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A la espera del IPC de marzo

Hoy Guzmán sentirá otros tres golpes de los no alineados

La situación de hoy será compleja: hablará Cristina, habrá un movimiento masivo en contra del Gobierno y el Indec confirmará que tenemos la inflación más alta en 20 años

Martín Guzmán.
Martín Guzmán.
Luis Varela 13 abril de 2022

A siete semanas de la primera auditoría del FMI, con la sensación de que será aprobado ya que se mirarán los números con cierre a marzo, el ministro Guzmán tuvo ayer un fuerte respaldo de parte de algunos altos funcionarios del Gobierno, como por ejemplo Aníbal Fernández, quien se declaró fanático del ministro de Economía, reclamando además que "quien no esté de acuerdo con la política económica no debería estorbar".

Pero, un día después de que Guzmán declaró que “gestionaremos con gente alineada con el programa económico”, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, que está buscando respaldo de Cristina para lanzarse a un intento de reelección en 2023, se declaró alineado, pero no con Guzmán, sino con los no alineados, y ayer mismo lanzó un plan antiinflacionario, en el que lo acompañó el secretario de Comercio Roberto Feletti, planteando más de lo mismo: control de precios, ferias comunitarias concentradas y control estricto a los comercios.

Todo eso se dio un día antes de que hoy se desaten dos hechos detonantes: a las 16 el Indec dará a conocer el IPC de marzo, que en principio daría 6,3% mensual y 54% anual (la variación inflacionaria más alta desde 2002). A lo que se sumará una movilización social organizada por los movimientos de izquierda en 87 ciudades de todo el país, con bloqueo de la 9 de Julio en el foco de la protesta, luego de que el ministro de Desarrollo Social Juan Zabaleta dijo tener siete reuniones en el que les planteó el reemplazo de puestos laborales, sin más planes, a lo que recibió una negativa absoluta.

El mensaje de Cristina

Semejante ruptura en la coalición oficialista vendrá acompañada este mediodía por un discurso que dará Cristina Kirchner, que tiene bastante nervioso a todo el Gobierno. A lo que se agregó un guiño del papa Francisco que salió a respaldar claramente al ministro del Interior Wado de Pedro, que en los rumores de los últimos días sería desplazado a Justicia, para que Agustín Rossi, crucificado en Santa Fe por CFK en la última elección, vuelva al gabinete en lugar del protegido papal.

Con esos dos petardos (dato de inflación y movimiento social), tanto el Ministerio de Economía como el Banco Central siguieron haciendo, tal como vienen realizando a lo largo de lo que va de abril, movidas que van completamente a contramano de lo acordado en el programa con el FMI. Ayer el Banco Central tomó una cantidad notable de deuda, chupando de los bancos depósitos por $574.000 millones en Leliq y Notaliq, que a la postre serán canjeadas por Bonos del Tesoro, en una suerte de emisión blue. Y lo también muy notorio fue que Guzmán tomó deuda por $244.764 millones en la licitación de Lelites, Ledes, Lepase, Bonar, Boncer, una canasta de Boncer, además de canjear una parte del bono TV22 que tiene inminente vencimiento.

Entre las pautas acordadas con el FMI, está claramente definido que el tipo de cambio oficial debe ir de la mano con la inflación, para no dañar el comercio exterior. Y el dólar mayorista subió ayer apenas 18 centavos, por lo que aumenta 3,5% en los últimos 30 días (contra 6,3% de inflación) y 21,9% en los últimos doce meses (contra una inflación anual del 54%). Además, el Fondo también pidió que se coloquen tasas de interés positivas, y lo que pagan los plazos fijos rinde mensualmente 3,05% mensual, menos de la mitad de la inflación, lo cual también incumple el programa de estabilización.

La licitación de Guzmán

Pero probablemente donde más desvío hubo fue en la licitación que realizó ayer el propio Guzmán: el FMI le sugirió que deje de colocar deuda indexada porque es altamente peligrosa y que empiece a ofrecer Letras y bonos atados a tasa de interés. Sin embargo ayer, en la licitación que tendrá revancha hoy, el ministro colocó la mayor parte en papeles indexados, y no solo eso: la parte del león de la colocación tendrá vencimiento en 2024, es decir con el Gobierno que asuma después del 10 de diciembre de 2023, lo cual en los hechos significa "vamos viendo, que pague el que sigue".

Para sacarse de encima vencimientos generados por el propio Gobierno actual, en el canje para postergar el bono dollar-linked TV22 que vence a fin de mes, hubo 206 ofertas y se entregan bonos TV23 por US$ 151 millones y bonos TV24 por US$ 616 millones, que deberá pagar el que gane en diciembre del año que viene, sea Alberto si consiguiera la reelección o alguien de la oposición si tuviera acceso al triunfo en las urnas.

Además, con 828 ofertas, Guzmán colocó deuda en Lelites, Ledes, Lepase, Bonar, Boncer y Canasta de Boncer en la que el 55% de lo tomado fue en dos bonos del Tesoro nacional en pesos ajustados por CER: uno que pagará inflación más 1,45% con vencimiento 13 de agosto de 2023 (t2x3 - reapertura) y el otro inflación más 1,55% vencimiento 26 de julio de 2024 (t2x4 - reapertura). Además, el 21% del dinero tomado fue en una letra del Tesoro nacional en pesos a descuento con vencimiento 30 de septiembre de 2022 (s30s2 - reapertura). El 11% en una letra del Tesoro nacional en pesos a descuento con vencimiento 29 de julio de 2022 (s29l2 - reapertura). El 8% en un bono del Tesoro nacional en pesos con ajuste por CER 2.00% vencimiento 9 de noviembre de 2026 (boncer 2026 2.00%) (tx26 - reapertura). El 2% en una letra del Tesoro nacional en pesos a tasa variable más 14% con vencimiento 16 de agosto de 2022 (sg162 - reapertura). El 2% en un bono del Tesoro nacional en pesos a tasa badlar privada más margen con vencimiento 18 de abril de 2024 (tb24 - nuevo). Y el 1% restante en dos letras, una del Tesoro nacional en pesos a descuento con vencimiento 31 de agosto de 2022 (s31g2 - reapertura) y otra letra de liquidez del Tesoro nacional en pesos a descuento con vencimiento 29 de abril de 2022 (nueva).

Toda esta delicada situación sucedió mientras el mundo asistió a otro dato que alteró a los mercados, haciendo que cambien de dirección. Estados Unidos anunció que tuvo en marzo una inflación mensual del 1,2%, que anualizada llega al 8,5%, lo cual la convierte en la mayor en cuarenta años, convertida además por varios analistas en un fenómeno que ya empieza a mostrar características de suba de larga duración. Esto plantea que sigue en pie la aspiradora de US$ 95.000 millones por venta de bonos en Wall Street de parte de la Fed, además de aplicar la suba de 0,5% probablemente en mayo, antes de lo estimado.

Este dato inflacionario se dio además en un día en el que el mundo sigue bailando de alguna manera al compás de lo que sigue pasando con el Covid y con la guerra en Ucrania. Habría algunos signos de cambio en esos dos frentes que volvieron a provocar un nuevo fuerte aumento en las materias primas, lo cuan anticipa que abril también puede tener un IPC norteamericano también alto. Y detrás de eso hubo un fuerte rebote del 6% para el petróleo, con repuntes para los metales básicos, subas consistentes para los granos tanto en Chicago como en Rosario (donde se sufre el paro de transportistas). Con los inversores buscando refugio más en los metales preciosos, que ayer volvieron a subir, y no tanto en las criptomonedas, que volvieron a estar flojas.

El escenario global 

En suma, la situación es muy desgastante en todas partes. Las subas de precios en EE.UU. están empezando a generar inquietud en la gente y aquí en la Argentina se informó que una familia tipo necesitó nada menos que $90.467 para no ser pobre. Y con gremios pidiendo paritarias cada vez más cortas, algunas con subas adicionales. Y con trabas para la principal fuente de ingresos del país: por el paro de transportistas entraron a puertos sólo 57 camiones, contra 3.416 camiones del mismo día de hace un año y más de 5.000 camiones del mismo día de hace dos años. Con 50 barcos anclados frente a los puertos esperando granos, el Ministerio de Transporte convoca para hoy a una reunión para terminar con el paro, pero los que reclaman piden dos cosas difíciles: abastecimiento de gasoil a precio razonable y más aumento en los fletes de transporte de granos.

Estas particulares situaciones mostraron un mercado cambiario mundial y local con oscilaciones menos importantes que las esperadas. En el exterior, el dólar subió 0,5% contra el euro y 0,2% contra la libra, no cambió contra el yen, pero bajó 0,4% contra el real, 0,6% contra el mexicano y cayó 1,2% en Chile. Y en la Argentina el dólar blue no se movió (siguió a $195), los dólares financieros libres estuvieron mixtos en torno a los $191, con los tipos de cambio oficiales claramente anclados, y brechas cambiarias que siguen firmes en la zona del 67%.

El dato duro de inflación de EE.UU. hizo que Wall Street pasara de una apertura en verde a un cierre con rojos leves, con bajas del 0,3% en sus índices principales, al tiempo que la Bolsa de San Pablo bajó 0,7% y la de México perdió 1%. Y con los títulos argentinos también hubo debilidad, aunque nada notoria. Los bonos cedieron 0,3% y el riesgo país subió 9 unidades, hasta 1.733 puntos básicos. Y la Bolsa local cedió 0,3%, con $1.194 millones operados en acciones y $2.843 millones en Cedears. Y con mayoría de bajas en los ADR que cotizan en Nueva York: se salvaron Edenor y Bioceres, pero hubo bajas de hasta 3,7% sobre todo en Francés, Telecom, Despegar, Central Puerto en IRSA P.

¿Qué puede suceder hoy? Seguramente será un día plagado de tensiones. A mediodía hablará Cristina, y se verá que gesto hace después de que Guzmán dijera que gobernarán con los alineados con lo firmado con el FMI. Y luego vendrá la movilización de la izquierda opositora (amparada por La Cámpora). Y como remate de día todos estarán pendientes a las 16 de lo que Marco Lavagna marque con el IPC. 

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