"Cuando se combina lo mejor de lo clásico con lo mejor de lo nuevo surge lo moderno. Y ese es un concepto que me fascina" comenta Fede Álvarez, el director uruguayo que hace años trabaja en Hollywood y que tiene en su haber películas de género como No Respires y la remake del clásico de Sam Raimi, Evil Dead.
La frase pertenece a la presentación para la prensa de Alien Romulus, que llega a los cines el 15 de agosto. La cita fue en Montevideo y el director, junto a su amigo de toda la vida, el guionista Rodo Sayagues, desmenuzaron el material en el que trabajaron con mucho entusiasmo.
Ingresar en una franquicia como la de Alien supone un riesgo artístico siempre. A la emblemática película de 1979 que inaugura una corriente en el cine de Terror y Ciencia Ficción, se sumó , siete años después, Aliens, una secuela que dobló la apuesta de la original y fue hacia el terror y la acción bélica de la mano de James Cameron (muchos analistas y fanáticos la siguen reconociendo hoy como la mejor de la saga).
Hacia los 90, David Fincher (Pecados Capitales) fue el primer director elegido para arriesgar un concepto nuevo. Alien 3 fue su ópera prima y es la más ascética y pesimista de esa incipiente trilogía. Con un espíritu de cierre de saga, nada muere en Hollywood que vio la posibilidad de sumar un ladrillo más en la pared resucitando al xenomorfo. Así fue que Alien Resurrection (precisamente) se transformó en 1997 en la cuarta película de la línea y dejó todo abierto para seguir explotando el fenómeno.
Fue también la primera vez que un director ajeno a la industria americana se hiciera cargo de la odisea. El francés Jean-Pierre Jeunet había deslumbrado al mundo con dos películas (principalmente por su fuerza estética): Delicatessen y La Ciudad de los Niños Perdidos.
Eso le abrió las puertas de Alien y sucedió algo que es moneda corriente: unas buenas ideas mal ejecutadas en el resultado final. Luego de eso, la saga entró en un hiato para renacer de la mano de dos experimentos bastante menores. Alien vs Predator 1 y 2. Experiencias que funcionaron en el cómic no así en el cine. Ya en la década pasada, Ridley Scott vuelve a tomar las riendas del asunto y va hacia los orígenes del monstruo con dos películas: Prometheus y Alien Covenant.
Todos estos films están disponibles en la plataforma Disney Plus.
Fede Alvarez conversa tranquilo y, a su vez, muy seguro de la forma en la que se sube a la saga. "Hay una ambición en la historia de contar algo que trasciende al monstruo. Queríamos un buen relato y, generalmente, los buenos cuentos implican una historia de crecimiento, cuenta el trayecto de un personaje que, a través de los sucesos que enfrenta, crece, cambia y se convierte en otra persona al final de la película" dice el realizador uruguayo en diálogo con El Economista.
Es que, una de las cosas que llama la atención de esta incursión en Alien es el perfil etario del casting. Son jóvenes de veintitantos que difieren bastante del perfil de los anteriores protagonistas. Agrega al respecto, Álvarez: "Por eso pongo los personajes en mis películas en esa edad (los veintipico) porque me parece un momento tan fascinante. Como la gente deja de ser un niño o adolescente y pasa a ser un adulto y a definir quién es por el resto de su vida. Ahí es donde se da esa transición fundamental"
La nostalgia y la construcción artesanal de películas
Uno de los acercamientos más interesantes a esta película que ha logrado, en una primera instancia, Fede Álvarez tiene que ver con el concepto detrás del monstruo xenomorfo.
El equipo técnico ha desarrollado marionetas, animatronics, que interactúan con la acción real y los protagonistas. En un cine donde prima el desarrollo de efectos CGI (digitales) y que más de una vez no se logra un óptimo resultado (como sucede con la última entrega de Indiana Jones) apelar a la producción artesanal implica, también, ofrecer una mirada diferente acerca de lo que es hacer cine.
"Cuando uno mira el detrás de cámaras de Aliens está Stan Winston, el genio detrás de los efectos prácticos y los monstruos y hay dos personas que están a su lado, son dos jóvenes técnicos de efectos artesanales, Alec Gillis y Shane Mahan que, con el tiempo, crecieron y fundaron sus propias empresas de efectos", comenta el realizador.
Y agrega: "Tanto Alec como Jane trabajaron en distintos proyectos luego de Aliens como Jurassic Park. Mi sueño era volver a juntarlos y cuando surgió la idea de hacer esta película, en general lo que pasa, es que uno le da todo a una compañía para que se encargue del área en su totalidad. Hicimos un gran esfuerzo para separar ese trabajo y verlos juntos en el set y fue uno de los momentos más hermosos del rodaje el poder observarlos con sus criaturas".
Pero más allá de la nostalgia y el link a lo retro, Álvarez deja en claro que la película es algo totalmente nuevo. Si bien la acción de esta producción se ubica cronológicamente en la historia entre la primera y segunda película, el director defiende la identidad del film a rajatabla.
"Yo creo que naturalmente cuando uno combina dos cosas nace una tercera", dice Fede. Y concluye: "Es como que amalgamamos la primera y la segunda película estilísticamente con una historia completamente nueva, algo que nunca se contó en el mundo de la franquicia. Yo lo que más quiero es que se quede con la gente. Uno hace las películas y es como un hijo, las tira al mundo y espera que prospere, ya no es de uno, pasa a ser del mundo".
Alien Romulus encara ese camino desde mediados de agosto en todo el mundo. Se mete de lleno en una de las sagas más emblemáticas de la historia del cine. El tiempo dirá con cuánta fuerza dejará impresa su marca.
