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Análisis

El "dólar soja" llega a su fin: preparan medidas para cuidar las reservas (y evitar la devaluación)

Sin otra bala de plata similar, el Gobierno deberá enfocarse en cuidar la caja en el largo recorrido hasta la próxima cosecha. ¿Cómo?

El "dólar soja" fue exitoso, pero se termina y no puede haber una medida sectorial similar
El "dólar soja" fue exitoso, pero se termina y no puede haber una medida sectorial similar
27 septiembre de 2022

El esquema del “dólar soja” fue muy exitoso, pero se termina. Sin otra bala de plata similar, el Gobierno deberá enfocarse en cuidar la caja en el largo recorrido hasta la próxima cosecha. ¿Cómo? 

 

El “dólar soja” llega a su fin:

preparan medidas para cuidar las 

reservas (y evitar la devaluación)

 

La secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca comunicó las pautas operatorias para el cierre del Programa de Incremento Exportador (PIE) que establece un tipo de cambio diferencial de $200 por dólar para el complejo sojero por septiembre y ratificó la conclusión de este esquema para este viernes a las 15 horas.

La cartera dependiente del Ministerio de Economía, detalló las "pautas operatorias estrictas" para la última semana de vigencia del PIE, que concluirá con récord de liquidación de divisas y volumen de mercadería negociada. 

Entre los principales puntos, el escrito establece que las liquidaciones Primarias de Granos y las liquidaciones Secundarias de Granos cuya fecha de "fijación de la operación" esté comprendida entre la fecha de entrada de vigencia del Decreto 576/22 (5 de septiembre) y el 30 de septiembre, se encuentran alcanzadas por el PIE, en la medida que la fecha de emisión de las citadas liquidaciones no sea posterior al 2 de octubre.

Además, se fijó que las Declaraciones Juradas de Venta al Exterior objeto del presente Programa podrán ser registradas hasta las 11 horas del 3 de octubre de 2022, "debiendo cancelarse los derechos respectivos hasta 48 horas posteriores a dicha fecha".

A su vez se determinó que los permisos de embarque de los productos establecidos en el Anexo I del Decreto 576, que no están incluidos bajo el alcance de la Ley 21.453, oficializados en el marco de Programa, contarán con una prórroga de 60 días contados desde el vencimiento del período inicial de 30 días.

Finalmente, se ordenó que la liquidación de divisas correspondiente al pago de las operaciones mencionadas podrán ser concertadas hasta las 15 horas del 30 de septiembre.

  • Según destacó Agricultura, el PIE se creó con el objetivo tanto de fortalecer las reservas del Banco Central y "estimular la generación de ingresos genuinos del Estado Nacional, producto de la exportación de mercadería con baja incidencia en las cadenas de valor de abastecimiento nacional, como también para mejorar los ingresos de los productores".

Así, "el balance provisorio del programa establece que se superó la meta de los US$ 5.000 millones en ingresos de divisas con un total de 7.000 productores que se adhirieron y cerca de 4.000 liquidaron menos de 100 toneladas, demostrando su adhesión en pequeños y medianos productores"

En este sentido, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (Bcba) informó que desde que comenzó el PIE hasta el lunes, las operaciones registradas alcanzaron las 14.279.387 toneladas. 

De ese número 9,9 millones de toneladas corresponden a operaciones que se concertaron luego de la medida y, el restante, 4,4 millones corresponde a aquellas operaciones que se operaron luego de la medida, pero se concertaron antes del inicio de la misma. 

Por otra parte, del total acumulado 12.571.094 toneladas corresponden a operaciones con destino final.

Asimismo, la expectativa inicial del Gobierno de que se produzca una liquidación de divisas en torno a los US$ 5.000 millones fue sobrecumplida, ya que al viernes la Cámara de la Industria Aceitera y del Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC) informó que ingresaron US$ 6.000 millones.

Es por eso que el ministro de Economía, Sergio Massa, quien anunció y puso en vigencia el programa el 5 de septiembre, remarcó en los últimos días en su cuenta oficial de Twitter que "hasta acá ha sido un éxito muy importante tanto para la movilización económica de nuestra producción como también para la contribución a las reservas argentinas y la agenda de seguridad global alimentaria".

Asimismo, Massa precisó que "hasta el día viernes 30 a las 15, se podrán realizar operaciones de acuerdo con valores de pizarra" e indicó que, "luego, solo se podrán completar los trámites administrativos de dichas operaciones".

Finalmente, el responsable de la cartera económica subrayó: "queremos agradecer el acompañamiento y trabajo del campo a esta medida a lo largo de estas semanas e invitarlos a trabajar los cinco días restantes con el mismo empeño, transparencia y profesionalismo. El viernes a las 19 haremos la evaluación final para contarle a la sociedad argentina los resultados".

El día después del 30 de septiembre 

El economista Christian Buteler afirmó: “Creo que el gobierno va a seguir por el lado de la restricción para contener la demanda, es decir, va a seguir regulando a qué importador le deja comprar y a cuál no”.

“No espero que haya un nuevo 'dólar soja' para otro sector, por lo menos en el corto plazo, que fue una de las versiones que circuló”, agregó. 

Consultado acerca del “dólar Qatar'', Buteler aseguró: “Creo que sería otro gran error. Primero, porque quien tenga que viajar al mundial o quien tenga que viajar al exterior, después de tanto tiempo que se habló del tema, seguro ya adelantó todos los gastos ya sea pasaje, hotel, auto, todo lo que pudo. El gasto grande ya está hecho. Entonces, implementarlo es poner más ruido en el mercado con un beneficio muy escaso”.

Asimismo, dijo que “cuantos más dólares múltiples haya es peor porque la mayoría de los sectores económicos que pueden marcar el dólar más alto lo van a hacer”. Por ejemplo, cuando traés una computadora del exterior y la pagas con tarjeta porque viajaste, tenes que pagar su valor más el  75% de impuestos hoy en día. “Eso el importador lo sabe y cuando te vende acá la computadora que importa a dólar oficial, incluye ese 75%”, dice.

“Los dólares múltiples generan muchas distorsiones en materia macroeconómica y el Banco Central debería apuntar a la unificación de tipo de cambio y creo que tiene que empezar a trabajar en un plan urgentemente para que eso suceda”, concluyó el economista.

A cuidar la soja

Por su parte, Nery Persichini, Head of Research & Strategy de GMA Capital dijo que la estrategia del Gobierno post "dólar soja" probablemente apunte a preservar al máximo los US$ 4.000 millones que durante septiembre el Banco Central compró a un costo promedio elevado de $232.  

“En este sentido, no sorprendería que veamos nuevos torniquetes al cepo sobre las canillas por las que se filtran las divisas (turismo y otros servicios). Mientras tanto, el tipo de cambio se movería a la velocidad crucero de 6-7% mensual para que la competitividad no se resienta, pero no tan rápido como para recuperar terreno después una apreciación real de 20% en un año”, afirmó.

Además, señaló que “las alquimias temporales” como la proliferación de múltiples tipos de cambio nunca son efectivas en el largo plazo. “Con el dólar comercial retrasado y una brecha cambiaria de 110%, siempre van a existir incentivos para demandar bienes y servicios a la cotización más baja”, dijo.

Por otro lado, Persichini aseguró que “las decisiones de política económica que no atacan los problemas de fondo lo único que logran es profundizar los desequilibrios previos y hacer más doloroso el ajuste posterior”. 

“Al mismo tiempo, le quitan el atributo de ancla al tipo de cambio porque es muy difícil saber cuál es el verdadero valor del dólar en Argentina. La sensación de que el dólar está barato se retroalimenta a través de la brecha. Esta distorsión, a su vez, potencia la volatilidad de precios de una economía que convive con una inflación de más de 100% anualizado”, agregó. 

“También, las restricciones sobre las cantidades generan consecuencias perniciosas sobre toda la cadena productiva, la actividad y el empleo. Mayor inflación, brecha más elevada y menor ritmo de crecimiento son el producto final”, concluyó.

Siga siga

“De momento el esquema a seguir es el actual: tipos de cambio diferenciales, restringir importaciones y comprar tiempo (lo vimos plasmado con el dólar soja durante septiembre)”, dijo Matías De Luca, desde LCG, ante El Economista. “La realidad es que el Gobierno tiene que corregir el tipo de cambio y está dilatando la tarea, lo dejó en evidencia con el dólar soja a $200”, dijo.

Sobre el “dólar Qatar”, De Luca dice: “Su efectividad dependerá de que se achique la brecha cambiaria, de modo que no haya incentivos a canalizar los gastos en moneda extranjera a través del tipo de cambio oficial. De todos modos, por el mismo hecho de existir brecha, la especulación está siempre vigente. Por lo tanto, no sé realmente hasta qué punto será efectivo para deprimir la demanda. Más bien tendrá un efecto recaudatorio positivo”.

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En perspectiva

Por Santiago Manoukian

Durante las últimas 3 semanas, se registró un récord mensual en la liquidación de divisas del agro por la puesta en marcha del “dólar soja”. Por este mecanismo ya se liquidaron más de US$ 6.200 millones permitiéndole al Banco Central compras netas por casi de US$ 4.000 millones en lo que va del mes. 

Pero esto (a costa de una mayor emisión monetaria que presionó sobre la brecha cambiaria), junto a la visualización de la llegada de créditos de organismos internacionales (BID y Banco Mundial) en el corto plazo, han contribuido a reducir la fragilidad subyacente del esquema macroeconómico instrumentado por el Gobierno, apaciguando expectativas de devaluación en lo inmediato y tornando más factible el cumplimiento de la meta de acumulación de reservas del 3° trimestre acordada con el FMI.

Así, el Gobierno comenzó a aportar novedades relevantes en el plano cambiario (el más acuciante en el corto plazo), complementando las medidas más concretas que se venían dando en materia fiscal-financiera a fin de apuntalar las expectativas y la confianza en la gestión: fuertes subas en las tasas de interés, señales de una mayor austeridad fiscal, un canje de deuda que permitió despejar gran parte de los vencimientos hasta octubre y una devolución de Adelantos Transitorios al Banco Central.

En este marco, las principales prioridades del Gobierno siguen concentrándose esencialmente en evitar una corrección discreta del tipo de cambio en lo inmediato, mientras se avanza en medidas tendientes a reencauzar la situación fiscal.

Sobre esta base, en el corto plazo, el plan del Gobierno continúa alineado bajo la premisa de sostener el crawling peg cambiario -acelerándolo para acercarlo al ritmo inflacionario - y reconstituir los pilares fundamentales del programa con el FMI (déficit primario de 2,5% del PIB y 1,9% del PIB en 2023 y tasas de interés reales positivas). 

  • Esta trayectoria coexistirá con un enfriamiento de la actividad económica en el segundo semestre y una inflación rozando el 100%.

Ahora bien, con la finalización del alivio temporal que significa el “dólar soja”, desde octubre la dinámica del mercado cambiario podría volver a poner en jaque la relativa calma cambiaria actual y la meta de reservas del 4° trimestre. 

Las presiones provenientes del exceso de demanda de divisas (producto principalmente de la menor oferta estacional) volverían a surgir, en un contexto en que la brecha cambiaria -que volvió a trepar en las últimas 2 semanas- continúa en niveles incompatibles con un escenario de estabilidad económica hacia adelante y donde surgen demandas de otros sectores exportadores para que les sea concedido un tipo de cambio similar.

En este sentido, la implementación del “dólar soja” abrió la puerta a diversos mecanismos alternativos tendientes a un mayor equilibrio cambiario, lo cual podría extenderse a distintas líneas de la oferta y la demanda de divisas en el último trimestre del año, siempre y cuando la posición de reservas del Banco Central lo permita.

Por este motivo, y considerando que el principal riesgo de un salto cambiario sería su elevado traspaso a precios, se abre la posibilidad de una convivencia entre el crawling peg actual para algunos segmentos (especialmente importaciones de bienes) y esquemas específicos para otros de menor impacto (por ejemplo, turismo).

De esta forma, una potencial redefinición de la estrategia cambiaria en esta línea no es incompatible con el sostenimiento de un crawling peg para los principales componentes que inciden en los precios domésticos, especialmente en momentos en que la inflación muestra una inercia elevada y difícil de desactivar.

Asimismo, estas medidas cobrarían sentido para un Gobierno que parece haber internalizado que en el actual contexto la prioridad es evitar una corrección cambiaria desordenada, lo que en el corto plazo implica las observadas medidas de ajuste fiscal-monetario en conjunto con el objetivo de acumular reservas y sostener el crawling peg. 

De hecho, la corrección cambiaria desordenada es el principal “trigger” que lleva a desembocar en el peor escenario para el Gobierno: el reducido poder de fuego para intervenir en el mercado cambiario (defendiendo una cotización determinada), junto al desanclaje de expectativas constituyen vulnerabilidades que mantienen elevada la probabilidad de un salto cambiario discreto con costos elevados en materia de actividad e inflación, que al realizarse de manera forzada no es previsto como sostenible.

 

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