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El impacto de la inflación en los distintos deciles de ingresos

La dinámica que adquiera el proceso inflacionario de acá a fin de año determinará qué sectores acabarán más o menos golpeados.

En el segundo cuatrimestre, en 3 de los 4 meses los alimentos subieron por debajo del nivel general
En el segundo cuatrimestre, en 3 de los 4 meses los alimentos subieron por debajo del nivel general
25 septiembre de 2022

La inflación se aceleró con fuerza en 2022 y no solo afecta a los sectores más vulnerables sino, también, a los de mayor poder adquisitivo.

Hasta agosto, acumuló 56,4% según el IPC Indec, con una variación interanual no vista en 30 años (+78,5% interanual). 

Además, cobró una dinámica ascendente a lo largo de los meses: pasó de un promedio de 5,1% en el primer trimestre a 5,4% en el segundo, y se ubicaría en 7,1% en el tercer trimestre, según un informe elaborado por Ecolatina.

“En el segundo cuatrimestre, en 3 de los 4 meses los alimentos subieron por debajo del nivel general, ubicándose casi 1 punto porcentual por debajo del promedio mensual general. Esto se dio por un menor crecimiento en alimentos (pasaron de promediar 6,3% en los primeros 4 meses a 5,5% en los segundos), pero también por una aceleración de otros capítulos que incidieron más en el nivel general, como es el caso de combustibles, prepagas y de algunos bienes con un gran componente importado (como electrodomésticos y electrónica)”, analizó la consultora.

Como resultado de esta menor evolución de los alimentos, contenida principalmente por una mayor parsimonia en el precio de la carne, los sectores de menores recursos se vieron relativamente favorecidos (en términos relativos, claro). 

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“Por este motivo, el proceso inflacionario cobró un carácter más progresivo, donde la inflación acumulada del sector más rico fue mayor a la del más pobre (+1 punto porcentual de diferencia)”, indicó el informe, sobre el segundo cuatrimestre de 2022.

La dinámica inflacionaria de todo 2022 produjo que los hogares más pobres acumulen en promedio 55% de inflación en lo que va del año, prácticamente lo mismo que la mitad más favorecida (54,9%). Esto porque, en el primer cuatrimestre, subieron más los alimentos, lo que “volvió más regresiva a la dinámica inflacionaria, afectando en mayor medida relativa a los sectores de menores recursos”.

Ecolatina cree que la dinámica que adquiera el proceso inflacionario de acá a fin de año determinará qué sectores acabarán más o menos golpeados. 

En las últimas semanas, el Gobierno adoptó medidas que podrían acentuar el carácter progresivo de la inflación, como es el caso de la segmentación de los subsidios a las tarifas de servicios públicos por niveles de ingreso que implica mantener el subsidio a los sectores de menores ingresos.

“Para las familias de mayores ingresos, que gastan en promedio 7% de su canasta de consumo en gas, electricidad y agua -mientras que las de menores ingresos gastan 11% en promedio-, impactarán en mayor medida los aumentos de estos servicios en septiembre (gas 10,6% y electricidad 20,6%) y noviembre (gas 12%, electricidad 27% y agua 56%)”, consideró la consultora.

“En el mismo sentido, continuará la ronda de actualizaciones en las cuotas de prepagas, con aumentos del 10,5% en octubre y diciembre, incidiendo más en los sectores más ricos, en tanto gastan una proporción mayor de su ingreso en este rubro”, agregó.

Asimismo, Ecolatina explicó que la decisión del Banco Central de profundizar las restricciones a las importaciones, que tiene un impacto directo en el nivel de precios de aquellos bienes con mayor componente importado (electrodomésticos y electrónica de consumo, maquinaria, vehículos, motos) afecta más a los hogares de mayores recursos, quienes destinan a este tipo de bienes una mayor proporción de su gasto -por ejemplo, la categoría equipamiento y mantenimiento del hogar ocupa el 8% de la canasta del estrato más rico, y 4,1% de la canasta del más pobre-.

En síntesis, la convivencia de los dos factores mencionados (el nuevo esquema de tarifas y las mayores restricciones a las importaciones) tendería a mitigar el impacto regresivo de la inflación en lo que queda del año. 

“No obstante, dada la inestabilidad del proceso inflacionario, el endeble escenario macroeconómico, un esquema cambiario que podría sufrir modificaciones y ciertos precios de alimentos que han quedado rezagados (como el caso de la carne vacuna), los riesgos de una nueva aceleración de alimentos -creciendo por encima del nivel general- siguen latentes y podrían actuar como contrapeso”, concluyó la consultora.

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