El Economista - 70 años
Versión digital

jue 28 Mar

BUE 21°C

Funes de Rioja: “Vamos a dar los pasos necesarios para un desarrollo sustentable a largo plazo”

“Nos tenemos que ocupar desde ahora en generar una economía verde”, determinó Funes de Rioja.

Post-Twitter-2
Post-Twitter-2
Agustín Maza 02 septiembre de 2021

Por Agustín Maza

Las empresas industriales están viviendo actualmente un proceso de recuperación luego de la recesión que comenzó en 2018 y que se profundizó con la llegada de la pandemia en 2020. El presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja, dijo ante El Economista que la tendencia de esa recuperación es sostenida. “Soy optimista en que vamos a dar los pasos necesarios para un desarrollo sustentable a largo plazo, sin que las alternancias políticas eventuales nos saquen de ese camino”, expresó.

De larga trayectoria académica como abogado y como representante en cámaras empresarias a nivel mundial, Funes de Rioja también es titular de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal). Respecto a los desafíos que impone la agenda ambiental, el dirigente industrial planteó que “no podemos dejar de tener una mirada a lo que sucede con el medio ambiente” y agregó: “Nos tenemos que ocupar desde ahora en generar una economía verde”.

Luego del golpe que implicó la pandemia, la industria está en un proceso de recuperación, tal vez con algunas eventualidades particulares. ¿Considera que es posible sostener ese crecimiento en el tiempo?

En términos generales vemos claramente una tendencia sostenida de recuperación en una economía que este año seguramente tendrá un rebote mayor al 6%. De todas formas, es preciso decir que nuestro sector es heterogéneo y algún segmento puede tener dificultades, pero a nivel agregado transitamos una senda de recuperación. Por otro lado, tenemos la incertidumbre de lo que va a suceder con la variante Delta, que hoy representa una amenaza concreta para todas las actividades. Si algo nos enseñó el Covid-19 es que siempre puede haber imprevistos, aunque aprendimos a producir en un contexto pandémico. Más allá de eso, soy optimista respecto a que vamos a dar los pasos necesarios para un desarrollo sustentable a largo plazo, sin que alternancias políticas eventuales nos saquen de ese camino

¿Desde la UIA están trabajando en propuestas para apuntalar la recuperación?

Nuestra aspiración es que, además de las medidas coyunturales que se están tomando, las filiales del interior trabajen en sus propias realidades y podamos proponer iniciativas para sostener ese crecimiento a largo plazo. Serán propuestas diseñadas de abajo hacia arriba, no al revés, con una visión federalista, productivista, sustentable e inclusiva. Vamos a conformar un Libro Blanco para expresar esa vocación que tenemos como industriales en la producción y el trabajo, que en definitiva es la razón de ser de la industria. Nos gustaría llevar estas iniciativas al Congreso que quede conformado luego de las próximas elecciones para darle el tratamiento que corresponde. Tenemos que hacer eje en la heterogeneidad de las situaciones provinciales y en las necesidades para conciliar infraestructura física y social con desarrollo económico.

¿Cómo podemos superar la restricción externa que termina generando un freno al desarrollo productivo?

Hay que tener un proyecto sustentable con políticas de Estado. Si uno repasa las últimas décadas, hemos visto marchas y contramarchas. Lo principal es tener una macroeconomía previsible y una política sectorial definida que tracen las prioridades para que la industria pueda desarrollarse. Eso está vinculado a la falta de dólares, fomentar la exportación de valor agregado es fundamental, porque eso no sólo genera divisas, sino también trabajo y desarrollo social. Tampoco hay que descuidar el mercado interno, es cierto que aquí tenemos una demanda deprimida por las recesiones que vivimos en estos últimos años pero a medida que podamos recuperarnos eso crecerá.

¿Le preocupa las propuestas de Brasil y Uruguay para reducir el Arancel Externo Común (AEC) del Mercosur o la pretensión de una mayor apertura del bloque?

Desde la UIA creemos que es clara la importancia del Mercosur para acceder al mundo desde el punto de vista del comercio internacional. Obviamente, eso estará basado en un gradualismo razonable y teniendo en cuenta que todavía estamos saliendo de la pandemia. Hay que propiciar el fortalecimiento del bloque regional y no un debilitamiento o desaparición del mismo. Si hay un Mercosur fuerte y sólido, las negociaciones con el mundo pueden ser más viables. Debemos defender el multilateralismo porque eso nos fortalece. Me preocupa la postura de Brasil y Uruguay, aunque creo que encontraremos una salida adecuada para los cuatro países que formamos parte del bloque. Asimismo, desde la UIA estamos trabajando en la potencialidad de ciertos mercados como Centroamérica: allí hay un potencial interesante y queremos desarrollarlo.

Esa integración implica adaptar la producción a los nuevos desafíos que impone la tecnología. ¿Cuál será la importancia de ese proceso en los próximos años?

Tendrá una implicancia sustancial. Estamos en una cuarta revolución industrial debido a la incorporación de las nuevas tecnologías en los procesos productivos. A su vez, en los foros internacionales ya se habla de una quinta etapa. La producción tiene que tener un rol multiplicador, por eso la importancia de que Argentina se desarrolle en ese sentido. Más allá de la importancia del sector primario, que hoy incluye también a las nuevas tecnologías. Cada empleo industrial genera otros tres o cuatro puestos de trabajo indirectos, algunos asociados a los esquemas tecnológicos. Este contexto genera la capacidad de emprender en todas las actividades y tenemos que militar el emprendedurismo industrial.

Otro desafío tiene que ver con cuidar el medio ambiente. ¿Considera que este es un tema prioritario?

No podemos dejar de tener una mirada a lo que sucede con el medio ambiente. Seguramente habrá gradualismo y evolución. Necesitamos que en el futuro cercano eso no nos genere una barrera para-arancelaria que complique la venta al mundo de nuestros productos. Es cierto que los países más desarrollados tienen una lógica de prevalencia desde el punto de vista de privilegiar sus intereses y nosotros debemos hacer lo mismo. Por lo tanto, del medio ambiente nos tenemos que ocupar desde ahora en generar una economía verde. Para lograr eso debemos tener políticas públicas, inversión en tecnologías, acceso al crédito internacional y capacitación de nuestros recursos humanos. Seguramente no tengamos la velocidad de las grandes potencias para esta evolución, pero debemos encarar este desafío lo más rápido que podamos.

¿Cómo puede nuestro país generar las condiciones para recuperar el empleo?

Lo primero es concertar crecimiento e inversión. Las nuevas tecnologías imponen, además de nuevas realidades, oficios y habilidades a desarrollar desde las instituciones educativas. Necesitamos gente empleable, calificada para los desafíos que vienen. Esos puestos de trabajo de los que hablo también tienen que estar en el plano formal de la economía, porque eso genera las condiciones de inclusión social tan necesarias en un país con una alta tasa de pobreza. En ese sentido, tenemos que encontrar un equilibrio entre productividad y una mejora de salarios. Hay muchos sectores en la industria que están ligados al mercado doméstico y para eso se necesita una mejora de ingresos. Para crear empleo, primero hay que crear empresas que puedan contratar.

¿Cuál es el rol actual de las pymes industriales en la economía?

Hoy las pymes, más aún en un país de talla media como el nuestro, son eslabones necesarios en la cadena productiva, incluso para grandes empresas. No son sólo eso, porque algunas de esas compañías también son autosuficientes. Las cadenas de valor productivas son cada vez más complejas e integran muchísimos eslabones. Las pymes son dinamizadoras de la economía y de una adecuada integración social. Su matriz es el trabajo, por eso hay que fomentar el desarrollo de estas empresas en un entorno adecuado, premiando la formalidad sin restringir o ahuyentar la posibilidad de contratar.

¿Cuáles son las principales preocupaciones que enfrenta actualmente el sector?

La preocupación actual más grande son los fletes internacionales para la llegada de insumos y la salida de exportaciones. A raíz de la pandemia, hubo un encarecimiento de los precios del transporte internacional, a lo que se sumaron ciertas dificultades para el arribo de esas naves a nuestro país. Quiero resaltar que es un problema mundial, no sólo de Argentina. Otro tema son los bloqueos autoconvocados que han perturbado el traslado de materia prima en el interior del país con los cortes de rutas que generan problemas serios de abastecimiento. En muchos casos ni siquiera fueron problemas de empresas industriales. De todas formas, el bloqueo nunca es el camino porque se terminan vulnerando derechos constitucionales de terceros. Respecto a las cuestiones impositivas, entendemos el momento que estamos pasando, pero pretendemos una simplificación y reducción de la presión fiscal de la economía para incentivar la formalización.

#DíaDeLaIndustria

Del espejismo al estancamiento: la industria no logra reanimarse Por Santiago Manoukian y Belén Rubio (ABECEB)

Schale: “La industria está en una senda de reactivación muy firme”

Una nueva generación industrial con grandes desafíos Por Tomás Karagozián

Rougier: “En nuestro país, la industria es sinónimo de desarrollo”

El futuro de la industria es circular Por Manuel Albaladejo

ProPymes de Techint: 20 años, crecimiento y nuevos desafíos

LEÉ TAMBIÉN


Lee también

Seguí leyendo

Enterate primero

Economía + las noticias de Argentina y del mundo en tu correo

Indica tus temas de interés