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Empresas agroalimenticias y tecnología “blockchain”

La tecnología permitiría contar con una metodología de gestión preventiva transparente, que obligue a los proveedores a registrar toda la información relativa a los alimentos, permitiendo una mejor trazabilidad a lo largo de la cadena, adaptándose a las tendencias del consumo. Por Amalie Ablin (*)

Amalie Ablin 04 noviembre de 2019

Por Amalie Ablin

La denominada “tecnología de bloques” (“blockchain”, en inglés), originada en los '90, continúa esencialmente asociada hasta el presente a las “criptomonedas” tal como el bitcoin. Sin embargo, actualmente su utilización se va expandiendo a otras aplicaciones en diversos sectores comerciales y se proyecta un crecimiento anual del 50% en su utilización hasta 2022.

Se entiende por “blockchain” a un sistema de registro único, consensuado y distribuido en varios nodos de una red, que actúa como un libro contable donde se registra cada una de las transacciones vinculadas a determinado sistema. De esa forma, en cada bloque se almacena en forma encriptada lo siguiente.

Una cantidad de registros o transacciones válidas.

Toda la información referente a ese bloque.

La vinculación entre la secuencia de bloques se enlaza por vía del denominado “hash”, código que actúa como huella digital de cada uno.

Por lo tanto, cada bloque ocupa un lugar específico e inamovible dentro de la cadena, ya que contiene información del hash del anterior, conservándose la cadena completa en cada nodo de la red.

De esa forma la cadena recopila una copia exacta de los elementos que la componen, accesible a todos los participantes de la red, a la cual se le incorporan los nuevos registros, garantizándose la disponibilidad de la información en todo momento, así como la fiabilidad de sus datos.

Así, se pasa de una lógica centralizada ?donde un núcleo controla toda la información? a una extendida, en la cual la información se fracciona entre todas las computadoras del sistema, por lo que ningún actor puede monopolizar los contenidos del mismo, ya que se ha acordado una base de datos única donde el conjunto de datos convergerán, permitiendo almacenar datos que jamás podrán perderse, modificarse o eliminarse.

Así, el mecanismo operativo del blockchain permite que todos los participantes conozcan los movimientos y cambios que se han realizado en cada documento, así como su autor. Al basarse en operaciones matemáticas, puede considerarse al blockchain uno de los métodos más seguros que existen para crear, modificar, compartir y acopiar información, pudiendo ser aplicado a cualquier ámbito que necesitara concretar alguna de esas acciones con la participación de múltiples usuarios.

Por ello, estos nuevos procesos van progresivamente incorporándose al mundo agropecuario, permitiendo el seguimiento y registro del proceso de producción de un alimento desde su cultivo hasta la llegada a la góndola, contribuyendo potencialmente a incrementar las ventas del sector en todos los canales, así como desplegar nuevos modelos comerciales. En efecto, dicha tecnología puede beneficiar al marco global de gestión de la agroindustria, al contar con información sobre todos los eslabones de la cadena de forma, por ejemplo, de permitir contactar de manera sencilla proveedores más adecuados o eficientes.

Asimismo, las plataformas digitales podrán aportar mayor transparencia y confianza entre los actores involucrados, al operar como una planilla de cálculo en la que todo el proceso de producción de un alimento queda asentado. Como corolario, su incorporación podría brindar crecientes oportunidades en el plano productivo para incrementar el valor agregado de las materias primas, al mismo tiempo que expandir la información disponible en el ámbito comercial para los consumidores. En ese sentido, la tecnología blockchain encierra potencial para múltiples empleos en el sector de la producción agropecuaria y la industria de la alimentación, apuntando a diversas aplicaciones que resultarían ostensiblemente más eficientes y menos costosas que bajo los procesos actuales, tales como los siguientes.

Trazabilidad de registros detallados sobre la calidad del suelo por lotes -y aún por parcelas dentro de cada lote-, para diversos cultivos, los tipos de semillas más adecuados, las labores más efectivas concretadas sucesivamente en cada caso, así como las prácticas agrícolas empleadas;

El historial climático por lote.

Trazabilidad en la actividad ganadera para garantizar la calidad de las reses o controlar enfermedades.

Identificación de la producción pecuaria según la metodología empleada, distinguiendo origen según pastoreo libre, alimentación a campo o feedlot.

Acceso en tiempo real a precios de productos básicos, otros insumos agroindustriales y datos de mercado en general.

Gestión del intercambio de activos para las entregas de granos o ganado, incluidas las transacciones y sus pagos.

Combate al fraude alimentario, verificando las certificaciones de suministro en el caso de prácticas orgánicas tanto vegetales como pecuarias.

Trazabilidad de otros aspectos indicadores de transparencia en la cadena de suministro, tales como el abastecimiento sostenible, país de origen o la mano de obra agrícola empleada.

Gestión de inventarios para reducir desperdicio de alimentos.

Proveer información en tiempo real a los consumidores con respecto al manejo y cuidado del producto, incluyendo su vida útil.

Trazabilidad de la logística en materia de transporte y distribución, evitando por ejemplo la congestión de fletes a la conclusión de la cosecha.

En ese sentido cabe destacar que a nivel nacional los organismos de contralor de alimentos (SENASA/ANMAT) incorporaron en 2019 la tecnología blockchain para la trazabilidad de alimentos y eventual necesidad de retiro de partidas de los mismos de la venta, así como para cumplir con los requisitos de notificación previa para alimentos importados o para registro de establecimientos procesadores.

Como ejemplo, puede citarse el avance vía dichas técnicas para mejorar la cadena comercial citrícola, en particular de aquellos productos que se remiten hacia los mercados más exigentes del mundo. En este sentido, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) incorporó una nueva versión del Sistema Informático de Trazabilidad Citrícola (SITC), que tramita los datos de fiscalización de la exportación de fruta fresca cítrica de nuestro país hacia la Unión Europea, Estados Unidos, China, México, Corea del Sur y otros mercados con similares restricciones cuarentenarias. Dicho nuevo proceso garantiza mayor seguridad en los documentos generados, permitiendo certificar que no hayan sufrido alteraciones en ninguna etapa del proceso administrativo.

A su vez, a nivel global, se registra una creciente cooperación entre empresas productoras de alimentos y cadenas minoristas de envergadura que invierten en esta tecnología con la expectativa de aumentar la transparencia de la cadena de suministro en el sistema alimentario. Así, por ejemplo, IBM se ha asociado con Nestlé, Unilever, Dole, Tyson Foods, Walmart y otras compañías productoras y comercializadoras de alimentos para ampliar vía blockchain la trazabilidad y seguimiento de sus productos, en particular cuando incorporan a proveedores directos de frutas y hortalizas, así como agricultores orgánicos. Esta tendencia parece tender a ampliarse en tanto cada vez resulta más habitual que diversos insumos de un producto final procedan de orígenes o proveedores diferentes.

Al respecto, cabe imaginar que la adopción de blockchain continuará creciendo a medida que avanza la presión de los consumidores por contar con datos claros, accesibles y auténticos sobre las compañías alimentarias, al igual que mayor transparencia sobre su cadena de suministro. En efecto, la consolidación del concepto de cadena de valor global en el sector de alimentos y bebidas determina que el conjunto de actividades necesarias para la producción de un bien o servicio se lleven a cabo en forma creciente en diversas localidades geográficas (regiones, países, etcétera), por parte de múltiples operadores, mientras los expendedores y consumidores se interesan cada vez más por la calidad y seguridad de los productos ofrecidos.

Así, para satisfacer esta demanda empresas como Provenance.Org, Louis Dreyfus Co., Bunge Ltd. -entre otras- ya utilizan en Estados Unidos la tecnología blockchain para garantizar la información relativa a la procedencia de ingredientes alimentarios o productos de origen agropecuario, de forma de poder asegurar a las empresas del segmento comercial de la cadena que lo que compran es efectivamente lo que creen comprar, así como brindar al cliente la seguridad de que adquiere lo que desea consumir. En resumen, la tecnología blockchain permitiría contar con una metodología de gestión preventiva transparente, al obligar a los proveedores a registrar toda la información relativa a los alimentos, permitiendo una mejor trazabilidad de los mismos a lo largo de toda la cadena, adaptándose así progresivamente a las tendencias del consumo futuro.

(*) Las opiniones vertidas son de exclusiva responsabilidad del autor y no comprometen a la institución en la cual se desempeña

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