Federico Pieruzzini, CEO y Presidente de Eximar, se está convirtiendo en el abanderado de los importadores argentinos de autos y que -aprovechando el cambio de Gobierno Nacional, de tinte libertario- decidió elevar la voz para intentar mostrar la realidad de su sector (ver acá).
A pesar de su juventud cuenta con una importante trayectoria en el rubro fruto de su trabajo en la empresa familiar (el concesionario Autovisiones) que desembocó en la creación de Eximar que se hizo cargo de la representación de las marcas Volvo, Land Rover, Jaguar antes controladas por el grupo chileno Ditecar, y también de Geely, que estuvo controlada por el grupo uruguayo Fiancar.
En las últimas horas, el empresario usó su perfil de LinkedIn para dar cuenta de lo que llamó "sobreprotección" para "un puñado" y "perjuicios para el conjunto", lo que se traduce en autos caros e inaccesibles para común de los consumidores a causa de la alta carga impositiva.
Su posteo fue acompañado de una imagen por demás contundente que evidencia de manera concreta cuál es el impacto de esos tributos: durante la presentación regional del Volvo EX30, se exhibió un cuadro comparativo del precio final que este modelo tiene en los distintos mercados en los que está disponible.
El EX30 se comercializa en Argentina a US$ 65.000, por lejos el valor más alto de la región. ¿A qué se debe? A los múltiples impuestos que pesan sobre él, comenzando por el 35% por ser extra-zona, el 43% de la segunda escala de los Impuestos Internos (mal llamados "Impuesto al lujo") y el 17% del Impuesto PAIS.
En Uruguay este mismo modelo se comercializa por US$ 20.000 menos, mientras que en Chile lo hace US$ 27.500 por debajo.
Sabido es, porque así lo ha expresado el Presidente Javier Milei varias veces, que la prioridad es el equilibrio fiscal, reducir la inflación y promover una serie de reformas integrales que contribuyan a atraer inversiones.
Entre esas reformas está la tributaria pero a siete meses de su asunción aún es prematuro saber si en los planes del Gobierno está cambiar algo más que la reducción ya anunciada del Impuesto PAIS (prevista para el mes próximo).
Además de Pieruzzini ya hay otros importadores que "en on" se animan a imaginar con una reducción no sólo de la carga impositiva sino incluso con que ese 35% histórico para los autos importados extra-zona también se reduzca. ¿Lo lograrán?
A continuación, el texto completo del titular de Eximar publicado este jueves:
Deshacer el nudo del sector automotriz en Argentina es una ilusión compartida tanto por los que quieren comprar autos como por los que queremos venderlos. Esto posibilitaría bajar los precios y así poder abastecer la demanda insatisfecha acumulada en los últimos años.
Al nudo lo representan décadas de sobreprotección, cuya consecuencia se tradujo en beneficios para un puñado y perjuicios para el conjunto, incluidos el Fisco y el consumidor, que por esta situación paga precios carísimos por unidades que, en general, no son de última generación.
Ajustan las ataduras una cantidad de trámites innecesarios para la compraventa de autos comparados con los de mercados vecinos, e impuestos, incluidos los "internos"; aranceles aduaneros, largos plazos para acceso a divisas para los importadores, cuyos intereses se trasladan a precio, y acuerdos regionales que deberían beneficiar al país y al consumidor pero que, contrariamente, terminan perjudicándolos.
Por esos acuerdos, las importaciones de vehículos de países "intrazona" NO pagan aranceles mientras que las del resto del mundo, de donde llegan las innovaciones, pagan 35%. Para compensar las asimetrías regionales, se contempló un mecanismo, denominado "flex", cuyo resultado nunca pasa de la planilla Excel. El sector es, así, un monumento a la distorsión totalmente degenerado.
Si observamos el tránsito en nuestras calles y lo compararnos con los de países vecinos, comprobaremos la consecuencia de lo que escribo, un parque automotor atrasado por lo menos 10 años.
Esta semana, para dar un ejemplo, me sucedieron 2 cosas, por un lado me llegó la información de la presentación de un vehículo aspiracional de una marca alemana, donde un destacado periodista del sector indicó que su precio es de us$209.900 pero que entre el 60 y el 70% lo retiene el Estado, unos us$140.000.
Por el otro, partícipe de la presentación regional del nuevo EX30, donde podemos comparar en la foto adjunta, la discrepancia en los precios de un mismo auto con los países vecinos. Esto ocurre en todas las MARCAS.
Con el actual régimen, en Argentina, donde varias multinacionales ensamblan vehículos con un 75% de piezas importadas, el conjunto de las operaciones de comercio exterior del sector, incluyendo autopartes, arroja déficit; el de 2023 fue de unos us$8500 millones. El aporte de los importadores natos a esa cuenta es mínimo y lo sigue siendo. En el primer cuatrimestre de 2024 respondieron apenas por el 4,10% de las importaciones de vehículos terminados.
Por eso desde Eximar, empresa de capitales nacionales importadora de los autos de las marcas Volvo, Geely, Jaguar y Land Rover, asumimos el compromiso de continuar haciendo el esfuerzo a nuestro alcance para que haya autos más modernos, más seguros y más accesible para todos los Argentinos, somos optimistas y confiamos en que con los criterios de libertad y sana competencia que animan al actual gobierno, sean removidos los factores que perjudican las condiciones del mercado.
