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Una consultora modeló un escenario sin acuerdo con el FMI: inflación de 85%, dólar oficial a $200 y caída del PIB de 2%

Qué puede pasar si no hay acuerdo, una pregunta que cada vez se escucha más

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12 enero de 2022

Hay pocos secretos en las conversaciones que lleva Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para refinanciar la deuda de casi US$ 45.000 millones tomada en los dos últimos años de la gestión de Maurico Macri. Una certeza: las negociaciones están empantanadas debido a la diferencia “medular” del sendero fiscal. 

En ese escenario, vale preguntarse qué sucedería en el caso de que no haya un entendimiento. Una pregunta que se escucha cada vez más.

Para empresarios, analistas e incluso para el propio Gobierno, entrar en “arrears” terminaría siendo una situación “caótica”, en palabras de una fuente oficial con acceso al despacho del presidente Alberto Fernández. 

¿Sin plan B?

Hace unos días, al mandatario le preguntaron en una entrevista radial si evaluaba alguna línea de acción en el caso de un “no acuerdo”. 

“La única evaluación que hago es llegar a un acuerdo con el FMI que le permita a nuestro país seguir creciendo y ordenar las cuentas”, contestó.

Si bien puede entenderse la gestualidad más dura, en el marco de una negociación sumamente importante para al menos los próximos 10 años, parecería que no hay un plan B. Si bien en algún momento el Frente de todos mostró públicamente sus diferencias en cuanto a la gestión económica y al gasto, actualmente el discurso parecería ser el mismo y gira en torno a lo que respondió Fernández en el reportaje mencionado.

La diferencia principal con el organismo multilateral de crédito fue expuesta por el ministro de Economía, Martín Guzmán, la semana pasada: el ritmo de ajuste fiscal. 

El organismo pide un ajuste fiscal rápido para que el equilibrio fiscal llegue a más tardar en 2024, mientras que la postura Argentina se para en la necesidad de un “gradualismo” para sostener la recuperación. 

La intención del Fondo resulta clara, una economía que no crezca tanto no demanda más dólares que deberían ser utilizados para el pago de los compromisos asumidos.

Caos

En ese sentido, es válido preguntarse qué sucedería en el caso de entrar en un atraso, o “arrears”, con el FMI. Para tener en cuenta, sólo en el primer trimestre, Argentina deberá afrontar pagos al FMI por US$ 3.976 millones entre capital e intereses. Las reservas del BCRA no son suficientes para afrontar el total de los compromisos y mucho menos los US$ 19.000 millones que vencen en todo 2022.

Un trabajo que Equilibra publicó ayer sostuvo: “Lo cierto es que la imposibilidad de reestructurar la deuda con el FMI podría generar un cimbronazo en el Gobierno”. Las consecuencias financieras y en la economía real serían muy malas para Argentina, que la consultora resumió en “un combo de devaluación más recesión”.

El escenario base para 2022 que proyectó la casa de estudios que dirige Martín Rapetti luce “complejo” con una “estanflación controlada”. El crecimiento del PIB sería del 1% y la inflación alcanzaría el 58% acumulado producto de correcciones en variables atrasadas (tipo de cambio y tarifas). Este escenario presupone que el Gobierno alcanza un acuerdo con el FMI, aunque no necesariamente antes de marzo.

El principal desvío que prevé Equilibra para dichas estimaciones es que, pese a que las partes desean llegar a buen puerto, no se logre un acuerdo con el FMI. “Modelamos un escenario en el que Argentina incumpliría los pagos con el FMI, cayendo a mediados de año -aunque sea transitoriamente- en un atraso, conocido como 'arrears' en la jerga del FMI”, explicaron.

En principio, el incumplimiento con el FMI implicaría: “El cierre del acceso al financiamiento a la mayoría de los organismos financieros internacionales; pago de intereses punitorios al Club de París y el sector privado perdería cartas de crédito de exportación, acceso preferencial a mercados internacionales e Inversión Extranjera Directa”.

Producto de una mayor brecha cambiaria, dificultad de privados para prefinanciarlas y pérdida de acceso y/o privilegios a mercados externos, las exportaciones se resentirían potenciando las presiones cambiarias en un contexto de escaso poder de fuego del BCRA. 

“Estas derivan en un salto del dólar oficial tras la liquidación de la cosecha gruesa (tercer trimestre de 2022), que descomprime la restricción externa de la peor forma: depreciación del tipo de cambio real y fuerte recesión”, explicó la consultora.

En el escenario de “no acuerdo con el FMI”, según concluyó el informe de Equilibra, la actividad caería en promedio 2%, la inflación se aceleraría al 85%, no habría reducción del déficit primario, el financiamiento del bache fiscal se cubriría principalmente con emisión, y tanto el riesgo país como la brecha treparían. Además, el tipo de cambio oficial se duplicaría, cerrando por encima de los $200/US$.

Si bien todavía falta, los indicios de un estancamiento en las negociaciones son claros. El famoso Plan Plurianual, es decir el acuerdo con el organismo, que iba a ser enviado al Congreso en las primeras semanas de diciembre finalmente no llegó y la intención ahora es tratarlo en extraordinarias durante la segunda quincena de enero. Habrá que esperar a ver si esta vez se pueden cumplir con los plazos o es que continúan los retrasos. 

Como sostuvo ante El Economista una importante fuente oficial, “estamos en tiempo de descuento”.

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