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2-0 a Tigre en la Bombonera

El Sifón le da gas a Boca

Ubeda, que volvió a poner a Boca donde Riquelme quería, pinta para quedarse en 2026 a jugar la Copa Libertadores. El Sifón le da gas a Boca.

El equipo de Ubeda contagia, genera optimismo y la sensación de que el peligro en el área rival es inminente.
El equipo de Ubeda contagia, genera optimismo y la sensación de que el peligro en el área rival es inminente. EE
Nicolás Piñon 17 noviembre de 2025

Derechito a la cima. Así luce Boca, clasificado a los playoffs del torneo Clausura tras ganarle 2-0 a Tigre en la Bombonera. Con goles de Ayrton Costa y Edinson Cavani de penal, el equipo de Claudio Ubeda volvió a jugar como para ilusionar más aún a su gente, en esta suerte de renacer futbolístico que vive desde hace algunas semanas. Así, terminando primero en su zona, el equipo de Ubeda y Cía. jugará los octavos de final de los playoffs contra Sarmiento de Junín y tendrá el privilegio de definir todas las series como local.

En sintonía con el nivel que mostró ante River una semana atrás, lo de Boca volvió a ser convincente, con la salvedad de que Tigre fue mejor que el equipo de Gallardo la semana pasada y debió trabajar todo el partido para lograrlo destrabar. 

Pero aún así, si el tremendo cabezazo de Ayrton Costa no hubiera entrado y el penal de Cavani hubiera sido esquivo, Boca mostró argumentos para que la gente pudiera irse a su casa satisfecha, plena y con expectativas de cara al futuro inmediato. 

Porque el funcionamiento colectivo del team de Ubeda, sin ser una máquina trituradora que golea y desarma rivales en una ráfaga, contagia, genera optimismo y la sensación de que el peligro en el área rival es inminente, de que puede suceder algo en cualquier momento, algo sumamente impensado hace poco tiempo atrás. 

Y ahí aparece obligado el nombre y apellido de Ubeda, gran impulsor de esta luna de miel xeneize, que elige a los que mejor están sin titubear y acierta, dejando incluso a los Cavani en el banco de suplentes. 

Porque tras seis partidos ingresando desde el banco de suplentes, el DT se la jugó por Herrera y fue así como una de las figuras del partido fue el español, titular tras cuatro meses y activo cada vez que la pelota pasaba por la mitad de la cancha local. En una suerte de Aduana transformó la mitad de la cancha Herrera, involucrado en todas las jugadas de Boca durante los 75 minutos que estuvo en cancha, la mayor cantidad de minutos seguidos que jugó desde que arribó como una estrella el verano pasado.  En la zona media, el "vasco" le dio criterio a cada ataque xeneize ubicándose en el lugar indicado en el momento justo, siendo criterioso tanto como armador o como salida desde el fondo también. Con Delgado y Paredes

Por su lado, Tigre no se dejó intimidar por tanta estrella y efervescencia local y estuvo a la altura de las circunstancias, demostrando que el fútbol argentino está mas parejo que nunca y que cualquiera puede ganarle a cualquiera. 

Pero Boca, el animador, el anfitrión y el que debía revalidar que el triunfo en el Superclásico no había sido casualidad, demostró que es candidato a quedarse con el Clausura. Porque no sólo jugó como lo viene haciendo últimamente, sino que agigantó su imagen sumándole cualidades a su dulce andar con la jerarquía que le agregó Herrera, la presencia de Cavani recuperado tras su lesión y la sensación de que tiene un técnico respetado por sus jugadores, con un clima de armonía reinante que lo invita a soñar. Un Ubeda que pinta para quedarse en 2026 a jugar la Copa Libertadores y que volvió a poner a Boca donde Riquelme quería. 

El Sifón le da gas a Boca.

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