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Análisis

El ancla del programa político es (y deberá ser) el apoyo social

La estabilidad de este ciclo depende, más que ningún otro, del apoyo social, que sostiene la gobernabilidad, contiene la conflictividad, puede fortalecerlo en 2025 y consolidar el ciclo, pero depende de resolver los problemas económicos.

El presidente Javier Milei
El presidente Javier Milei
Lucas Romero 10 julio de 2024

El rasgo más sobresaliente de la naturaleza de este ciclo político, es la dramática asimetría que hay entre los escasos recursos políticos disponibles por las nuevas autoridades y la magnitud del desafío económico por resolver. 

Un dramatismo que emerge de los limitados márgenes decisionales que dispone quien tiene que resolver el jeroglífico económico, y de la dificultad que el problema no es acertar en el diagnóstico (hay consenso sobre el asunto), sino tener la fortaleza política para aplicar el tratamiento requerido, sin saber si el paciente (la sociedad) podrá soportarlo.

De hecho, la fortaleza política es una necesidad porque para resolver con éxito el desafío económico que hay por delante, no solo se necesita capacidad de tomar de decisiones, sino también una determinada velocidad en la toma de decisiones para que los resultados alcanzados, sean dentro del plazo disponible (paciencia social). 

Por ello, el principal desafío de Javier Milei no es resolver los problemas económicos, sino uno anterior: poder tomar las decisiones que hay que tomar para resolver esos problemas económicos. El presidente es consciente de ello, e intenta dar señales de que su condición política no es de debilidad. Destaca el apoyo social e intenta mostrar, con deliberado interés, que puede juntar apoyos para tomar decisiones, como lo hizo con la Ley Bases o con el Acta de Mayo.

Sin embargo, no es posible entender la naturaleza de todo este proceso -y su sostenibilidad- sin considerar el rol que ejerce el apoyo social. Si para Luis Caputo el ancla del programa económico es el ajuste fiscal, por la naturaleza del proceso político, el ancla del programa político es el apoyo social.

Este es un presidente que pudo hacer lo que pudo hacer porque apeló a ese apoyo social ("going public", según Samuel Kernell) para presionar al resto de los actores para recoger apoyo. Si por algo nadie (ni el Congreso ni la Corte) volteó el DNU 70/2023, o nadie impidió que Milei pueda sacar leyes importantes del Congreso, ello es por la presión que ejerce ese apoyo social sobre el resto de los actores.

En buena medida, el Gobierno pudo hacer cosas gracias a esa presión social de la sociedad que votó a Milei y que está ilusionada con este cambio, y que no quiere que este presidente frágil se caiga. Si la Corte o el Congreso no voltean el DNU 70/2023, es porque temen las consecuencias que provocaría semejante señal de debilidad política del Gobierno. Si los bloques dialoguistas no negaron apoyo para sancionar las Leyes Bases y Paquete Fiscal, es porque temen las consecuencias que provocaría la señal de debilidad política de un gobierno de puede sacar leyes del Congreso.

Los gobernadores no fueron a Tucumán a firmar el Acta de Mayo porque hubo consensos sobre su contenido. Fueron allí para no enojar con su ausencia a los simpatizantes de Milei que tienen en sus distritos. Solo faltaron los que saben que su electorado antipatiza con todo lo que ocurrirá en Tucumán. No es que hay apoyo político del resto de los actores al rumbo de Gobierno, hay temor a ser castigados por esa parte de la sociedad que apoya si el gobierno se cae.

El dilema de Milei es que necesita sostener esos apoyos sociales para que el Gobierno funcione y pueda lograr los apoyos políticos que necesita para resolver los problemas económicos. 

Un dilema complejo por su circularidad: 

  1. Para poder resolver los problemas económicos.
  2. Lo ayudaría tener más apoyo político del que tiene.
  3. Que pudiera lograr si sostiene esos apoyos hasta las elecciones 2025 y las gana con holgura.
  4. Pero para lo cual necesita resolverle a la gente los problemas económicos. 

En definitiva, como se dijo al inicio, un ciclo condicionado por el dramático desequilibrio que hay entre los escasos recursos políticos disponibles y la magnitud del desafío económico por resolver.

Para llegar competitivo a la elección de octubre de 2025, Milei necesita sostener los actuales apoyos y demostrar que está resolviendo los problemas económicos, ya que era y es la principal demanda ciudadana. Y para hacerlo necesita que el sufrimiento marginal de la sociedad sea sostenidamente decreciente (que la gente se sienta cada día un poco mejor), para que esa percepción de mejora sostenida sostenga los apoyos.

Y de ese sostenimiento de los apoyos, que definirán su competitividad, dependerá la conformación de la oferta electoral. Cuanto más fortalecido llegue, menor margen para la oposición dialoguista de robarle parte de esos apoyos. Cuanto más debilitado, la oposición dialoguista podría convertirse en punto de fuga de los que dudan del rumbo.

En definitiva, por su naturaleza la estabilidad de este ciclo depende, más que ningún otro en el pasado, del apoyo social. Un apoyo que sostiene la gobernabilidad, que contiene la conflictividad, que puede fortalecerlo en 2025 y así consolidar el ciclo, pero un apoyo que depende de resolver los problemas económicos. Así de sencillo, así de complejo.

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