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EE.UU. versus China: La realidad frena las aspiraciones morales de Washington

Aunque Washington se compromete cada vez más con la defensa de la libertad de Taiwán, no puede evitar que sus principales aliados, como la Francia de Emmanuel Macron, continúen relacionándose con China como consecuencia de su gran peso económico en el sistema internacional.

EE.UU. versus China: La realidad frena las aspiraciones morales de Washington
Damián Cichero 05 abril de 2023

Desde hace años, EE.UU. se encuentra en un conflicto global con China, país al que considera su principal desafío en el sistema internacional. 

Prueba de ello es que, más allá de sus intereses particulares, intenta contener a China en todas las áreas, incluida la intención del gigante asiático de recuperar Taiwán.

Justamente, en un momento en el que EE.UU. está más polarizado que nunca, una de las pocas cosas en las que coinciden demócratas y republicanos es en que Pekín amenaza su hegemonía y el orden liberal.

Por ello, continuamente, ambos bandos no solo se solidarizan públicamente con Taiwán, sino que le dan claras señales de apoyo: este miércoles, pese a las advertencias chinas, el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, se reunió con la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, en California.

Y algo muy similar ocurrió el año pasado, cuando la demócrata Nancy Pelosi, hasta ese momento presidenta de la Cámara, viajó a Taipéi, convirtiéndose en la funcionaria norteamericana de más alto rango en visitar Taiwán durante el siglo XXI.

El encuentro 

McCarthy, quien ocupa el tercer puesto en la jerarquía de liderazgo de EE.UU., recibió a Tsai en la Biblioteca y Museo Presidencial de Ronald Reagan, en Simi Valley, California, cerca de Los Ángeles.

Así, se convirtió en el funcionario de mayor rango en reunirse con un líder taiwanés en suelo estadounidense desde 1979, año en el que Washington dejó de reconocer a la isla como la "verdadera China".

"La amistad entre el pueblo de Taiwán y Estados Unidos es un asunto de profunda importancia para el mundo libre. Y es fundamental para mantener la libertad económica, la paz y la estabilidad regional", dijo McCarthy.

"Cumpliremos con nuestras obligaciones y reiteraremos nuestro compromiso con nuestros valores compartidos detrás de los cuales todos los estadounidenses están unidos", agregó. 

Legalmente, EE.UU. no tiene vínculos diplomáticos con Taipéi, aunque su relación se ha regido por la "Ley de Relaciones con Taiwán", que brinda una base legal para proporcionarle a la isla los medios para defenderse. Hoy en día, EE.UU. es su principal proveedor de armas. 

Por su parte, China considera a Taiwán una provincia rebelde desde 1949, fecha en la que el Partido Comunista derrotó al Kuomintang y estos se refugiaron en la isla de Formosa. 

Como era de esperar, desde Pekín no reaccionaron para nada bien al nuevo encuentro: envió un grupo de portaaviones frente a las aguas del sureste de la isla. El año pasado, tras la visita de Pelosi, también había organizado juegos de guerra a su alrededor. 

Lo ideal versus la realidad 

Aunque la causa democrática de EE.UU. parece muy justa, el país se enfrenta a un problema: con un PIB de más de US$ 14 billones, China ya está consolidada como la segunda economía mundial. Además, la participación china en el comercio total de EE.UU. (exportaciones + importaciones) es mayor al 15%.

Por ello, en plena crisis económica internacional, ni EE.UU. ni sus aliados pueden dejar de comerciar con el gigante asiático más allá de sus ideales.  

Así quedó en claro este mismo miércoles, cuando el presidente de Francia y aliado de Joe Biden, Emmanuel Macron, llegó a China para reunirse con Xi Jinping.

El año pasado, Macron se encontró con Biden en Washington y ambos prometieron coordinar sus preocupaciones con respecto al "desafío de China al orden internacional basado en reglas, incluido el respeto por los derechos humanos".

Por ello, como buen aliado, antes de llegar a China, Macron se comunicó con Biden y "los dos líderes han mencionado su voluntad conjunta de involucrar a China para acelerar el final de la guerra en Ucrania y participar en la construcción de una paz sostenible en la región".

Sin embargo, aunque esta parece ser la principal misión de Macron, el mandatario fue acompañado por una gran delegación de empresarios, que incluye a representantes de Airbus, LVMH y el productor nuclear EDF, demostrando que tiene más objetivos. Para Francia, China es su sexto mayor socio comercial. 

En este sentido, consideró que "escuchamos voces cada vez más fuertes que expresan una fuerte preocupación por el futuro de las relaciones entre Occidente y China que, de alguna forma, llevan a la conclusión de que existe una espiral ineludible de crecientes tensiones".

"También existe la impresión de que el desacoplamiento de la economía china ya está en marcha y que la única pregunta que queda es el ritmo y la intensidad. No creo, en todo caso no quiero creer, en este escenario", agregó. 

Así, Macron confirmó que, pese a que Occidente intentará contener el avance chino, "reducir el riesgo no significaba romper los lazos comerciales con China".

"No hay contradicción en reducir la dependencia de Europa de China en sectores estratégicos como las telecomunicaciones y aumentar los vínculos comerciales en otras áreas", sentenció. 

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