Gravísimo
El pasado viernes se conoció la base de microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH-INDEC) del primer trimestre de 2024 (1T-24), la mejor herramienta disponible para conocer con profundidad el estado de situación socioeconómica de los principales 31 aglomerados urbanos del país, tras el salto cambiario y la liberación de precios de fines de 2023.
Si bien era esperable, los números del 1T-24 no dejan de ser duros: la pobreza trepó a 54,9% (+16,3 p.p. vs 1T-23), mientras que la indigencia afectó al 20,3% de la población (+11,5 p.p. vs 1T-23).
Si se descuentan los ingresos por aguinaldo (el cual incrementa los salarios de los trabajadores formales en el 1er y 3er trimestre de cada año) para poder comparar los trimestres impares con los pares, se observa que la mayor parte de la suba de la pobreza se concentró en el 1T-24.
Tras el shock inflacionario de inicio de la gestión Milei, la pobreza sin aguinaldo pasó de 45,4% en el 4T-23 a 58,6% en el 1T-24 (+13,2 p.p.).
¿En qué provincias se observó un mayor (menor) incremento interanual de la pobreza?
Las que mayor suba registraron en los primeros meses del año respecto del 1T-23 fueron Formosa (+37 p.p.), La Rioja (+32 p.p.), Santa Cruz (+27 p.p) y Tierra del Fuego (+24 p.p.). La suba en el conurbano bonaerense fue similar a nivel Nacional (+16 p.p. vs 1T-23), alcanzando la pobreza 61,9% de la población en el 1T-24. En cambio, las provincias donde menos creció la pobreza frente al 1T-23 fueron Neuquén (cayó -0,3 p.p.), San Luis (+2 p.p.), La Pampa (+4 p.p.) y CABA (+8 p.p.).
¿Cómo les fue a los otros segmentos sociales?
En Equilibra analizamos la dinámica de 3 grandes grupos sociales en función de su capacidad de consumo familiar de Canastas Básicas Totales (CBT), umbral que usa el INDEC para medir la pobreza. Clasificamos como sectores "Medios" los hogares que tienen la capacidad de consumir entre 1 y 3 CBT (por adulto equivalente) y como "Altos" aquellos cuyos ingresos triplican la Canasta Básica Total.
Pese a la suba de la desigualdad de ingresos que arrojó el coeficiente de Gini en el 1T-24 (pasó de 0,446 en el 1T-23 a 0,467 en el 1T-24, nivel récord desde 2007), todos los segmentos se empobrecieron. En comparación con el 1T-23, los sectores medios pasaron de 48,3% a 37,5% (-10,8 p.p.), lo que implica que dejaron de ser "clase media" 3,3 millones de personas en este lapso.
También se observó una reducción del porcentaje de personas clasificadas como de ingresos altos: pasaron de 13,1% en el 1T-23 a 7,6% en los primeros tres meses del año (-5,5 p.p.), lo que equivale a que en un año 1,5 millones de personas dejaron de integrar este grupo.
¿Por qué se empobreció tanto la sociedad en tan poco tiempo?
El principal canal fue la brutal licuación de ingresos reales tras el shock inflacionario: los ingresos laborales reales totales medidos por EPH disminuyeron 19% i.a. en el 1T-24, caída concentrada en asalariados formales e informales (en torno a 20%), mientras que los no asalariados (cuentapropistas, fundamentalmente) perdieron el 13% de su poder adquisitivo en un año.
Nuevamente, la mayor pérdida del poder adquisitivo se dio entre el 1T-24 y el 4T-23: -16% los asalariados formales, -15% los asalariados informales y -7% los no asalariados. Además, la recesión también a afectó al empleo en el 1T-24: el total de ocupados cayó 0,6% i.a., caída concentrada en informales (-2,8% i.a.) y no asalariados (-2,3% i.a.).
Aún no se divulgó la EPH del 2T-24, pero los primeros datos de ingresos parecen mostrar mejoras en el salario real mientras que el deterioro del empleo continuó. El Indicador de Salario Formal de Equilibra (toma SIPA para salario privado, INDEC para público y relevamiento de 25 Convenios Colectivos de Trabajo para jun-24) arrojó una suba promedio real de 5,5% en el 2T-24 (vs el 1T-24), aunque seguiría 8,6% debajo en la medición interanual. Los datos de empleo formal del SIPA y la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) de abril y mayo son contractivos: en términos desestacionalizados, el total de trabajadores registrados cayó 0,2% en abr-24 y los asalariados privados registrados retrocedieron 0,3% en may-24.
- Dado que la suba de los ingresos laborales reales fue significativamente mayor a la caída del empleo, esperamos que la pobreza descienda a alrededor del 50% en el 2T-24, lo que equivale a una baja de más de 8 p.p. en comparación con el dato sin aguinaldo calculado para el 1T-24 (58,6%).
Sin embargo, esta aún seguiría superando la incidencia del 4T-23 (45,4%), lo cual es consistente con que el salario real formal aún se encuentra 3% por debajo de aquel período. Por más optimista que sea la disminución de la pobreza en el 2T-24, todo parece indicar que el promedio de la primera mitad del año (número que dará a conocer el INDEC a fines de septiembre) se ubicará por encima del 50% ubicándose entre 52% y 53%.
Por el lado de la indigencia, la mejora en los ingresos reales en los últimos meses ayudaría también a que esta descienda del 20,1% del 1T-24 al entorno de 16% en el 2T-24, por lo que esperamos que ronde el 18% en la primera mitad del año.
En términos históricos, los números del primer semestre de 2024 estarían aún lejos del récord de la segunda mitad de 2002 (pobreza en 65% según el CEDLAS, bajo la métrica actual), pero no dejaría de ser la incidencia más alta en 20 años.
La pregunta del millón es si lo peor ya pasó: esto sería así si el Gobierno logra salir del cepo cambiario evitando una suba muy brusca del tipo de cambio oficial. De lo contrario, aún resta otro ajuste importante por hacer con su consecuencia social negativa.
