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A 30 años de Asesinos por Naturaleza: la película que se adelantó a su tiempo para criticar a la sociedad del espectáculo

La película que enfrentó a Quentin Tarantino con Oliver Stone cumplió 30 años desde su estreno en cines. Un relato sobre la violencia cuya mirada resultó profética del mundo mediatizado por la televisión y las redes sociales.

Natural Born Killers
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Pablo Planovsky 20 septiembre de 2024

"Por miedo a que cualquiera pensara que yo escribí esa mierda", admitió Quentin Tarantino cuando le preguntaron por qué pidió que sacaran su nombre de los créditos como guionista de Asesinos por Naturaleza. La película dirigida (y reescrita) por Oliver Stone, sobre la desaforada vida de una pareja de psicópatas, fue un éxito de taquilla que dividió (y divide) opiniones incluso hoy, 30 años después de su estreno. 

Si las películas son cápsulas del tiempo, también son el resultado de la época en la que se produjeron. Estéticamente, Asesinos por Naturaleza parece una película hecha para la generación MTV: esos adolescentes que crecieron al ritmo de los videoclips de la década de 1990. En la película de Oliver Stone, ningún plano dura más de unos segundos antes de cambiar a otra imagen. Casi como si fuera premonitoria de la desesperación de Hollywood por atraer, en 2024, a una nueva generación que no resiste planos que duren más de 4 o 5 segundos en pantalla. Déficit de atención generado, según sospechan algunos expertos, por la inmediatez y fugacidad de redes como TikTok en la época de los teléfonos inteligentes.

En Asesinos por Naturaleza el montaje es frenético. La edición de la película alargó más de 11 meses la postproducción. Como si fuera una versión afiebrada y pesadillesca de JFK, en Asesinos por Naturaleza abundan los planos aberrantes y los colores intensos que no obedecen a ninguna lógica interna en el relato. Visualmente un caos ordenado que parece acercarla más al cine experimental que a una producción de Hollywood. 

Quentin Tarantino vs Oliver Stone

La historia nació como una idea original de una de las mentes prodigiosas que estaban creciendo en California. Quentin Tarantino había debutado como director, dos años antes de esta película, con la magistral Perros de la Calle. Probaba que, con pocos recursos, podía hacer cine. Esa historia tenía un condimento extra: un nivel inusitado de violencia gráfica que acompañaba diálogos en apariencia mundanos. La estrella de Tarantino brilló con más fuerza que nunca cuando, en 1994, ganó la Palma de Oro en el elegante festival de Cannes con Tiempos Violentos. Parecía una bendición para la publicidad de Asesinos por Baturaleza que este nuevo enfant terrible haya sido premiado en el festival más importante del mundo del cine. Pero la bendición no fue tal.

Hoy, en Rottentomatoes, Asesinos por Naturaleza tiene una aprobación crítica de 50%. Cuando se estrenó en cines, el servicio de encuestas CinemaScore, que mide la recepción del público no-cinéfilo, descubrió que los puntajes para la película iban desde A (el máximo) hasta F (la calificación más baja). Asesinos por Naturaleza era una película controvertida. ¿Por qué?

La historia es como una versión actualizada de Bonnie & Clyde. Intenta ser tan disruptiva como lo fue la película con Faye Dunaway y Warren Beatty en 1967. La pareja de asesinos recorre parte de Estados Unidos dejando un rastro de sangre por donde pasan. No hay mayor justificación para los crímenes que cometen, que son retratados en gran parte de la película por un desalmado periodista obsesionado por el rating.

Asesinos por Naturaleza es una sátira que no intenta ser sutil. Oliver Stone se inspiró en los acontecimientos que conmovían al mundo a través de la pantalla de la televisión, con la fugacidad e importancia que les otorgaba la creciente lógica del zapping. Una crítica que comparte con otra película de la misma década: The Truman Show. En Asesinos por Naturaleza la fantasía se da la mano con imágenes reales del juicio de O.J. Simpson, la vida de Tonya Harding o el incidente de Rodney King. Todo pasa cuando alguien decide cambiar de canal.

¿Psicópatas o víctimas del entorno?

El polémico director de izquierda, responsable de clásicos como Pelotón y Nacido el Cuatro de Julio, no comparte la interpretación que muchas veces se hizo sobre la película. Para algunos, la violencia que ejerce la pareja protagónica es consecuencia de la violencia que convive con toda la sociedad. El título de la película y una línea de diálogo contenida en una escena clave parecen ir en contra de esa lectura: los personajes matan porque son psicópatas. "Solamente son asesinatos", dice Mickey, uno de los protagonistas. "Todos lo hacen. En los bosques unas especies matan a otras. Nuestra especie mata a todas las demás, incluyendo a esas que viven en el bosque. Lo llamamos industria, no asesinato".

El enfoque que le interesaba retratar a Oliver Stone era distinto de la visión original de Tarantino. En el guión original del director de Bastardos sin Gloria, el acento estaba puesto en la construcción mediática que hacía el periodista (Robert Downey Jr., en la visión de Stone) sobre los aberrantes crímenes. Tarantino no quería presentar al dúo macabro como víctimas ni como héroes. La reescritura le dio más importancia a la pareja protagónica y desarrolló una historia de amor poco convencional. Una de las pocas escenas que quedó casi intacta del guión original de Tarantino fue la primera: un encuentro salvaje con unos rednecks en un típico diner de una ruta estadounidense.

"No podía creer las cosas que dijo de la película", confesó Stone sobre las respuestas de su par cuando se estrenó Asesinos por Naturaleza. Quentin Tarantino nunca vio la película completa: se levantó en medio de la función y, desde ese momento, no hizo más que hablar en contra. Uno de los motivos que puede explicar el enojo del director de Kill Bill tiene que ver con el ego: el ganador del Oscar es muy celoso de su trabajo y admitió más de una vez que no le gusta que le hayan hecho tantas modificaciones. 

La pelea entre los cineastas no hizo más que crecer con el paso del tiempo, aunque en ciertas ocasiones pusieron paños fríos. Tarantino admitió que Stone tuvo la gentileza de permitir que se publicara su guión original. Con el paso de los años, hasta admitió que le tomó cierto cariño a la película cuando se encontró con Johnny Cash. El mítico músico le confesó a Tarantino que era fanático de su cine. En especial, le dijo, de Asesinos por Naturaleza.

Woody Harrelson, el actor con la mirada de un asesino

Delante y detrás de cámara abundan los talentos en la película. La banda sonora estuvo a cargo de Trent Reznor, el compositor de Red Social y medio integrante de Nine Inch Nails. La dirección de fotografía fue responsabilidad de un futuro ganador del Oscar, Robert Richardson, también director de fotografía de varias películas de Quentin Tarantino. Para Richardson, fue el rodaje más difícil de su vida. Su situación personal, que describió como una pesadilla, finalmente le sirvió como inspiración artística para crear el peculiar aspecto visual de la película.

Delante de cámara también hay nombres importantes. Tommy Lee Jones interpreta al jefe de una penitenciaria como si fuera uno de los villanos de Batman Eternamente. Robert Downey, Jr. juega con el acento y los manierismos de un personaje sin escrúpulos. "Stone es un director como Nolan: es la forma más alta de hacer comentarios sociales a través del cine", relató Downey, Jr. pensando en el legado de Asesinos por Naturaleza, una película que hasta recibió su parodia/homenaje en Los Simpson.

"No sé por qué tanta gente se escandalizó, si es una puta comedia. Es una comedia romántica, para ser más preciso", dijo Woody Harrelson. El actor que hizo de psicópata en la secuela de Venom, de sicario en Sin lugar para los Débiles y Tierra de Zombies, e interpretó a uno de los detectives en True Detective, fue elegido por Stone por sus cualidades físicas. El director lo veía como la personificación de un blanco promedio pobre: el white trash que usan los yankees para referirse de manera despectiva a cierto sector de la población de Estados Unidos.

Su compañera en la ficción fue interpretada por Juliette Lewis. La joven tenía apenas 20 años. Su performance recibió elogios de Tarantino: "Es una de las pocas cosas buenas que tiene la película". Juliette, como Mal, es una desquiciada frenética. Su pasado está relatado de una manera poco convencional, que asustó a uno de los actores. Mal es una joven que fue violada y violentada por su propio padre. Asesinos por Naturaleza representa esos hechos como si fuera una sitcom. "Es una película muy inteligente. Especialmente con todas las capas con las podemos verla hoy", dijo Lewis en una retrospectiva por el aniversario de la película.

Para algunos críticos, la película es una sátira mordaz sobre un mundo mediatizado cada vez más estúpido y violento. El legendario Roger Ebert la eligió como una de las mejores de 1994. Entertainment Weekly la nombró como una de las mejores películas de la década de 1990. Pero no todas las voces son positivas. 

¿Critica la violencia o la convierte en algo cool? El político Bob Doyle, sin verla, dijo que la película era responsable por la creciente tasa de criminalidad en Estados Unidos. A su favor: una pareja de estadounidenses, inspirados por Asesinos por Naturaleza, mató a sangre fría al trabajador de un mercado. Para muchos, como el novelista John Grisham, la película es un pastiche postmoderno convertido en aquello que pretende criticar. Hay algo seguro: Asesinos por Naturaleza no perdió la energía con la que dividió opiniones hace 30 años. Tampoco su espíritu profético. Por algo la película termina con una canción particular de Leonard Cohen: The Future.

Asesinos por Naturaleza está disponible en Disney+.

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