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Evergrande y crisis energética

La economía china, en momentos críticos

Habrá que estar atentos a que los malestares que aquejan a China no se conviertan en una gran crisis que afecte a todo el mundo.

Evergrande y la crisis energética afectan la economía de China.
Evergrande y la crisis energética afectan la economía de China. Archivo.
Natalia Motyl 14 octubre de 2021

China está atravesando momentos críticos en su historia. Un cambio de rumbo en materia político-económica hacia una mayor presión estatal está generando una serie de cimbronazos en toda su economía, que se suman a los problemas preexistentes. Se está gestando un marco propicio para que el Gigante Asiático sufra una fuerte desaceleración de su economía, desde la última crisis de la pandemia. 

Obviamente, es de sumo interés la evolución de China porque una desaceleración de su economía afectaría a un país como el nuestro. 

Actualmente, dos frentes están afectando la economía de China. 

Evergrande 

Evergrande, una inmobiliaria que acumula pasivos por US$300.000 millones y que no es capaz de hacer frente a sus obligaciones, puede gestar un efecto dominó en todo el sistema inmobiliario y bancario chino. En los últimos días, dos agencias inmobiliarias de Hong Kong demandaron a Evergrande Group por comisiones impagadas y este tipo de noticias provoca mucho pánico en toda la economía del Gigante Asiático. 

A su vez, la semana pasada el gigante inmobiliario anunció que suspendió la negociación de sus títulos cotizados en la Bolsa de Hong Kong, afectando a "todos los productos estructurados relacionados con la empresa". Desde que comenzó el año, la empresa ya ha perdido el 80% de su valor. Sin embargo, las acciones de esta inmobiliaria china, constituyen la menor de las preocupaciones, lo que más preocupa son los bonos, una deuda que carece de trasparencia. 

Cabe remarcar que Evergrande es la segunda empresa inmobiliaria más grande de China. Los apartamentos en China se pagan por adelantado y luego se construyen, a diferencia de otros mercados inmobiliarios en el mundo en que se suele pagar por etapas a medida que la construcción va avanzando. Esta mecánica se dio en un contexto en el que la demanda estaba muy alta y los precios se inflaron. El negocio de Evergrande se basaba en que los precios de los departamentos sigan creciendo. 

No obstante, el Gobierno de Xi Jinping comenzó a intervenir el mercado inmobiliario: i) limitaciones al incremento de alquileres y venta de departamentos; y, ii) parejas casadas solo pueden comprar un solo departamento. Además, la crisis de la pandemia también afectó la demanda. Ahora hay que agregarle la crisis energética que está afectando a todo el sector de la construcción. Todo esto generó que los precios del sector inmobiliario dejaran de crecer, afectando la dinámica del sector.  Por otra parte, como se mencionó, el sector venía acumulando una deuda, de US$ 300.000 millones. Es una deuda poco transparente, según trascendió en los medios, de varios bancos chinos, lo que puede ser más preocupante que la deuda en sí.  

El riesgo radica no solo en un incumplimiento, sino en que no se sabe quién posee exactamente los bonos y qué bancos chinos han emitido préstamos y si existen reclamaciones y pasivos con las subsidiarias del grupo. Si bien muchos invesores podrían soportar la quiebra total de los bonos, esta incertidumbre sobre la interdependencia financiera de Evergrande es un gran riesgo de contagio. Por tanto, no se puede descartar una crisis financiera. Esto no tiene que volverse global, pero podría sacudir a China.  

Crisis energética 

La crisis energética es otro de los problemas que está afectando a la economía de China. Según las últimas noticias, China ha comprado carbón a Australia, a pesar de la tensión entre ambos países, en una muestra de la gravedad del desabastecimiento. Luego de la pandemia muchas empresas manufactureras presentaron un crecimiento interanual que superaba el 10%.  

Este incremento de la demanda no pudo ser satisfecho por una oferta que se vio restringida por las mismas políticas gubernamentales que el año pasado se dispusieron a reducir la contaminación vía carbón. Además, sectores que producían carbón también se vieron afectados con regulaciones de precios por parte del gobierno chino. Muchos redujeron la producción o cerraron. 
Obviamente, esto afectó a aquellos sectores intensivos en energía como el aluminio, el acero, el cemento que tuvieron que cancelar pedidos, perder clientes y despedir personal. 

Tanto la crisis energética como el caso de Evergrande no son hechos transitorios que se deban desestimar. China es un gigante del que dependen muchos países como el nuestro. Una desaceleración de la economía china en los próximos años, por ejemplo, provocaría una caída de los precios de las commodities, en un país que exige a gritos divisas provenientes del exterior.  

Además, podría gestarse un escenario económico en el que pequeños shocks que afectan a un solo país, como China, terminen afectando a otros países ?que estaban sanos-. Esto se debe a: i) el tamaño de la economía; y, ii) al grado de integración económica entre ambos países.  

Si China entra en crisis, compra menos y, como es el segundo mayor comprador de Argentina, eso podría provocar una crisis de la balanza comercial. Argentina podría verse obligada a devaluar fuertemente, junto con los demás países de la región.  

Por otra parte, una crisis así también generaría una salida de capitales mayor que la que está viviendo nuestro país desde hace años. Un país como el nuestro que necesita de financiamiento del exterior encontraría serias dificultades para obtener de esos capitales que tanto necesita. 

Como vemos, la crisis de China no es menor. Habrá que estar atentos de que los malestares no se conviertan en una gran crisis económica sin precedentes. 
 

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