La economía de China creció 3,2% en el segundo trimestre con relación al mismo período del año pasado y 11,5% contra el cuarto anterior, pero el retroceso en el primer semestre fue de 1,6%. Entre enero y marzo la actividad se había contraído 6,8%, su peor desempeño desde mediados de los años ´70 y eso hizo que el Gobierno, por primera vez en muchos años, no fijase un objetivo de crecimiento para 2020. En China comenzó la pandemia que hoy sacude el mundo, fue la primera gran economía afectada y es también la primera en la que se observa una recuperación. En el caso de la producción industrial, la suba en junio fue 4,8% contra igual mes de 2019. A su vez, las ventas minoristas tuvieron una caída interanual de 1,8% en un contexto de pérdida de ingresos de la población lo que constituye un dato negativo dado el mayor peso que ahora tiene el consumo interno en la economía china.
Según muchos analistas, la recuperación continuará en los próximos trimestres, pero a un ritmo menor porque la demanda de sus productos por parte del resto del mundo tardará en normalizarse. Además, puede escalar el conflicto comercial con Estados Unidos durante los meses de la campaña electoral porque la retórica anti China estará presenten todos los candidatos. Para los demás países, los datos de China anticipan las características que tendría la reactivación, que no será en forma de V y que llevará tiempo hasta que las economías alcancen su nivel previo a la crisis. Por otra parte, China no empujará de la misma a la economía mundial como lo hizo en la salida de la crisis de 2008-2009 porque su tasa de crecimiento será menor que en esa época, y porque además, ahora es más autosuficiente. De todas maneras, no disminuirá su demanda de productos agropecuarios lo que es una buena noticia para países como Argentina.
