El PIB de Estados Unidos creció 2,2% en el cuarto trimestre de 2018, menos de la estimación inicial que había sido de 2,6%. Esa corrección, que era esperada por los analistas, muestra una fuerte desaceleración frente a la suba de 3,4% registrada en el tercer cuarto.
El crecimiento el año pasado fue de 2,9% y la Reserva Federal pronostica que en 2019 alcanzará al 2,1% aunque el Gobierno prevé una expansión mayor. Si se cumpliese la proyección de la Fed, se volvería a la tasa promedio de suba anual del PIB desde la salida de la crisis de 2008.
Para el primer trimestre de este año, la consultora Macroeconomic Advisers proyecta un crecimiento de sólo el 1,4% como consecuencia de la desaceleración económica global y el cierre parcial del Gobierno que duró hasta fines de enero. Pero a favor del sostenimiento del nivel de actividad va a jugar un mercado de trabajo muy sólido.
El primer trimestre del año suele ser el más flojo en términos de nivel de actividad y la primera estimación sobre el PIB del período se conocerá el 28 de marzo.
En los próximos meses tendrá mucha influencia el contexto global. Los bancos centrales de los países desarrollados prevén poner en marcha políticas monetarias más expansivas y es muy probable que se alcance un acuerdo comercial entre Estados Unidos y China. Ambos factores tendrían un efecto expansivo sobre la economía mundial.
