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Dólar

Un nuevo capítulo del eterno debate sobre el tipo de cambio

El contexto externo es decisivo

Desde comienzos de año, el dólar se valorizó frente a las demás monedas, incluyendo a las de los principales socios comerciales de Argentina.
Desde comienzos de año, el dólar se valorizó frente a las demás monedas, incluyendo a las de los principales socios comerciales de Argentina.
17 mayo de 2024

El nivel del tipo de cambio es un debate recurrente en Argentina. La suba del dólar oficial a un ritmo de 2% por mes frente a una inflación que marcha a un ritmo mucho mayor reinstaló con fuerza el tema.  

Economistas de distintas corrientes advierten sobre las consecuencias negativas que genera el atraso cambiario. A todos ellos salió a responderles Javier Milei dando las razones de porque a su juicio no hay atraso cambiario, y afirmó además, que constituye un acto de soberbia decir cuál es el nivel que debe tener el dólar desconociendo que eso lo determina el mercado.

Más allá del debate teórico, el Gobierno se siente cómodo con el actual valor del dólar porque es un aliado clave para que continúe el proceso de reducción de la tasa de inflación que es su principal objetivo en esta etapa. El mayor ingreso de dólares por la soja en esta etapa del año ayuda a sostener la estrategia oficial.

En la misma dirección podrían operar las divisas que ingresen para distintos proyectos de inversión si se aprueba el RIGI y si los mercados tienen más confianza en la viabilidad del rumbo económico del Gobierno.  

Y también contribuye la permanencia del cepo. Un instrumento incompatible con la ideología de Milei, pero que le resulta funcional en este momento.

El Gobierno apuesta a que la caída de la tasa de inflación continúe de manera tal que la devaluación del 2% por mes no se quede muy lejos de la suba del índice de precios.

Pero el atraso cambiario tiene un impacto negativo sobre el nivel de actividad y el empleo y siempre terminó en una crisis en Argentina. Afecta a los sectores transables que pierden competitividad frente en un momento en que el país necesita obtener un abultado superávit externo para aumentar las reservas y atender sus compromisos. Por eso, varios economistas aconsejan no enamorarse de resultados transitorios en materia de inflación, pero que acumulan distorsiones que hagan  necesarias algunas correcciones más adelante, como sería la devaluación del dólar oficial a un ritmo mayor, en algún momento.  

La política cambiaria siempre estuvo en el centro de la discusión porque requiere hacer  equilibrio entre dos demandas constantes de la sociedad argentina: reducir la inflación y que haya  crecimiento. 

Por otra parte, es decisivo en este tema el contexto externo.  A la economía argentina siempre le fue mejor cuando el dólar estuvo más débil en el mercado global de divisas. En ese contexto fue menos complejo el manejo de la política cambiaria local y mejoró la cotización de las commodities que el país exporta.  

Las dificultades que produjo la escalada de la moneda estadounidense a comienzos de la década del ´80, en la segunda parte de la del ´90 y a partir de abril de 2018, son conocidas.

Desde comienzos de año, el dólar se valorizó frente a las demás monedas, incluyendo a las de los principales socios comerciales de Argentina.  Ese comportamiento es consecuencia del mejor desempeño de la economía estadounidense con relación al resto de las desarrolladas. Y además, recibió un envión adicional cuando el mercado comenzó descartar un recorte inminente de la tasa de interés por parte de la Reserva Federal dado que la inflación se está frenando a un ritmo menor del esperado, y por lo tanto, mantendrá por más tiempo el ajuste monetario incrementando el  atractivo de los activos dolarizados.   

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