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Polémica en Brasil

¿Qué es el "impuesto al pecado" que gravaría los autos eléctricos?

El Gobierno de Lula impulsa una reforma tributaria que pone el foco de manera selectiva en aquellos productos que hacen daño a la salud, como el cigarrillo y el alcohol. En el proyecto se incluyó a los vehículos a batería en función de que se desconoce el impacto que tendrán cuando se las deseche.

Los autos eléctricos podrían ser menos accesibles en Brasil.
Los autos eléctricos podrían ser menos accesibles en Brasil.
Sergio Cutuli 15 julio de 2024

Brasil se encuentra en estos momentos en una disyuntiva respecto de la electrificación de su parque automotor debido a que hay medidas que podrían ser contradictorias y deparar en la inviabilidad de su comercialización.

Es que mientras por un lado ya se puso en marcha el Programa Nacional de Movilidad Verde e Innovación (Mover), que destinará hasta 2028 un total de 19.300 millones de reales (unos US$ 3.510 millones) en créditos fiscales para el sector automotor con foco en la descarbonización, por el otro se impulsa una reforma tributaria que busca gravar con un "impuesto selectivo" a distintos productos, entre ellos los autos eléctricos.

La semana pasada la Cámara de Diputados aprobó el reglamento del texto base de la reforma que se la denomina informalmente como "Impuesto al pecado", y que apunta contra el tabaco, las bebidas alcohólicas y los autos que contaminan, incluyendo a los que tienen baterías.

El proyecto ahora pasará al Senado para su consideración y recién debería ingresar al pleno cuando regrese el receso parlamentario, en agosto, pero las alarmas se encendieron en el sector automotor y buscan evitar que avance porque lo creen un gran contrasentido.

Brasil ya tiene varios modelos eléctricos y una red desarrollada para su carga.
Brasil ya tiene varios modelos eléctricos en el mercado y una red desarrollada para su carga.

Mientras la reforma se discutía en el Congreso, el presidente de la entidad, Ricardo Bastos, se reunió con el vicepresidente de la Nación y actual ministro de Desarrollo, Industria y Comercio Geraldo Alckmin, en un intento por cambiar la norma en el texto debido a que si se llegara a sancionar tal cual, se convertirá en ley y luego será más difícil su modificación.

Bastos ya había informado que la Asociación Brasilera de Vehículo Eléctrico (ABVE) defendería la eliminación de cualquier tipo de vehículo de la lista del "Impuesto al pecado", y el texto inicial de la Reforma Fiscal no incluía a los autos eléctricos; la tasa impositiva se aplicaría a la compra de vehículos contaminantes y se justificó porque emiten gases que causan daño al medio ambiente y a los seres humanos.

"En relación a los vehículos, la propuesta es que las tasas del Impuesto Selectivo se apliquen a los vehículos automotores clasificados como turismos y vehículos comerciales ligeros y varíen en función de una tasa base, según las características de cada vehículo", dice el texto.

"El objetivo, además de aumentar los ingresos, es desalentar el consumo de productos nocivos para la salud y el medio ambiente. Por lo tanto, no tiene sentido incluir vehículos en esta lista, porque la industria automotriz genera empleos e ingresos", advirtió

De esta forma, a pedido de la cartera comandada por Alckmin -que fue quien dio forma al Programa Mover- se eliminaron de la lista los camiones de combustión y eléctricos, y se incluyeron los autos eléctricos.

"¿Enchufo o no?", parece preguntarse Lula da Silva, presidente de Brasil.
"¿Enchufo o no?", parece preguntarse Lula da Silva, presidente de Brasil.

Aún se desconoce con qué alícuotas serán gravados pero según el diputado Reginaldo Lopes la regla para definir la tarifa será que "quien contamina más, paga más, y quien contamina menos, paga menos".

"Está claro que los autos eléctricos contaminan. Hay baterías que nadie sabe cuál será su destino, hay neumáticos, hay otros equipos y componentes varios que contaminan. Entonces será proporcional a la capacidad de contaminación", sostuvo el diputado Lopes en su argumentación.

La intencionalidad es, en el caso del cigarrillo o algunas bebidas, gravarlas para desincentivar su compra y ese mismo efecto podría recaer en los autos eléctricos.

"Es un contrasentido porque en un momento en el que se busca una reducción en los precios para que se logre una renovación de la flota y un acceso del consumidor al automóvil, el Impuesto selectivo encarecería el producto y al consumidor se le dificultaría ese acceso", opinó al respecto Márcio de Lima Leite, presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores (ANFAVEA).

Para el representante de las automotrices brasileñas, "no importa si la tecnología es eléctrica, híbrida o a etanol, eso no está en discusión, y eso lo debe decidir el consumidor". 

Según Lima Leite, los autos no deben estar incluidos en el Impuesto selectivo, porque acá lo que se está discutiendo es si se busca o no apoyar la descarbonización, "y no puede haber un tributo en función de la tecnología escogida" sino que se debe tener en consideración a aquellos que son libres de emisiones.

No obstante es el mismo directivo que días atrás le pidió al presidente Lula da Silva que le suba los impuestos a los eléctricos importados en una clara medida de proteccionismo (ver acá).

La solución no será sencilla: Brasil acaba de modificar el sistema de impuestos sobre el consumo llevando el IVA a un máximo de 26,5 %, uno de los más altos del mundo, y pretende mejorar la recaudación tributaria. 

En esa búsqueda podría acabar por dispararse un tiro en el pie en medio de una serie de fuertes inversiones de automotrices, algunas de ella de origen chino y con foco en la electrificación. ¿Quién prevalecerá?

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