El índice de precios al consumidor en Estados Unidos subió el 5,4% anual en julio, el mismo porcentaje que en junio y el más alto desde 2020. Pero el incremento intermensual fue de 0,5%, mientras que en junio había sido de 0,9% con relación a mayo. A su vez, la inflación núcleo, que excluye a los rubros más volátiles, anotó una suba en los últimos doce meses de 4,3%.
La aceleración de la tasa de inflación se produce en un contexto de fuerte recuperación de la economía que creció 6,5% en el segundo semestre impulsada por la fuerte expansión de casi el 12% de los gastos de los consumidores como consecuencia de la reapertura de muchas actividades y la asistencia recibida por parte del Estado.
La Reserva Federal sostiene que la suba de la inflación es transitoria y que se irá moderando a medida que la economía se normalice y se superen algunos cuellos de botella en la cadena de suministros. Pero muchos analistas consideran que la inflación se moverá en un escalón más alto de manera permanente. De todas maneras, la Fed no descarta ir ajustando su política monetaria cuando sea necesario para llegar a su meta de inflación de 2%. Pero por ahora, seguirá adelante con los estímulos hasta lograr que se recupere el mercado de trabajo y el dato de inflación de julio le da margen para continuar con esa estrategia.
Según el sondeo que realiza The Wall Street Journal entre los analistas del mercado, el índice de precios cerraría 2021 con una suba de 4,1%, el doble de lo que se esperaba antes de la pandemia.
La reacción inicial de los mercados frente al índice de precios fue la previsible porque subieron las acciones y cayeron el dólar frente a una canasta de monedas y los rendimientos de los bonos del Tesoro.
