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La brecha cambiaria arriba de 70% pone presión sobre la inflación

Un informe de Econviews muestra que, más allá de los precios miran al dólar oficial, “la inflación mensual crece a medida que la brecha se incrementa”

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16 agosto de 2021

La inflación de julio fue 3%. Así, desde finales de 2020, los registros mensuales del Indec son muy altos (4% o más) o altos (en la zona de 3% o más). Las armas del Gobierno parecen tener poca efectividad (y suman desafíos a futuro).

A su favor, el Gobierno tiene la carta de las tarifas de los servicios públicos (precios regulados que crecen muy detrás de la inflación) y haber estimulado, en parte por su fracaso antiinflacionario, un bombeo a los ingresos a través de diversas vías.

Más allá de eso, no podrá exhibir, en la previa electoral, la cucarda de haber dominado la inflación. Muy por el contrario, la inflación llegará a las PASO arriba del 50%. La desaceleración mensual desde el pico de marzo (4,8%) es algo, pero registros de 3% mensual o menos no generan alivio en los bolsillos.

“El dato no hizo más que confirmar lo que varios meses atrás veníamos diciendo: la meta del 29% fijada en el Presupuesto 2021 era sólo una expresión de deseo que se volvería imposible de cumplir en la macro argentina actual. Se necesitaba mucho más que congelar tarifas, planchar dólar o regulaciones para llegar a 30% anual. Ya hace unos meses que el Gobierno aceptó que el objetivo inicial no se cumpliría y fijó una nueva meta en torno al 40% de manera implícita, al convalidar paritarias que ronden o superen ese valor para que los salarios recuperen algo de poder adquisitivo en la previa electoral”, dijo Econviews en su informe semanal.

Para eso, “se tiró toda la carne al asador”: el BCRA pisó el tipo de cambio aún más y ahora el ministro Martín Guzmán quiere que el tipo de cambio mayorista cierre el año en $102 (“aunque con la mayor presión cambiaria del segundo semestre y en un contexto electoral no creemos que esto sea factible”, dice el reporte); las tarifas de servicios púbicos no volverán a tener ningún ajuste en el año y se reforzaron los controles de precios (directa e indirectamente con Precios Cuidados, Súper Cerca, y la Ley de Góndolas).

Si bien la nueva “meta” de 40% también está condenada al fracaso (para que se cumpla se necesitaría una inflación promedio entre agosto y diciembre de 1,6%), en Econviews creen que en los próximos meses la inflación podría reducirse unas décimas, pero no se alejará de la velocidad de crucero de 3%.

A nivel interanual, mantienen una proyección de 49%. Para llegar a ese número la inflación tendría que ser 2,9% cada mes, un guarismo más cercano a la realidad.

Una de las explicaciones de la tenacidad inflacionaria es la baja efectividad del ancla cambiaria en contextos como el actual, con brechas arriba del piso de 70% (la brecha oficial-Senebi se acerca a 85%).

“Aunque los tipos de cambio alternativos no tienen un impacto directo en los precios, en un contexto de restricciones a las importaciones las empresas deben mirar de manera creciente las cotizaciones alternativas a la hora de determinar los precios porque son un mejor indicador del costo futuro de reposición. De hecho, analizando la brecha y la inflación desde 2011, encontramos que, en promedio, la inflación mensual crece a medida que la brecha se incrementa. Por debajo del 30% esta relación se rompe, ya que la brecha deja de resultar un factor relevante”, señala el reporte. A eso se suman las expectativas de devaluación poselectorales. Ya sea en la versión “salto discreto” o en la de “crawling peg” acelerado, después de las elecciones el BCRA deberá soltar el oficial, que en julio avanzó apenas 1% en promedio.

¿Qué se puede esperar para los próximos meses? “Desde Econviews creemos que la inflación se mantendrá en torno al 3% y posiblemente pueda descender unas décimas por el ancla cambiaria y tarifaria, pero la alta inercia lleva a que la inflación futura esté determinada por la pasada; en nuestro modelo, al menos un 40% de la inflación núcleo de un mes se explica por la inflación del mes pasado. Y la alta inflación está muy difundida: 66% de los precios de un conjunto de alimentos, bebidas y otros artículos en el GBA aumentaron por arriba del 3% y 70%, por arriba del 2%”, dijeron.

Regulados y reaperturas

A diferencia de julio, agosto será un mes donde los precios regulados tendrán un mayor protagonismo.

-Uno de los aumentos más importantes vendrá de la mano de las prepagas: el Gobierno autorizó un incremento del 41,5% en cuatro tramos. El primer tramo de esa suba será del 9% y se hará efectiva a partir del mes en curso.

-Los gastos relacionados a la vivienda tendrán subas en dos ítems. Por un lado, los contratos de alquiler firmados bajo la nueva ley aumentarán entre 45% y 47% dependiendo de la semana que se tome. El otro gasto adicional vendrá de la mano de las expensas. Por detrás están el aumento a encargados de edificios, de 10% acordado en julio y pagadero en agosto, sumado al bono de $8.000 a pagarse desde este mes hasta febrero.

-Por último, el metro cúbico de GNC tendrá una suba de 3 pesos, pasando de 37 a 40 en promedio para las estaciones de servicio del AMBA.

Asimismo, con la mayor apertura de actividad y el incremento de la movilidad hacia comercios, que se encuentra en su mayor nivel desde el inicio de la pandemia según datos de Google, los precios de los servicios cobrarán mayor relevancia. Los restaurantes y hoteles fueron ejemplo de ello: en julio aumentaron 4,8% y tuvieron la mayor incidencia en el IPC, luego de alimentos y bebidas.

Para después de las elecciones, quedarán las tarifas de los servicios públicos.

A varios meses de 2022, las primeras estimaciones de inflación para el año entrante arrancan con el 4 adelante?

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