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Para seguir agigantando la leyenda: Ginóbili ingresó al Salón de la Fama de la NBA

Repasamos las palabras y lo que dejó la emocionante ceremonia de Manu en Estados Unidos

Los tres hijos de Manu le pusieron el emblemático saco naranja del Salón de la Fama
Los tres hijos de Manu le pusieron el emblemático saco naranja del Salón de la Fama
12 septiembre de 2022

En una noche muy emotiva e inolvidable para el deporte, Emanuel Manu Ginóbili, el basquetbolista argentino más destacado de la historia, ingresó formalmente al Salón de la Fama de la NBA en los Estados Unidos.

El bahiense, de 45 años, se convirtió en el primer representante de Argentina en integrar este espacio destinado a los mejores jugadores de todos los tiempos que se desarrolló en el James Naismith Basketball Hall of Fame de la ciudad de Springfield, estado de Massachusetts.

El ganador de cuatro anillos de la NBA con los San Antonio Spurs (2003, 2005, 2007 y 2014) y del oro olímpico con la Selección Argentina en los Juegos de Atenas 2004, se subió al escenario junto a su excompañero y amigo Tim Duncan, quién se encargó de ser el presentador de la ceremonia.

“Gracias. Déjenme escuchar latir mi corazón. ¿Estás seguro de que no quieres hacer esto? Sé que te encanta ser el centro de atención", agradeció el argentino entre aplausos y bromeó con Duncan.

Manu fue presentado sobre el final de la gala, y a pesar de que ya había agradecido en sus redes sociales a todos los que fueron parte de su trayectoria, volvió a reconocer a sus ex compañeros y familiares por su éxito. 

“Ha sido un largo viaje. En jugadores como yo, los logros individuales no son importantes. No estoy acá por lo que hice, sino por haber sido parte de dos de los equipos más importantes de los 2000. Con los Spurs, ganando cuatro campeonatos de la NBA. Y con mi Selección Argentina, ganando el oro en 2004”, fueron las primeras palabras del bahiense.

“Quiero hablar de equipos que no fueron tan exitosos y que para mí fueron fundamentales para llegar acá. Sin esos pasos, no estaría hoy acá”, agregó.

Todo empezó a los 6/7 años en un pequeño club de Bahía Blanca, a una cuadra de mi casa. Mi papá era el presidente de ese equipo, era uno de los fundadores. Estaba siempre ahí, si no trabajaba, estaba en el club. Mis dos hermanos también jugaron ahí. Tiraba y driblaba de seis a siete horas por día. Fue un lugar ideal para desarrollar y fortalecer mi pasión y amor por el juego de una forma muy saludable y en un ambiente familiar. Ahí jugué hasta los 18 y me convertí en profesional. Huevo Sánchez me llevó a Andino de La Rioja. Luego fui a Estudiantes de Bahía Blanca y pude jugar con mi hermano Sepo”, recordó Manu.

Luego repasó su primera etapa en la Selección y su paso por el exterior: “Con mi crecimiento y desarrollo gradual, llegó la primera oportunidad de ser parte de la Selección Nacional. Después vino mi etapa en Italia, en el Viola Reggio Calabria, con un entrenador que confió en mí en momentos duros y grandes líderes que me enseñaron el camino. Y luego di el salto a Kinder Bolonia, donde el entrenador Ettore Messina me enseñó lo que hacía falta para conseguir victorias y campeonatos, y aprendí muy rápido”. 

“El salto a la NBA pasó de ser un sueño inalcanzable a un objetivo realista después de jugar para tí. empecé a conseguir lo que para mí era un sueño inalcanzable. La experiencia italiana para mí fue muy valiosa. No solo de cómo crecí como jugador, sino como persona. Eso lo adquirí allá”, remarcó.

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Los Spurs contrataron como asistente a Ettore Messina, DT de Manu en Kinder Bolonia

Luego repasó su llegada a San Antonio: “Durante esos años estaba en un torneo con la Selección y recibo un llamado donde me dicen que fui drafteado por los Spurs (seleccionado en el puesto N°57). No tenía expectativa. Realmente no lo podía creer. No hubo nada que me hiciera imaginar que me iban a llamar. Los Spurs fueron una familia para mi donde pasé 16 años con el mismo entrenador, con prácticamente los mismos compañeros, representando los mismos colores, la misma ciudad. Por eso es que tengo mucha gente para agradecer”. 

“Fuiste muy importante para mí y para mi familia dentro y fuera de la cancha que nunca seré capaz de agradecerte lo suficiente”, dijo sobre su entrenador Gregg Popovich.

A su vez, llenó de elogios a sus compañeros Tim Duncan, Tony Parker, Popovich, Bruce Bowen, Matt Bonner, Patty Mills, Tiago Splitter, Bobo Diaw, Finn, Bones, Fabricio Oberto: “Para ganar un campeonato y para convertirte en un verdadero equipo necesitas muchas pequeñas piezas en su lugar y nosotros tuvimos un montón. Compartir equipo con ustedes. Ganar y perder todos juntos fue fantástico”.

Lo más loco de mi carrera es que mientras esto pasaba en 16 años con los Spurs, al mismo tiempo en paralelo tenía una increíble carrera en la Selección Argentina. Podría hablar individualmente de cada uno de ustedes sin parar todo el tiempo, pero me quedo con que lo que siempre hicimos, lo hicimos como equipo y no hay nada que valore más que eso”, recordó Manu a la Generación Dorada.

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Manu logró el oro olímpico con la Selección Argentina en los Juegos de Atenas 2004.

Luego llegó el momento de hablar en castellano y dirigirle unas palabras a su familia. En primer lugar, habló de sus hermanos, Sebastian (actual DT de La Unión de Formosa en la Liga Nacional) y Leandro, el mayor: “Sepo y Lea gracias por ser mi inspiración y por empujarme de chicos porque yo quería ser como ustedes”. También se quebró por unos instantes al recordar a Jorge, su padre, que no pudo viajar por problemas de salud: “Como me hubiese gustado que estés acá y puedas entender lo que está pasando hoy. Mi primer fiel y más grande seguidor, te extraño mucho viejito”. 

A su vez, le agradeció a Raquel, su madre, y le dedicó las palabras finales a su esposa Marianela y a sus tres hijos: “Si tuviera que elegir un momento para detener el tiempo y disfrutar para siempre, sería justo ahora con ustedes. Haciendo lo que hacemos, nuestros momentos juntos, nuestros viajes, nuestros planes, nuestras noches, o lo que sea. Amo lo que somos y lo que hemos conseguido, amo lo que son ustedes”. 

La distinción a la que accede Manu (retirado en agosto de 2018) formado bajo la órbita FIBA no suele ser común en pares de estas latitudes, a punto tal que fue el cuarto sudamericano en recibir el premio.

Los tres anteriores son brasileños: el histórico Oscar Schmidt (2013), Maciel 'Ubiratán' Pereira (2010) y Hortencia de Fátima Marcari (2005), por la WNBA (la Asociación que engloba al básquetbol femenino en los EEUU).

Otros cinco basquetbolistas o directores técnicos inscribieron sus nombres en el Salón de la Fama, pero que pertenece a la Federación Internacional (FIBA).

Ellos son el propio Ginóbili, Fabricio Oberto (compañero de 'Manu' en el San Antonio Spurs campeón en 2007), Oscar Furlong y Ricardo González (campeones mundiales con el seleccionado argentino en 1950) más los entrenadores Jorge Canavesi (al frente del equipo argentino que se consagró en el Luna Park hace más de 70 años) y Rubén Magnano (DT del equipo ganador de la medalla de oro en los Juegos Olímpicos Atenas 2004).

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