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FAO: aniversario en un momento trascendental para la humanidad

La FAO aún no logró completar en su totalidad los objetivos propuestos en 1945 y lejos está de que el hambre a nivel mundial sea erradicado. Por ello, si se desea que tenga éxito, es indispensable la colaboración activa de los distintos miembros que forman parte de la misma.

FAO: aniversario en un momento trascendental para la humanidad
Manuel Ignacio Carreras 19 octubre de 2023

La cuestión alimenticia conlleva una enorme preocupación a nivel mundial, en donde los Estados se convierten en generadores de alternativas para solucionar un problema de carácter esencial para la supervivencia del ser humano.

A partir del año 1945, a causa del final de la Segunda Guerra Mundial, se crearon un conjunto de organizaciones dependientes de la naciente Organización de las Naciones Unidas (reemplazando a la no tan eficiente Sociedad de las Naciones) tales como la OIT, la Unesco, Unicef, Acnur, entre otras. 

Sin embargo, a causa de las grandes hambrunas producidas por la guerra, las potencias decidieron que era de vital importancia crear un organismo que se ocupase de conducir todas las actividades de carácter internacional que tengan como objetivo la erradicación del hambre en el mundo. Dentro de este contexto, el 16 de octubre de 1945 se crea la FAO (por sus siglas en inglés) o ONUAA (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) con un total de 44 Estados miembros.

Los inicios de la FAO radican entre finales del Siglo XIX y comienzos del Siglo XX, cuando en la ciudad de Roma en 1905, se llevó a cabo una conferencia que devino en la creación del Instituto Internacional de Agricultura. 

En 1943, el por entonces presidente de Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt (asesorado por el economista y nutricionista Frank McDougall) decidió convocar a funcionarios de más de 40 gobiernos de todo el mundo a una conferencia internacional de las Naciones Unidas sobre la alimentación y la agricultura. 

La convocatoria fue todo un éxito y luego de un primer encuentro en Estados Unidos, se reunieron en Canadá, estableciendo un compromiso por el cual se crearía en los años venideros una organización formal que le diese un fundamento jurídico e institucional a las intenciones que todos los gobiernos compartían. 

Dos años más tarde, en octubre de 1945 en la ciudad de Quebec (Canadá), durante dos semanas se realizó la primera sesión que concluyó con la creación oficial de la FAO, donde se transfirieron todas las funciones que antes pertenecían al Instituto Internacional de Agricultura.

La FAO posee dos sedes principales, una Washington D.C. (Estados Unidos) y otra en Roma (Italia). Actualmente posee 194 Estados miembros plenos, un organismo internacional (Unión Europea) y 2 Estados asociados, donde cada uno de ellos posee delegaciones frente a dicho organismo. Su organigrama lo componen diferentes departamentos que se adecuan al mismo objetivo de solucionar los problemas alimenticios de la población en su conjunto: desarrollo económico y social, cooperación técnica, tierras y aguas, pesca y acuicultura, biodiversidad, forestal, clima y agricultura.

El organismo es presidido por un director general el cual es elegido por votación de cada uno de los Estados miembros por un mandato de cuatro años y solo puede ser reelecto por un período más de la misma duración. Actualmente, Qu Dongyu de la República Popular de China es quien encabeza la organización desde el año 2019.

Además de poseer un director general, la FAO tiene una conferencia integrada por los Estados miembros, los cuales se reúnen con una periodicidad de dos años, con el fin de realizar una exhaustiva revisión de todo el trabajo llevado a cabo por la organización y, sobre todo, aprobar el presupuesto para los próximos dos años. 

La conferencia, a su vez, tiene la obligación de seleccionar un consejo del cual forman parte todos los Estados miembros, encargado de sesionar entre los períodos de sesión de la conferencia. De esa manera se garantiza un mayor control sobre todas las actividades que realiza la FAO durante esos años.

Dentro de los principales objetivos de la organización, se encuentran: lograr la seguridad alimentaria, en apoyo a los agricultores más chicos con el objeto que sean capaces de maximizar su producción, sea cual sea su país; consolidar la colaboración entre empresas privadas y los Estados con el fin de mejorar la producción agropecuaria; lograr mayores niveles de comunicación y de voluntad política para conseguir una transición hacia una agricultura sostenible; fomentar los sistemas agrícolas y alimenticios que sean eficientes e integradores; la reducción de la pobreza rural; fomentar que la actividad forestal y de la pesca sea sostenible y a su vez, más productiva; asegurar la reducción de la malnutrición.

La guerra entre Rusia y Ucrania provocó que muchos de los insumos para alimentos se vean afectados de manera considerable, especialmente en los precios del trigo, al ser estos países dos de los principales exportadores mundiales de esta materia prima. 

La crisis obligó a países como por ejemplo Egipto (el mayor importador de trigo en el mundo) a modificar su matriz productiva y abocarse a la maximización de su propia producción de trigo y buscar mercados paralelos para poder reemplazar las importaciones que provenían de los países europeos.

A lo largo de más de siete décadas de existencia, la FAO fue eficiente en varias áreas, tales como la erradicación de la peste bovina en el 2011 , la firma del Tratado sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura en 2004 (regulando la conservación de cualquier componente de biodiversidad vegetal), el Codex Alimentarius (con el objeto de mejorar la salud del consumidor y desalentar las prácticas desleales en el comercio), el Código de Conducta para la Pesca Responsable, la creación del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial y el Sistema de Información sobre el Mercado Agrícola (permitiendo la promoción de la transparencia y la coordinación del accionar político frente a los riesgos de mercado).

Es evidente que la FAO aún no logró completar en su totalidad los objetivos propuestos en 1945 y lejos está de que el hambre a nivel mundial sea erradicado. Su lema "fiat panis" en latín significa "hágase el pan", aunque por el momento no se vislumbra que en un futuro cercano eso sea una realidad en el globo. 

Si se desea que un organismo internacional tenga éxito, es indispensable la colaboración activa de los distintos miembros que forman parte. Dichas acciones no bastan solamente con la coordinación de un consejo superior, sino que es indispensable la real convicción de sus integrantes en la correcta articulación de políticas comunes que se apliquen con eficiencia en cada una de las naciones.

La FAO, ni ningún organismo internacional posee un poder de castigo sobre los Estados, ya que todos son plenamente independientes y depende de cada uno de ellos la relevancia que se le otorgue a esta temática en sus respectivas agendas nacionales.

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