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Mercado laboral mixto: fuerte baja de la tasa de desempleo con fuerte suba de la informalidad

El Indec dio a conocer el informe del mercado laboral durante el segundo trimestre del año

El noreste fue la región con menor nivel de desocupación (4,1%)
El noreste fue la región con menor nivel de desocupación (4,1%)
21 septiembre de 2022

La tasa de informalidad (asalariados sin descuento jubilatorio) alcanzó el 37,8%, siendo el valor más alto desde finales de 2008. Así, se incrementó 6,3 puntos contra un año atrás y 1,9 puntos en relación al trimestre anterior.

Según Santiago Manoukian (Ecolatina), “el mercado laboral no enfrenta un problema de cantidades y, generalmente, quién lo desea mayormente encuentra ocupación”.

"El crecimiento de las formas más precarias de inserción en la estructura ocupacional se explica por, y a la vez explica, el deterioro de los ingresos. La caída salarial de los últimos años fue tan importante que cada vez más trabajadores tienen que salir a hacer lo que sea”, dice Luis Campos (CTA-Autónoma)

La tasa de desocupación bajó al 6,9% en el segundo trimestre del año (abril-junio), frente al 9,6% de igual período del 2021, informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec)

También, se ubicó por debajo del 7% del primer trimestre (enero-marzo) de este año.

  • La baja en la desocupación se dio a la par de un crecimiento del PIB del 6,9% entre el segundo trimestre e igual período del 2021.

Según el organismo, para la población de 14 años y más, la tasa de desempleo fue de 7,8% para las mujeres y 6,1% para los varones.

Por ubicación geográfica, las que registraron mayor nivel de desocupación fueron las regiones del Gran Buenos Aires y la pampeana, con 7,8% y 6,5%, respectivamente. Por el contrario, la región con el menor nivel fue la del noreste (4,1%).

En referencia al nivel educativo de las personas desocupadas, el 67,9% cuentan con hasta secundario completo y el 32,1% presentan nivel superior y universitario, completo o incompleto. 

En cuanto al tiempo de búsqueda, el 59,4% lleva buscando empleo entre 1 y 12 meses, mientras que el 40,4% lleva más de un año.

La tasa de subocupación resultó de 11,1% de la población económicamente activa (PEA), contra el 12,4% del año pasado. Mientras que los otros ocupados demandantes y los ocupados no demandantes disponibles alcanzaron, en conjunto, el 10,8%.

La subocupación demandante también descendió en el segundo trimestre al 7,7%, respecto del 8,5% de igual período del 2021. Sin embargo, creció 0,8 puntos porcentuales en relación al primer trimestre del año.

En lo que refiere a la no demandante, está retrocedió al 3,5% desde el 3,9% del segundo trimestre del año pasado. 

En consecuencia, la presión sobre el mercado laboral, conformada por los desocupados, subocupados, ocupados demandantes y ocupados no demandantes disponibles, alcanzó el 28,8% de la PEA, contra el 32,4% del mismo período del año pasado.

En tanto la tasa de actividad -que mide la PEA- alcanzó el 47,9%, el nivel más alto en los últimos 20 años.

“El dato a destacar es que, pese a la mayor tasa de actividad, se dio una creación neta de empleo que se cristalizó en una tasa de ocupación del 44,6% (+3,1 puntos porcentuales interanual y +1,3 trimestral), también su nivel más alto en 20 años. Extrapolando al total de la población nacional, las personas con trabajo suman 21 millones de personas (+665 mil que en el trimestre previo)”, señaló la consultora LCG.

Tasa de empleo

La tasa de empleo -que mide la proporción de personas ocupadas con relación a la población total- se ubicó en 44,6% superando por 1,3 puntos porcentuales al primer trimestre del año (43,3%).

En perspectiva, el total de personas empleadas en el segundo trimestre superó en 830.000 al número que había a principios de 2020, previo a la pandemia. Incluso descontando el efecto del crecimiento de la población, la creación neta de empleo habría sido de 422 mil puestos.

El Indec indicó que, al observar las poblaciones específicas, dentro del universo de 14 años y más, desagregado por sexo, la tasa de actividad para los varones fue de 70,1%, mientras que para las mujeres se ubicó en 51,7%.

El lado precario de la suba

En la población asalariada “se observó un aumento de la proporción de quienes no cuentan con descuento jubilatorio” de 6,3 puntos porcentuales pasando de 31,5% a 37,8% en 12 meses, señaló el organismo. 

Como contrapartida, la porción de personas asalariadas con descuento jubilatorio bajó del 68,5% en el segundo trimestre de 2021 al 62,2% de igual periodo de este año.

“La tasa de informalidad (asalariados sin descuento jubilatorio) alcanzó el 37,8%, siendo el valor más alto desde finales de 2008. Así, se incrementó 6,3 puntos porcentuales contra un año atrás y 1,9 en relación al trimestre anterior”, subrayó LCG.

Y detalló que “de los 665.000 nuevos puestos de trabajo creados en el trimestre, 145.000 son informales (22% del total)”.

Santiago Manoukian, economista de Ecolatina, afirmó: “Los asalariados permanecieron estables en la comparación interanual, cayeron solo 0,1% y la expansión se debió principalmente a los asalariados informales. Los cuentapropistas también crecieron pero en menor medida, 4,5% interanual. La primera lectura sugiere que la expansión del empleo tuvo lugar pero al mismo tiempo que se incorporaron a la PEA, los trabajadores, se insertaron mayormente en la informalidad. Parte de este efecto responde que a lo largo del segundo trimestre del año pasado todavía habían quedado algunas restricciones vigentes, fundamentalmente en servicios que son más intensivos en el trabajo informal. Esto podría sesgar el análisis producto de la base de comparación”.

“A su vez, la mayor masa de los empleados informales son los que más rezagados vienen en materia salarial. Esto podría haber devenido en que nuevos miembros del hogar se hayan insertado en el mercado laboral por cuenta propia o en un empleo informal alimentando este fenómeno”, agregó.

¿Qué se espera?

“Durante la primera mitad del año, la actividad creció 6,5% anual, lo que permitió que el nivel de empleo creciera en torno al 6%. No obstante, en línea con una aceleración de la inflación hacia el segundo semestre (6,5% mensual, piso equivalente a +110% anualizado) en conjunto con el endurecimiento del acceso a insumos importados, proyectamos una caída de la actividad para el final del año, y un crecimiento anual desacelerando fuerte hasta alcanzar tasas del 3,5% anual promedio”, consideró LCG.

“En este sentido, esperamos que la creación de empleo se modere en vistas de una menor actividad. A su vez, la erosión de los salarios reales por la dinámica inflacionaria podría derivar en la búsqueda de empleo para aportar nuevos ingresos en los hogares, redundando en una mayor tasa de actividad que, de no ser convalidada por la creación de empleo, redundaría en un aumento de la tasa de desempleo”, concluyó.

Por su parte, Manoukian señala que “el mercado laboral no enfrenta un problema de cantidades y, generalmente, quién lo desea mayormente encuentra ocupación. El problema es que muchos se ven con la necesidad de trabajar para sostener los ingresos de las familias, premisa bajo la cual dejan de lado la calidad de la ocupación y esta decisión los vuelve doblemente vulnerables en tanto que el contexto inflacionario continúa deteriorando el poder adquisitivo”.

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“Entonces, cuando uno piensa en las perspectivas en este escenario de mayor nominalidad, vemos que se va a profundizar este fenómeno en lo que queda del año y más aún en aquellos hogares que ya no pueden sostener sus ingresos con todos sus miembros trabajando. Posiblemente, tenderán al pluriempleo o pasarán también a depender más de la asistencia del Gobierno. De hecho, este último año las personas que declararon estar sobre ocupadas aumentaron casi 11%”, consideró.

El experto Luis Campos (CTA-Autónoma) hizo una lectura con algunas similitudes. “El dato más complicado del informe del Indec es el fuerte aumento del empleo no registrado que alcanzó el 37,8% de los asalariados, por lejos el valor más elevado de los últimos siete años”, dijo en sus redes.

"El empleo por cuenta propia se mantiene en niveles estables, representando un poco más del 22% del total de la ocupación. Sumado a los asalariados no registrados ya explican más de la mitad de la tasa de empleo. El crecimiento de las formas más precarias de inserción en la estructura ocupacional se explica por, y a la vez explica, el deterioro de los ingresos. La caída salarial de los últimos años fue tan importante que cada vez más trabajadores tienen que salir a hacer lo que sea. La insuficiencia de ingresos en los hogares fuerza a los trabajadores a buscar ingresos adicionales (aumento de la tasa de actividad y de la tasa de empleo). La oferta en el mercado formal languidece, por lo que terminan recayendo en empleos no registrados o por cuenta propia”, describió.

“La caída del desempleo es una buena noticia, pero antes de festejarla conviene ponerla en contexto. Hace tiempo que el mercado de fuerza de trabajo de nuestro país no brinda respuestas para las necesidades de los trabajadores y el horizonte a futuro no luce muy promisorio”, cerró Campos.

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