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El Gobierno decidió que el dólar "no se toca" para asegurarse que la inflación siga bajando

En los pasillos oficiales se muestran conformes con lo que está pasando en términos de inflación.

En el equipo económico no hay temor, al menos eso dicen, con un atraso cambiario que los lleve a complicar el escenario futuro.
En el equipo económico no hay temor, al menos eso dicen, con un atraso cambiario que los lleve a complicar el escenario futuro. .
Leandro Gabin 08 febrero de 2024

El equipo económico decidió que el dólar será una pieza importante en el esquema de reducción de la inflación. Mientras que en Wall Street abundan los pronósticos de otro salto cambiario o al menos modificar el crawling peg del 2% mensual (acelerando el ritmo de suba a algo más parecido a la inflación), en el Gobierno aseguran que "no se va a tocar nada". 

"Los bancos y las consultoras tienen todo su derecho de pensar que vamos a cambiar el esquema cambiario. Pero no sería serio hacerlo. Nosotros trazamos un camino, lo explicamos antes, y ahora vamos a seguir por acá. Entendemos que es la forma de dar certeza a los precios de la economía", reconocía una altísima fuente del equipo económico. 

Para el funcionario, que habló en estricto off the record horas después del tropiezo legislativo del Ejecutivo con la Ley Ómnibus, modificar el esquema cambiario complicaría la desinflación que se está viendo. 

"Le pedimos a la gente que no convalide precios, lo están haciendo y vemos como algunos de ellos empiezan a retroceder. Entonces no sería sensato tocar el dólar y hacer que los formadores de precios vuelvan a dudar qué dólar deberían tomar para medir su rentabilidad. El dólar es éste y el ajuste seguirá siendo el actual", aseguró el funcionario.

En el equipo económico no hay temor, al menos eso dicen, con un atraso cambiario que los lleve a complicar el escenario futuro. Dicen que no se comieron (ni están cerca de hacerlo) el colchón ganado por el overshooting de llevar el dólar oficial a $800. "Lo hicimos precisamente para que de un tirón haya un reacomodamiento de precios. No va a haber otro", advirtió la inobjetable fuente oficial. 

Santiago Bausili BCRA
Santiago Bausili, presidente del BCRA

Están tranquilos en el Banco Central y en el Ministerio de Economía con el nivel de brecha cambiaria que, dicen, es "el techo para este modelo si las cosas salen bien". Se refieren a que el apretón monetario, con financiamiento cero del BCRA al Tesoro (incluso le empezó a devolver pesos al Central) no sólo hace que no haya pesos en la calle para convalidar precios, sino tampoco para comprar dólares. Estiman incluso en estos organismos oficiales que "si mejoran las cosas y eventualmente ingresan capitales en la Argentina, vamos a tener un problema de apreciación cambiaria". 

Algo similar a lo que le pasó a Mauricio Macri en algún momento del 2017. Falta, mucho, para eso. Si es que sucede.

Sea como fuere, en los pasillos oficiales se muestran conformes con lo que está pasando en términos de inflación. Se habla de sorpresa, incluso. De hecho, Santiago Bausili y Vladimir Werning (presidente y vice respectivamente del BCRA) se están reuniendo con consultoras privadas para ver cómo están viendo los precios. Les interesa porque ven una variación semanal. En la lista están Marina Dal Poggetto de Eco Go y Camilo Tiscornia de C&T Asesores Económicos, entre otros.

¿Qué dicen estos consultores sobre los precios? Dal Poggetto calcula que la inflación de enero estuvo en torno al 21% (si bien su medición le dio 18,5%) y el arrastre para febrero es muy bajo. Dice Eco Go que la inflación proyectada de febrero está en torno al 14% (empataría con la suba incluso de alimentos). La razón de la desinflación es clara: se desplomaron las ventas. 

"Lo que vimos los primeros días de febrero, que ya estuvimos haciendo algunos cálculos, es que, digamos, se moderó esa baja. Es decir, que los precios siguen aumentando, pero ya no se están moderando tanto, al menos en la primera semana", acota Tiscornia. 

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Marina Dal Poggetto de Eco Go

En Economía y BCRA, a contramano del consenso del mercado financiero, no creen que haya atraso cambiario en este momento ni que sea algo inminente. Dicen que no hay que medir el tipo de cambio real con este nivel de inflación que, apuntan, es una "inflación de sinceramiento de precios relativos". 

"Esta no es la inflación de Argentina. No podemos pensar el tipo de cambio real en esta situación porque estaríamos haciendo mal los cálculos. Tampoco está bien compararlo contra el tipo de cambio real de otros gobiernos en la historia", señalan.

Lo cierto es que marzo será otro desafío porque habrá aumentos de precios de tarifas y estacionalmente suele ser más picante. "No es un proceso lineal pero creemos que seguiremos afianzando la tendencia", acotan escuetamente en el equipo económico.

Claro que la inflación es solo una de las variables. La economía cruje y la caída del nivel de actividad es y seguirá siendo notorio. En el Gobierno saben que tendrán que mostrar resultados para que la situación social no se desmadre. Por ahora, el sector empresarial parece "bancar" las medidas fuertes que viene tomando el Gobierno de Javier Milei. 

Uno de los empresarios que viajará a Italia en la extensa comitiva que acompañará al presidente a Italia fue claro. "Hay que hacer cosas duras, porque los problemas estructurales que tenemos no se resuelven con algodón, se necesitan terapias mucho más radicalizadas, con medidas antipáticas", dice Mario Grinman, presidente de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC). 

"Hay que decirle a la gente que va a pasar momentos más duros de lo que están pasando, y acá tenemos que ser solidarios. Tenemos que aportar más, todos los empresarios, todos los sindicalistas, políticos, toda la sociedad. Hay gente que ya está sumergida, que no tiene posibilidad de aportar nada. Hay que ayudarlos a salir adelante, pero no se les puede ayudar imprimiendo moneda, haciéndoles creer que la tarifa de energía es barata", apuntó. "Hay que llevar este país a la realidad", enfatizó Grinman. 

El presidente de la CAC es optimista, hasta incluso más que varios de sus colegas. Dice que a finales de octubre de este año "vamos a comenzar a ver luces importantes del camino de la recuperación". "No tengo ninguna duda de que eso va a suceder, lo que sucede es que el 2025 vamos a volar en términos de recuperación, pero haciendo las cosas correctamente", vaticinó. 

¿Será así? La incógnita es hasta cuándo la sociedad tolerará el mal trago del ajusto y seguirá acompañando al Presidente. La eterna duda de la gobernabilidad mientras que Milei juega con fuego y se pelea con los gobernadores a los cuales tildó de "delincuentes" por hacer naufragar sus iniciativas.

"No creo que sea loco. Tiene un pensamiento lateral. Y está jugando su partido, desconocido para la política tradicional. No les debe nada a ellos, y no piensa regalarle nada tampoco. Es un estilo de choque constante que se sustenta en el tiempo si tiene resultados positivos para la sociedad. Porque gritar contra la casta sirve para la campaña o los primeros meses. Pero si no cumple va a ir perdiendo fuerza hasta que eventualmente se diluya", recordó un politólogo ligado al peronismo provincial que aún cree que Milei "puede ser un sorpresa para la política argentina". 

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