Entusiasmado, Tanoira cuenta los detalles y entretelones de la ley. En diálogo con El Economista, plante que “lo importante es que la ley le sirve tanto a una nueva tecnológica de Palermo como al emprendedor de La Quiaca que pone su empresa de venta de ponchos”.
La Asociación de Emprendedores de Argentina (ASEA) está detrás de la Ley de Emprendedores desde hace casi tres años. ¿Qué impulsó el proyecto y cuáles fueron los desafíos en el proceso?
La idea detrás del proyecto fue diseñar políticas públicas para crear un ecosistema emprendedor sólido. En la práctica buscamos quitarle las barreras burocráticas a los emprendedores a la hora de lanzar una empresa. Y el desafío fue acercar la digitalización ?que ya está presente en otras áreas como la impositiva- a la creación de una compañía. Lo importante es que la ley le sirve tanto a una nueva tecnológica de Palermo como al emprendedor de La Quiaca que pone su empresa de venta de ponchos. Y permite invitar ?y no expulsar? a la gente a la formalización y al vector impositivo.
¿Cuáles son las principales novedades que trae la Sociedad de Acciones Simplificadas (SAS)?
Permite crear una empresa y una cuenta bancaria asociada en un día. Eso es realmente novedoso. Un emprendedor en las provincias podía estar entre tres y doce meses para poner en marcha su negocio. Si tenía un inversor detrás, era probable que lo perdiese en el proceso. De todas formas, también es muy novedoso que la sociedad pueda tener un único socio, a diferencia de la Sociedad Anónima o la SRL. Esto es fundamental porque muchas veces se emprende con un equipo, pero no siempre hay otros socios. Y, además, no es necesario arriesgar los bienes del emprendedor a la hora de ponerla en marcha.
¿Es una ley de avanzada frente a otros países?
La ley nos posiciona con una de las legislaciones más modernas de América Latina. Esto es algo que existe en otros países de la región como Chile o Colombia. Pero tiene alentrevista go bien de avanzada y es que la constitución de la SAS es 100% online. Y también estamos a la vanguardia global con la posibilidad del financiamiento colectivo. La ley tiene incentivos concretos para apoyar al emprendedor pero también para promover la inversión.
¿Cómo va a funcionar este financiamiento colectivo de proyectos?
Es un crowdfunding por acciones. Los emprendedores a través de plataformas aprobadas por la Comisión Nacional de Valores (CNV) pueden colocar una parte minoritaria de su capital para vendérselas a diferentes inversores. Esto va a ser fundamental para el inicio de los proyectos y funcionará como capital semilla. Nosotros promovemos que se pueda levantar hasta $1.000.000 por esta vía.
¿Creen que este tipo de sociedades va a potenciar la creación de empresas? ¿Cuáles son las expectativas?
Estamos convencidos de que gran parte de la creación de sociedades va a ir por este modelo. La ley parte de una demanda y una necesidad del ecosistema emprendedor local. Es una ley que nace del mercado y es consensuada entre el sector privado y público. Además, simplifica los trámites de creación pero también agiliza la toma de decisiones para los emprendedores. Le permite, por ejemplo, al emprendedor fijar un domicilio temporal en una primera instancia o no poner de antemano un objeto específico o un capital determinado para el inicio del negocio.
¿Qué quedó fuera de la ley que ustedes creen que podría incluirse en el tratamiento del Congreso?
Vamos a trabajar en el Congreso por dos cuestiones. Por un lado, la posibilidad de que los emprendedores puedan darle acciones a sus empleados sin que esto tenga un impacto fiscal negativo. Por otro lado, también queremos ver la manera de lograr la igualdad fiscal entre los inversores de capital emprendedor y los inversores de la bolsa. Los emprendedores apuestan a la innovación y al empleo y deberían tener, por lo menos, el mismo tratamiento fiscal.
