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Suba notable

La Bolsa saltó con el mayor volumen luego de las primarias

Los operadores creen que está asegurado que el 14 de noviembre habrá un resultado similar a las PASO y eso convierte a las urnas en un driver que impulsa de las acciones argentinas

Ayer la Bolsa de Buenos Aires pegó un salto del 3,3%.
Ayer la Bolsa de Buenos Aires pegó un salto del 3,3%. Archivo.
Luis Varela 21 octubre de 2021

En medio de una sucesión de situaciones ciertamente caóticas, con un congelamiento de precios que enfrenta al Gobierno con las empresas, con más piquetes en diferentes puntos, con ferrocarriles también paralizados, con bonos argentinos aplastados y con todos los precios de los dólares libres subiendo, la Bolsa porteña volvió a destacarse ayer, con una suba notable, en medio de un mundo bursátil que está prácticamente paralizado.

Tal como se viene repitiendo desde hace semanas, el mundo económico sigue atravesando dificultades en la lenta salida del Covid-19, con súper emisión de dinero en casi todas las naciones y con problemas productivos en las empresas e inconvenientes en los suministros, que -con mucho dinero en los bolsillos de los consumidores- siguen provocando una presión inflacionaria ciertamente preocupante en todas partes.

Y ayer no fue la excepción. Mientras se está viendo un notable cambio de posición de muchos trabajadores en los países que tienen leyes laborales flexibles (renuncian a puestos mal pagos o incómodos y toman otros lugares), los valores de muchas materias primas claves para el suministro de las actividades económicas siguen mostrando subas difíciles de digerir. 

Commodities en alza  

Así, con debilidad en casi todas las monedas en cuanto al poder de compra de las cosas, el petróleo volvió a subir fuerte ayer a máximo de siete años. Los metales básicos (insumos de las industrias) alcanzan valores astronómicos: ayer por ejemplo el níquel saltó 5% (arriba de US$ 21.000 por tonelada) en máximo de diez años. Y los granos también estuvieron firmes, aunque con subas mucho menores, y que los ubican 30% por debajo del tope de nueve años tocado hace cinco meses.  

Pero probablemente lo más distintivo del día sucedió con el precio de las posiciones refugio clásicas. El oro se va acercando nuevamente a los US$ 1.800 dólares. La onza de plata saltó ayer 3% y está otra vez arriba de US$ 24. Y, por lejos, la estrella del día fue nuevamente el Bitcoin, que ayer atravesó su segundo día de ETF (con promesa del lanzamiento de un ETF secundario) que llevó a la criptomoneda más conocida a un aumento del 3,7% hasta un récord por encima de los US$ 66.100, por lo que sube 127% en los últimos noventa días. 

Toda esta ebullición en las materias primas y en los activos de refugio obedece sin lugar a ninguna duda a una huida generalizada del dinero en efectivo. Los inversores saben que los gobiernos no tienen más remedio que liberar dinero sin parar, para que las economías y los sistemas financieros no colapsen, por lo que se está provocando una veloz licuación del efectivo, no sólo del dólar sino de todas las monedas, en todas partes. Ayer, de hecho en el exterior el dólar estuvo mixto en el mercado cambiario mundial: subió 0,4% en Chile, 0,1% en Brasil y no cambió en Japón, pero bajó 0,1% contra el euro, 0,2% contra la libra y cedió 0,3% en México. 

Pero en un país debilitado como Argentina, el valor de todos los dólares libres siguió subiendo, aunque en realidad lo que está pasando es que el peso argentino baja contra todas y cada una de las monedas contra la que se lo quiera ver. Ayer el dólar turista no subió y cerró a $173,05, el oficial no fue tocado y cerró a $104,88, pero el dólar blue trepó $1 hasta $188, el nivel máximo de todo este año. El dólar mayorista subió 4 centavos hasta $99,35, con el BCRA sumando apenas US$ 6 millones a las reservas con súpercepo recargado. En tanto que el dólar Senebi no cambió y cerró a $195. Pero el dólar MEP subió 24 centavos hasta $178,60 hasta un nuevo récord y el contado con liquidación subió 24 centavos hasta $178,70, quedando a apenas 1% del máximo valor de todos los tiempos. Por lo que la brecha entre el dólar oficial y el blue subió al 79,2% y la del CCL con el mayorista subió al 79,9%. Y la debilidad de la moneda local no es sólo contra el dólar: medidas en pesos, la libra subió 43 centavos hasta $137,39, el euro subió 21 centavos hasta $115,76 y el real subió 13 centavos hasta $17,87.  

Los bonos siguen flojos  

Por supuesto, con semejante cuadro de situación, los bonos argentinos siguen completamente aplastados. El riesgo país cedió 10 unidades, hasta 1.638 puntos básicos, pero los bonos más cortos del canje regidos por ley argentina tienen tasas insólitas a vencimiento: el bono  AL29 promete pagar 23% anual y el AL30 al 22% (los que los tienen no los venden pero no aparecen compradores nuevos). Y, para comparar, puede decirse que las tasas largas de los bonos de EE.UU. prometen pagar 1,15% anual a 5 años, 1,64% a 10 años y 2,13% a 30 años, casi veinte veces menos. 

Lo llamativo de todo este cuadro de alta inflación mundial y licuación del efectivo es que las Bolsas del mundo están en una especie de zona de transición, sostenidas, pero sin moverse demasiado. Ayer, por ejemplo, la bolsa de Nueva York tuvo al Dow y al S&P con mejoras del 0,4%, pero el Nasdaq terminó 0,1% abajo. Y las bolsas latinoamericanas están absolutamente estáticas: hubo una suba del 0,1% en la Bolsa de San Pablo y una baja del 0,2% en la de México. 

Sin embargo, en medio de toda esa cámara lenta internacional, los papeles privados argentinos ciertamente volaron. Con el mejor volumen diario negociado desde el 13 de septiembre pasado (es decir desde el día posterior a la derrota electoral del Gobierno en las PASO), la Bolsa de Buenos Aires pegó un salto del 3,3%, con $2.803 millones operados en acciones y $3.339 millones en Cedears. Y la suba fue indiscutible, ya que los ADR argentinos que se negocian en Nueva York tuvieron una suba en bloque de hasta el 8%, con firmas como Francés, Edenor, Macro y Galicia en el tope de los rendimientos. 

Fue tan notable la mejora de las acciones, con el peso argentino perdiendo valor y los bonos tan aplastados que fue necesario hacer una interconsulta entre varios operadores bursátiles para encontrar cuál es la explicación que da el espinel para este momento de ebullición. Y, notablemente, la respuesta que se repitió en todas y cada una de las voces fue más o menos la misma: "Cuanto peor, mejor". 

¿De qué se trata semejante conclusión? Simple: ayer se sucedieron tantas decisiones oficiales equivocadas que los inversores en acciones están convencidos que sería un milagro que el Gobierno logra modificar los resultados que se dieron en las PASO. Y los motivos pueden verse en el siguiente punteo: 

1) El congelamiento unilateral que terminó aplicando el flamante secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, abarca a apenas el 1% de todos los productos que están en venta en el país, por lo que la movida fue tomada como un "show electoral", para convencer a algunos votantes de que los culpables son los empresarios, y que hay un Gobierno que los defiende parando los precios y repartiendo plata. 

2) El presidente Fernández visitó Chubut, ya que esa provincia pone 3 senadores en juego. En las PASO JxC sacó el 39,5% de los votos, el FdT el 26% y el partido del Gobernador (que está peleado con el Gobierno) obtuvo el 13%. Y ayer, en un acto en el que el Presidente fue a hacer campaña, el intendente de Trelew tomó el micrófono, y cuando empezó a reclamar por obras prometidas que no fueron cumplidas, le cortaron el micrófono. 

3) También se produjo otro ataque de representantes mapuches quemando un club andino en El Bolsón, Río Negro. La gobernadora de esa provincia reclamó ayuda federal y el Presidente termino ordenando que vaya la Gendarmería, ya que media Patagonia está muy alterada con ese movimiento.  

4) Y ayer, mientras economistas de distintas extracciones avisan que la múltiple emisión que se está haciendo está planteando una situación muy peligrosa, el número de la resolución que le tocó a la medida de Feletti para congelar los precios hasta Reyes fue nada menos que 1050, un número fatídico, ya que recordó inmediatamente a la Circular 1050 que plantó la indexación que aplicó el exministro de Economía de la dictadura de Videla, José Alfredo Martínez de Hoz en 1980. 

"Este Gobierno que no van a poder dar vuelta la elección de ninguna manera. Por eso, la elección puede aparecer como un driver temporal, que genere un pulso alcista para las acciones. Pero, atención, hay que estar muy listo para desenfundar, porque un informe del Bank of América, que acierta bastante seguido pronostica que ni bien se vote Argentina tendrá ajuste fiscal y cambiario. Lo cual plantea que estamos en una clásica joroba de camello (suba inicial de precios con baja posterior), a la que le tenemos que sacar todo el jugo posible, pero sin engolosinarnos", resumía un operador. 
 

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