva ni tomaría la iniciativa". 

Como era de esperar, desde Moscú no retrocedieron ante el desafío francés: el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que enviar contingentes occidentales a Ucrania llevaría "no a la probabilidad, sino a la inevitabilidad de un conflicto directo" entre la OTAN y las fuerzas rusas.

Cabe recordar que el artículo 5 de la OTAN establece que, si un Estado miembro es atacado, los demás países de la alianza deberán salir en su defensa, algo muy probable si soldados franceses se posasen sobre suelo ucraniano. 

¿Es Rusia una amenaza? 

Desde que estalló el conflicto, el Kremlin ha reiterado en varias oportunidades que la invasión de Ucrania es una respuesta a la expansión de la OTAN hacia Europa oriental.

En Moscú argumentan que, tras el fin de la Guerra Fría, Occidente se comprometió a no expandir la alianza más allá de la República Democrática Alemana (la región soviética).

Sin embargo, a partir de ese momento, países como Hungría, Polonia y República Checa se unieron a la organización. Por ello, en un momento en el que la OTAN comenzaba a acercarse a Ucrania, Rusia decidió atacar para evitar que el grupo llegase a sus fronteras, línea roja que no estaba dispuesta tolerar.

Luego del ataque ruso, Finlandia, país que comparte fronteras con Rusia, se convirtió en uno de los nuevos miembros de la OTAN. No obstante, Moscú se mostró "poco molesto": el caso de Ucrania siempre será mucho más preocupante para Rusia ya que, dadas las condiciones de los terrenos, es por donde realmente puede sufrir una invasión, como le sucedió con la Francia napoleónica o la Alemania nazi. 

Así, cobra sentido que Vladimir Putin haya afirmado en varias oportunidades que no tiene interés en atacar otros países de Europa, como desde Occidente muchas veces se teme. 

Pero, más allá de las hipótesis, hay una realidad que confirma esta idea: las capacidades convencionales rusas serían ampliamente derrotadas por las de la OTAN, la "floja" performance rusa en Ucrania lo confirma. 

Por lo tanto, Rusia solo obtendría su triunfo a través del uso de su arsenal nuclear, un riesgo que ni Putin ni nadie estaría dispuesto a asumir. 

En esta misma línea, se sobreentiende que el envío de tropas francesas a Ucrania también terminaría derivando en un desastre nuclear, lo que nos hace creer que las declaraciones de Macron no deben ser tomadas textualmente. 

putin macron
Macron y Putin durante uno de sus últimos encuentros antes de la guerra

¿A qué juega Macron? 

Lo más llamativo de las declaraciones del presidente francés son cómo representan un giro de 180 grados respecto a su propia posición al comienzo de la guerra.

En 2022, el mandatario pedía "no humillar" a Rusia, advirtiendo indirectamente que no debían repetirse los "errores de Versalles" cuando, tras el fin de la Primera Guerra Mundial, Alemania fue denigrada hasta el punto de generar un revanchismo que derivó en la llegada de Hitler al poder. 

También debe tenerse en cuenta que Francia es uno de los países que "menos" ayuda económica ha enviado a Kiev (2.600 millones de euros), en comparación con otros como Alemania (17.700 millones), lo que le quita fuerza a la idea del compromiso francés con la causa ucraniana. 

Entonces, ¿a qué se debe el cambio de retórica? Como la historia lo demanda, parecería que Macron está teniendo una mirada a largo plazo en la que, consciente de que la derrota ucraniana es inevitable, Europa deberá actualizar su doctrina de seguridad, algo por lo que ha abogado desde que llegó al poder allá por 2017. 

Sin dudas, un triunfo ruso sobre Ucrania desprestigiaría a la OTAN, se pondría claramente en duda su confiabilidad y generaría que Europa se sienta más indefensa que nunca. 

Pero a esto se sumaría que, más allá de los errores de la propia alianza, es probable que la vuelta de Donald Trump al poder en EE.UU. golpee aún más a la alianza.

Cabe recordar que, durante su mandato, el líder republicano criticó duramente a la alianza, incluso amenazando con retirar tropas estadounidenses del Viejo Continente.

Y ahora, lejos de haber cambiado de postura, Trump ha ido mucho más allá: recientemente dijo que, si vuelve a la Casa Blanca (algo muy probable según las encuestas), alentaría a Rusia a "hacer lo que quiera" con los aliados de la OTAN que no aporten el dinero estipulado a la causa (2 % de sus PIB). 

Intentando seguir los pasos de De Gaulle

La postura de Macron no es nueva en Francia: Charles de Gaulle, el líder más importante del país galo en el siglo xx, tampoco confiaba plenamente en sus aliados estadounidenses. 

Los problemas entre Washington y París comenzaron en 1956: tras la nacionalización egipcia del canal de Suez, el Reino Unido, Francia e Israel invadieron Egipto, pero Estados Unidos los obligó a retirarse. 

El accionar de Washington hizo dudar seriamente a De Gaulle acerca de si EE.UU. defendería a Europa de un ataque extranjero, y esto lo impulsó a buscar la autonomía francesa: decidió que Francia creara su propio arsenal nuclear sin ayuda de Washington y, un par de año después, se retiró de la OTAN porque se negaba "a ver a Francia implicada automáticamente en una guerra, por decisión de otras naciones".

Incluso, en 2019, el propio Macron dejó en claro que compartía esta postura, cuando consideró que "lo que estamos experimentando actualmente es la muerte cerebral de la OTAN" debido a la imprevisibilidad estadounidense bajo Trump.

Pero ahora, la guerra en Ucrania, a lo que se suman otros factores como la salida del Reino Unido de la Unión Europea o el retiro de Angela Merkel, le han dado la oportunidad al líder francés de ir en busca de este sueño de "autonomía europea".

Él mismo lo ha manifestado en declaraciones anteriores: "Al depender demasiado del exterior estamos preparando los problemas del mañana. Cuando tenemos tensión al mismo tiempo, nuestros amigos estadounidenses pueden tener otras prioridades y ofrecer sus capacidades al ritmo de sus necesidades y prioridades", en lo que es una clara referencia a las tensiones entre EE.UU. y China, la verdadera preocupación de la Casa Blanca. 

Además, remarcando que los intereses vitales de Francia tienen una "dimensión europea", también ha declarado que la nueva estructura de seguridad de Europa solo se conseguirá negociando "con" Rusia. 

Macron es consciente de que, para que esto suceda, Europa necesita creer en sí misma y en su propia capacidad de defenderse, ya que solo así podrá tener más voz y voto ante EE.UU.: sin dudas, el temor a no contar con la defensa estadounidense fue lo que no le permitió al Viejo Continente oponerse con mayor vehemencia a la expansión de la OTAN. 

Y para Macron, su país, el único que posee armas nucleares dentro de la UE y tiene la fuerza militar más grande de Europa después de Rusia, es el que puede liderar esta cruzada, aunque el mandatario deberá tener cuidado de que esto no se le vaya de las manos. 

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