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Negri: "Aunque gane Trump, Argentina no va a pasar a ser un aliado estratégico de Estados Unidos"

El Economista dialogó en exclusiva con Juan Negri, director de los programas de Ciencias Políticas y Asuntos Internacionales de la Universidad Torcuato Di Tella.

Negri: "Aunque gane Trump, Argentina no va a pasar a ser un aliado estratégico de Estados Unidos"
19 septiembre de 2024

Por Damián Cichero

Las elecciones en Estados Unidos son uno de los hitos que más repercusión generan a nivel internacional, principalmente por el papel global que el Gigante Norteamericano desempeña.

Pero, este año en particular, parecen estar llenas de condimentos: en los últimos meses, hemos pasado de lo que sería la primera revancha presidencial estadounidense en casi 70 años, entre Joe Biden y Donald Trump, a un histórico debate que, tras su floja performance, obligó al primero a abandonar su candidatura.

Pero eso no es todo, ya que ahora Kamala Harris, primera mujer en la historia en ocupar el cargo de vicepresidenta, también irá en la búsqueda de convertirse en la primera presidenta estadounidense. 

Y como si esto no fuese suficiente, al primer intento de asesinato contra Trump en Pensilvania, cuando recibió un disparo en su oreja, se agregó que el pasado fin de semana el magnate fue víctima de un nuevo intento de asesinato mientras jugaba al golf en Florida.

Así, la suma de todos estos sucesos hace que las elecciones del próximo 5 de noviembre estén causando un interés mucho mayor que en los últimos años, incluso porque ni en los sondeos queda del todo claro quién tiene más posibilidades de ocupar la Casa Blanca a partir de enero de 2025. 

Por ello, intentando aclarar el panorama, El Economista dialogó en exclusiva con Juan Negri, director de los programas de Ciencias Políticas y Asuntos Internacionales de la Universidad Torcuato Di Tella. 

Juan Negri
Juan Negri

-La mayoría de los analistas cree que Harris tuvo una mejor performance en el debate presidencial. ¿Puede esto tener un impacto directo en el resultado de las elecciones?

En general, el desempeño de los candidatos en los debates no tiene un impacto directo en el resultado de las elecciones, con algunas salvedades. 

La primera, obviamente, es que no ocurra un desastre, como sucedió en el debate de julio, cuando a Joe Biden se lo vio muy perdido y eso motivó su renuncia a la candidatura presidencial. Pero, si nada de eso ocurre, no hay un impacto tan directo. 

Usualmente, los debates sirven para movilizar al votante propio: es decir, en Estados Unidos, al ser el voto voluntario, lo que los candidatos intentan lograr es que sus propias bases vayan a votar, y el debate no es la excepción. Por eso, se observan mensajes que buscan consolidar el voto propio. 

-Cuando Trump sufrió su primer atentado, muchos creían que ese era el empujón final que necesitaba para regresar a la Casa Blanca. Sin embargo, la baja de Biden cambió el panorama. ¿Cree que el último atentado en Florida podría impulsar su imagen nuevamente?

Los atentados son fenómenos bastante extraordinarios o, al menos en Estados Unidos, no eran algo tan habitual. 

Por lo común, el candidato o la víctima de esos atentados suele salir favorecida. 

Mucho se habla de 2018, cuando Jair Bolsonaro, entonces candidato a la presidencia de Brasil, sufrió un ataque y eso le generó un subidón en las encuestas. 

Eso sucede porque quien sufre el daño recibe atención mediática y muestra la centralidad de su mensaje con la idea de "si me quieren pegar, por algo será". 

Lo que estamos viendo en Estados Unidos es que esto no ocurrió con Trump, es decir, luego del primer atentado, efectivamente, Trump estaba muy bien en las encuestas, pero yo creo también que era resultado o producto de que enfrente estaba Biden.

Luego de este último, que además está rodeado de misterio, ya que no están claros los eventos, no he visto que haya generado un impacto en las encuestas bastante significativo. 

De cualquier manera, lo que muestra es lo polarizada que está la sociedad estadounidense y que las campañas están, peligrosamente, teñidas de violencia política. 

-Es probable que, como sucede desde 2004, los demócratas se impongan en el voto popular. Sin embargo, Trump lograría, al igual que en 2016, imponerse en estados claves. ¿Tiene Kamala Harris chances reales de ganar las elecciones?

El cambio de candidato en el Partido Demócrata modificó el panorama electoral, por lo que creo que Harris tiene serias chances de ganar

Hay seis o siete estados en los que ambos están a tiro del margen de error, lo que significa que la moneda está en el aire y puede caer casi de cualquier manera. 

Aún faltan unos dos meses para los comicios, por lo que algunas tendencias se pueden modificar, pero hoy estamos viendo que esos siete estados abren distintos caminos a la presidencia. 

Harris aparece un poco más arriba en los estados del Medio Oeste, como Michigan y Wisconsin, aunque la situación es mucho más pareja en Pensilvania.

Si Harris gana en Pensilvania, sería presidenta, aunque también tiene la posibilidad de alzarse en alguno de los estados donde Trump hoy aparece como favorito, por ejemplo, en los casos de Georgia o Arizona. 

Diría que, actualmente, Trump aparece como favorito porque está ligeramente adelante en estados clave, a lo que se suma que las encuestas muchas veces no capturan algunas tendencias o cambios de último momento de sectores que deciden ir a votar.

Es común que muchos votantes no respondan genuinamente porque los avergüenza responder que apoyan a Trump, lo que podría implicar importantes cambios a la hora de ver los resultados finales de las elecciones. 

harris trump
 

-Más allá del ganador, ¿cree que el sistema electoral estadounidense es justo? Una de las principales críticas es que muchos estados están sobrerrepresentados.

El sistema electoral de Estados Unidos ya es famoso en términos de los resultados que puede generar.  Y cada cuatro años, cada vez que hay elecciones, se habla de este tema.

No sé si hablaría de injusticia, porque pienso que las reglas están claras y todos los actores saben cuáles son. Pero, sin duda, genera incentivos muy extraños como, por ejemplo, el hecho de que todo el mundo sabe que ganar más votos que el otro no significa ganar la presidencia. 

Creo que eso origina un problema de legitimidad muy fuerte. En definitiva, el sistema electoral estadounidense tiene un problema de legitimidad, porque da la impresión de que es un sistema que no valora la voluntad popular. 

El sistema fue creado en el siglo XVIII, justamente, para no priorizar la voluntad popular y sí otros factores, lo que deriva en que haya estados más sobrerrepresentados que otros.

Así, hoy el votante de Pensilvania es destinatario de todas las promesas y de todos los fondos de campaña, pero otros estados no. 

Esto provoca una injusticia en términos de la importancia de los estados y de que no todos los votos son igual de importantes.

-¿Qué impacto tendrá en la Argentina de Milei un triunfo de Harris o uno de Trump?

Para la Argentina, el impacto es bastante menor, y no creo que genere una diferencia sustantiva el triunfo de un candidato o del otro. 

Por supuesto, dadas las afinidades ideológicas entre Milei y Trump, uno imagina que ahí habría algo parecido a una sintonía, sabiendo que Argentina no es muy relevante y que Trump tampoco está pensando en Argentina, por lo que, más allá de algún gesto, nuestro país no va a pasar a ser un aliado estratégico de EE.UU. ni muchísimo menos. 

Se dice que hay una analogía con el momento en que Trump era presidente al mismo tiempo que Mauricio Macri y se concretó el famoso préstamo del FMI.

Pero lo cierto es que el arreglo con el Fondo es independiente hoy de si está Trump o no en el poder.

Es decir, si Argentina más o menos avanza en la dirección que el Fondo quiere, y Milei eso lo tiene muy claro, ese acuerdo va a salir incluso si gana Harris.

Por otro lado, en general, los republicanos son más proteccionistas, con lo cual es una agenda que a Argentina no le conviene. 

En cuanto a los gobiernos demócratas, tienen una inclinación a aumentar el gasto público, lo que podría subir la inflación en Estados Unidos, obligando a la Fed a aumentar las tasas. Esto, sin dudas, sería una mala noticia para Argentina.

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