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LLA y el PRO caminan hacia una posible coalición cargada de riesgos para ambos espacios

Tras el fracaso de la Ley Ómnibus y la disciplina parlamentaria que mostró el PRO, se comenzó a delinear una alianza entre LLA y el espacio fundado por Mauricio Macri, que no prescinde de riesgos para ambos

Mauricio Macri, Javier Milei y Patricia Bullrich.
Mauricio Macri, Javier Milei y Patricia Bullrich.
15 febrero de 2024

Tras el revés de La Libertad Avanza por la Ley Ómnibus en la Cámara de Diputados comenzaron los rumores en torno a un reacomodamiento en el Gobierno para evitar futuras derrotas. Aquel fracaso mostró la debilidad del oficialismo en el Congreso y su falta de habilidad para tender puentes con los bloques dialoguistas. 

Con la vuelta a comisión del megaproyecto, las especulaciones empezaron a girar en torno a la puesta en marcha de una alianza entre el espacio de Javier Milei y el PRO, con Mauricio Macri a la cabeza. 

Esa alianza ya fue puesta en evidencia con el comportamiento de los legisladores amarillos durante el tratamiento de la Ley Bases, dado que todos los diputados que responden al bloque de Cristian Ritondo brindaron su apoyo absoluto a todos los artículos de la iniciativa impulsada desde el Ejecutivo Nacional

La idea de una coalición (o un cogobierno, según dicen algunos) se hizo más presente cuando la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, anticipó un "rediseño político" en el gobierno de Milei y alimentó los rumores que ya existían. Además, las declaraciones de Bullrich fueron acompañadas con las de otros referentes del PRO, que aseguraron que comparten la visión de cambio que propone LLA. 

Tampoco faltaron los indicios por parte del presidente. Milei dio avales a una fusión con el PRO en el plano legislativo y aseguró que mantiene un diálogo directo y permanente con Macri.

Frente a esa ebullición, el vocero presidencial, Manuel Adorni, desmintió una "reunión cumbre" supuestamente prevista entre los espacios. Pero tampoco descartó las especulaciones, ya que afirmó que la Casa Rosada "siempre está abierta la posibilidad de sumar a todo aquel (dirigente político) que coincida en sus pensamientos con el cambio" que propone el Gobierno nacional en el país".

La cercanía ideológica del PRO y LLA reconfigura el mapa político porque implica la desaparición del Juntos por el Cambio. En cierta medida, sería un sinceramiento.

Hoy, dirigentes y votantes del PRO se sienten más cerca de Milei que de sus anteriores socios radicales y lilitos que ahora deberán buscar su espacio. La grieta se mantiene y lo que cambió es que del lado de enfrente del peronismo ya no está JxC sino el espacio integrado por el PRO y LLA más allá de la formalidad que finalmente tenga.        

Sin embargo, la formalización de la alianza implica ciertos riesgos, tanto para el oficialismo como para el PRO. 

Desafíos para LLA

En el caso de LLA, la idea de un pacto con la dirigencia política significaría el quiebre definitivo del discurso contra la "casta", que llevó a Milei a la Presidencia y con el cual insiste todavía hoy. 

Durante la campaña, la "casta" estaba integrada, sin muchas precisiones, por quienes habían tenido actividad en el sector público, mientras que ahora específicamente son los gobernadores y los diputados que votaron en contra de la Ley Ómnibus.

Tal como planteó alguna vez el diputado bonaerense de LLA, Agustín Romo, "casta es lo que nosotros decimos que es". 

Pero además, asume un segundo riesgo: la integración del PRO en el mando deberá ser medida, o bien podría llevar a LLA a tomar un rol desdibujado en la administración. El desembarco del PRO, máxime si incluye la llegada de muchos funcionarios propios, podría opacar a la tropa libertaria.

Desafíos para el PRO

Pero para el PRO la situación tampoco es completamente favorable. En el caso de que Milei logre una buena gestión, logrará consolidar su posición dada la característica presidencialista del sistema político argentino y entonces el espacio amarillo quedará a la sombra del violeta. 

Durante las elecciones fue claro que el oficialismo obtuvo una parte significativa del electorado que habría votado por Bullrich en otras circunstancias. JxC obtuvo 41% en las legislativas de 2011 y sólo el 23% en las presidenciales de 2023. La diferencia la explica Milei. 

El sector joven del PRO, más liberal y drástico en el camino hacia el cambio, se vio atraído por la energía novedosa de Milei. En tanto, el sector de la ministra de Seguridad retuvo a un electorado de mayor edad, con un carácter más concentrado en un sector social de ingresos medios para arriba que el anterior. 

Por el contrario, si LLA no logra ser exitoso en la administración, el PRO quedaría enlazado a ese fracaso. Así, perdería la oportunidad de presentarse como un espacio de oposición debido a su participación directa en el desarrollo del gobierno.

Gobernar sin pasar por el Congreso no es una opción, dado que es la única vía por la que pueden avanzar las reformas en materia fiscal, que son el corazón del gobierno libertario. Por eso, Milei deberá buscar aliados en las cámaras, teniendo en consideración todos los riesgos que ello implica, así como también los peligros de cargar con un gobierno paralizado debido a la imposibilidad de encontrar una coalición estable. 

Quiebres hacia el interior

La búsqueda de una alianza estable entre el PRO y LLA abrió un nuevo escenario de disputas en el interior de los espacios. Tal es la situación, que ambos sectores consideran la posibilidad de un drenaje de legisladores en la Cámara Baja

En el PRO, cabe la posibilidad de que aquellos diputados que se identifican con Horacio Rodríguez Larreta se retiren del bloque. Esto se explicaría, según un diputado con larga trayectoria en el PRO, porque su partido no tiene la densidad institucional interna que todavía conservan otros sectores como la Unión Cívica Radical. 

La fracción interna también es un riesgo en LLA. Entre los libertarios surge el temor de que el reacomodamiento los termine subordinando en sus territorios a dirigentes del macrismo que enfrentaron en las elecciones del año pasado. Tales son los casos de Julieta Santillán con Guillermo Montenegro en Mar del Plata, Lisandro Almirón contra Gustavo Valdés en Corrientes y César Treffinger contra Ignacio Torres en Chubut.

En el Senado

Por otro lado, tampoco los senadores tienen claridad sobre el destino que les podría deparar la fusión entre el PRO y LLA.

"No pareciera que el camino esté definido y, cuando se definan los términos, las condiciones, el modo y el nombre que se le dé, veremos qué hacemos porque no hay una comunicación certera y clara con los legisladores", planteó una fuente de PRO.

Ese bloque tiene 6 bancas en el Senado y se sumarían a las 7 que cuenta LLA. Si hubiera desprendimientos, el impacto podría ser más ruidoso que en la Cámara Baja. 

Sin "cogobierno"

Para LLA, la fusión es necesaria para fortalecer el Gobierno y ampliar la base de diputados y senadores. La pregunta, entonces, es si eso implica un cogobierno con Mauricio Macri y Patricia Bullrich. 

En ese marco, el temperamento de Milei representaría otro de los desafíos de esta alianza. Las diferencias ideológicas y entre el PRO y LLA, acompañadas con personalidades fuertes como la del presidente, presentan dificultades para el mantenimiento de la estabilidad dentro de esa eventual coalición. 

En este clima de incertidumbre respecto al futuro de los espacios, el presidente negó de forma rotunda la posibilidad de establecer un cogobierno entre LLA y el PRO, pero aseguró que el "reordenamiento ideológico" que produjo el debate de la Ley Ómnibus llevará a una "convergencia" de ambos espacios.

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