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Un doble silencio hirió aún más a los títulos argentinos

El hemisferio norte se debate entre otra ola de Covid y alta inflación, y los papeles argentinos sufrieron duras caídas

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Luis Varela 23 noviembre de 2021

Los niveles de confianza y de posición amigable con los mercados de capitales volvieron a marcar ayer de manera drástica el ritmo de las inversiones en todo el mundo. Cuatro señales muy específicas actuaron como semáforos para la marcha del dinero y los resultados de las cotizaciones fueron notables.

De mayor a menor, por su incidencia sobre la cantidad de negocios con los que impactan, la novedad más importante de ayer fue la decisión del Presidente de EE.UU., Joe Biden, de mantener en su cargo al titular de la Reserva Federal, Jerome Powell (proponiendo como vice del organismo a su preferida demócrata Lael Brainard), por lo que queda ratificado el paulatino achicamiento de los estímulos y la gran chance de que a mediados de 2022 llegue finalmente la suba de las tasas cortas para los papeles estatales norteamericanos.

Esta perspectiva de ir recortando los estímulos (la compra de bonos de parte de la Fed en Wall Street) provocó una inmediata suba del dólar contra casi todas las monedas del mundo, generando a su vez un descenso, en algunos casos muy fuerte, en posiciones que fueron tomadas últimamente como reservas de valor, como los metales preciosos o los criptoactivos.

El impacto local

En segunda instancia, porque lo ocurrido impacta directamente sobre el mercado argentino, lo más importante para el mercado local, en un día feriado, fue el doble silencio de los negocios en Buenos Aires y sobre todo la continuidad del mutismo de la vicepresidenta Cristina Kirchner, que sigue sin avalar con su propia boca, o con un "tuit" personal que apoya sin restricciones el acuerdo al que llegue el ministro Martín Guzmán con el Fondo Monetario Internacional.

Fueron tantas las idas y venidas, las promesas incumplidas, del ministro de Economía y del presidente Alberto Fernández, que los inversores locales y extranjeros entienden que la que toma la decisión definitiva sobre lo que hará el Gobierno en lo que resta del actual mandato es solamente Cristina, y su silencio -que puede ser para preservarse y no involucrarse en lo que se haga hasta ver el resultado- hace temer que Argentina seguirá con una posición absolutamente no amigable con los mercados de capitales.

De esa manera, ayer, a pesar de que el mercado local estuvo en silencio por no tener actividad por el feriado, el mutismo de Cristina empujó nuevamente hacia abajo, de manera fuerte, a los activos argentinos, que anotaron ayer en Nueva York descensos de hasta el 5%, por lo que el riesgo país de la Argentina, en un día sin negocios, trepó nada menos que 32 unidades, y llegó a un nuevo récord pos canje de 1.776 puntos básicos.

El tercer tema que sacudió ayer a los mercados del mundo ocurrió en Rusia, un país que está sufriendo una intensa nueva ola de Covid-19, con más de 8.000 muertos en la última semana, en un ambiente en el que hay mucha población antivacunas, más por desconfianza en el gobierno de Putin: muchos rusos confían en que una vacuna del gobierno sea positiva para sus vidas. Y, sin vacunarse, los contagios se siguen expendiendo (como pasa en muchos países de Europa del Este) y detrás de eso el mercado de capitales ruso tembló, con una caída del 3,5% en la Bolsa de Moscú y con un nuevo salto en el valor del dólar, tanto que en menos de dos semanas la paridad pasó de 69 a 75 rublos por dólar, con un aumento del 8,5%.

El caso de Chile

Y el cuarto semáforo destacable en los mercados de ayer fue lo corrido en el mercado chileno. Después de una primera vuelta sorpresiva, en la que el candidato de derecha José Kast tuvo el 28% de los votos en la presidencial del domingo y el de izquierda Gabriel Boric el 25,6%, por lo que irán a balotaje el 19 de diciembre. 

Hasta ahora se creía que Boric tenía ventaja y el primer puesto de Kast provocó un notable brinco en el mercado trasandino, con la Bolsa de Santiago anotando una violenta suba de casi 10%, al tiempo que a contramano de lo que pasó en casi todo el mundo, el dólar bajó fuerte contra el peso chileno, al retroceder de 840 a 811 chilenos por dólar en los últimos tres días.

A nivel local, las promesas de Guzmán de llevar un plan plurianual de intento de acuerdo con el FMI al Congreso y el congelamiento de tres días con amenaza de suba de retenciones a la carne, de parte del secretario Roberto Feletti, en contra de lo que dice querer el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, son vistas como voces difusas en sintonía FM. Los inversores ya no muestran desconfianza, sino una total falta de credibilidad con el mercado local, con la líder oficialista Cristina eligiendo preservarse políticamente, en vez de dar una señal que clarifique las cosas.

Con ese marco, la decisión de los inversores, desde el último ahorrista hasta las empresas grandes, es seguir abandonando posiciones en pesos, por lo que el stock de depósitos que hay en los bancos sigue en retroceso. Y como esos depósitos son encajados en el Banco Central, las reservas líquidas de la autoridad monetaria siguen retrocediendo.

En la permanente estrategia de vamos viendo, sin plan, como requiere específicamente el FMI desde diciembre de 2019, el Gobierno tiene la esperanza de que la liquidación de la cosecha de trigo permita realizar los pagos que debe hacer el país con el Fondo hasta bien entrado enero, y que recién en ese momento buscar un acuerdo sustentable, pero respaldado con una oposición que por ahora solo ve palabras en el aire. 

Ayer, la decisión de Biden de que Powell siga retirando estímulos afectó a la Bolsa de Nueva York, que terminó con bajas, sobre todo al final: el Dow finalizó casi sin cambios, pero el S&P achicó 0,3% y las tecnológicas cayeron 1,3%, presionadas sobre todo por la ola de impuestos que les quieren colocar los gobiernos en todas partes. También hubo bajas en las bolsas latinoamericanas: 0,6% en México y 0,9% en San Pablo.

Estos resultados son producto de una única verdad: a pesar de la tercera ola de covid, la tensión inflacionaria mundial es intensa (Goldman Sachs dijo que la suba de precios en EE.UU. tiene todavía mucho para recorrer) y eso afectó a las materias primas. Aunque el petróleo volvió a subir (por movimientos entre las reservas de EE.UU. y la estrategia de la Opep), los metales preciosos cayeron fuerte. Los metales básicos siguieron sostenidos. 

Las criptomonedas sufrieron caídas de hasta el 7% (el Bitcoin pierde US$ 10.000 desde el ETF). Y la única esperanza que apareció para Argentina fue otro día positivo para los granos, sobre todo para el trigo, que saltó y llegó a máximos de nueve años.

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