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Comercio bilateral

Luego de dos años de superávit, volvió el déficit con Brasil: fue US$ 2.250 millones en 2022

El rojo fue consecuencia de importaciones que crecieron muy por encima de las exportaciones

Luego de dos años de superávit, volvió el déficit con Brasil: fue US$ 2.250 millones en 2022
02 enero de 2023

Luego de dos años de superávit, en 2022 el déficit con Brasil alcanzó los US$ 2.250 millones, según la información preliminar del Ministerio de Economía de Brasil.

De esta manera, se revirtieron los excepcionales superávits de 2019 y 2021 y se volvió al rojo bilateral habitual, la regla desde 2004.

De todas formas, el déficit de este año aún se encuentra por debajo de los años anteriores (en 2004-2018) cuando promediaba los US$ 3.500 millones anuales.  

"El rojo fue consecuencia de importaciones que crecieron muy por encima de las exportaciones. En detalle: mientras que las importaciones totalizaron los US$ 15.358 millones y crecieron 29,3% interanual, las exportaciones llegaron a US$ 13.104 millones (+9,7% interanual)", señaló la consultora Abeceb en un informe.

En diciembre, el saldo comercial bilateral presentó un pequeño superávit de US$ 4 millones, como consecuencia de importaciones y exportaciones que alcanzaron los US$ 978 millones y US$ 981 millones, respectivamente. 

Los principales productos importados durante 2022 

"Los primeros dos lugares fueron ocupados por bienes de la industria automotriz: partes y accesorios para vehículos automotores y vehículos de pasajeros, cuyo valor importado alcanzó los US$ 1.629 millones y US$ 1.527 millones, respectivamente. Ambos productos presentaron crecimientos en términos interanuales (+43,2% el primero y +19,2% el segundo), y representaron poco más del 20% de las importaciones totales desde Brasil", indicó Abeceb.

"El rubro mineral de hierro y concentrados llegó a los US$ 537 millones, convirtiéndose en el tercer producto más importado desde Brasil en 2022 -aunque cabe destacar que cayó 17,6% interanual-. Su importación es importante ya que Argentina no produce localmente mineral de hierro; y este es un insumo necesario para la elaboración de tubos de acero sin costura en el país, así como para la industria automotriz", agregó.

El podio lo cierran las importaciones de papel y cartón (US$ 483 millones) -claves para el embalaje nacional de productos alimenticios- y motores de pistón y sus partes (US$ 442 millones). La importación de ambos ítems creció en relación con 2021 (+33,0% y 53,0%, respectivamente).

Las exportaciones

"Al igual que en el caso de las importaciones, los dos bienes más exportados fueron de la industria automotriz: vehículos a motor para el transporte de mercancías y usos especiales y vehículos de pasajeros, cuyo valor exportado alcanzó los US$ 2.514 millones y US$ 2.037 millones, respectivamente. Ambos productos crecieron en términos interanuales (+7,4% el primero y +37,6% el segundo), y representaron poco más de un tercio de las exportaciones argentinas hacia Brasil", detalló la consultora.

En tercer lugar, aparece la exportación de trigo y centeno sin moler, que llegó a los US$ 1.607 millones (+6,4% interanual) y explicó el 12,3% de los envíos totales hacia el país vecino. 

¿Qué pasó con el comercio bilateral en diciembre de 2022?

"Tanto las importaciones como las exportaciones cayeron en términos anuales durante diciembre. En detalle: las primeras disminuyeron un 14,1% interanual -llegando a los US$ 978 millones-, mientras que las segundas lo hicieron en 20,5% -y alcanzaron los US$ 981 millones-", afirmó Abeceb.

"En relación con las importaciones, cabe destacar que es la primera vez desde noviembre de 2019 que muestran una caída en términos anuales -excluyendo los atípicos 2020 y 2021-. De esta manera, en diciembre se consolidó el proceso de desaceleración evidenciado desde hace unos meses (las importaciones pasaron de crecer 42,4% i.a. en promedio durante el período abril-septiembre, a +36,6% interanual en octubre y +13,9% en noviembre, para luego caer en diciembre)", explicó el informe.

"Lo anterior se encuadra en un contexto de mayor ajuste del torniquete importador tras la llegada de Massa al Ministerio de Economía -y fundamentalmente desde la implementación del SIRA hacia fines de octubre-. Además, un menor dinamismo de la actividad local habría contribuido a dicha merma en el volumen importado", agregó.

Por su parte, las exportaciones cayeron por tercer mes consecutivo, y profundizaron el ritmo de caída. En detalle: luego de caer 4,1% interanual en octubre -primera caída desde febrero de este año-, lo hicieron en 7,8% interanual durante noviembre y en 20,5% en el último mes del año.

¿Qué se espera?

El retorno de Lula a la presidencia y la reunión bilateral con Alberto Fernández durante su primer día de mandato -así como la confirmación de un segundo encuentro hacia fines del corriente mes- incrementaron las expectativas de un 2023 en el que podría profundizarse la relación bilateral con Brasil.

"Si bien es cierto que Lula buscaría una mayor integración regional en América del Sur y esto podría darle algún impulso adicional al comercio bilateral, hay que ser cautos en cuanto la posibilidad de que haya cambios sustanciales en el flujo comercial con el Brasil", señaló Abeceb y explicó por qué: 

  • En primera instancia existen algunos obstáculos de índole macro-institucional y estructurales. Entre ellos puede destacarse 1) la falta de rumbo del Mercosur -que no termina de erigirse como Zona Libre de Comercio ni como Unión Aduanera, 2) los escasos acuerdos más allá de lo estrictamente arancelario -en materia de servicios, inversión, normas técnicas y laborales, etcétera-, 3) el doble cobro del Arancel Externo Común -y su falta de revisión-, 4) la volatilidad macroeconómica argentina y la incompatibilidad de políticas macro entre ambos países, y 5) la ausencia de financiamiento para proyectos de integración regional.
  • Además, existen algunas dificultades a nivel sectorial que obstaculizan un avance más profundo en la relación bilateral. Entre ellos cabe mencionar 1) la concentración en sectores tradicionales que derivó en una consistente caída del flujo comercial entre ambos países, 2) el mayor tamaño relativo de las empresas brasileras, 3) diferencias en términos de regulaciones y barreras fitosanitarias, y 4) la ausencia de fomento a nichos competitivos o con mayor necesidad de inversión -industria del software, biotecnología, energía, etcétera-.

"En suma, si bien la predisposición de Lula en avanzar hacia una mayor integración regional podría dar cierto impulso al comercio bilateral -o traducirse en el avance de algunos temas pendientes como el uso de monedas locales para el comercio-, lo cierto es que no se esperan cambios sustanciales en la relación comercial con Brasil", concluyó la consultora.

 

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