El Economista - 70 años
Versión digital

dom 05 May

BUE 18°C
.
Panorama

Reducir la pobreza es cuestión de talentos

Pobre no es quien no tiene dinero, sino quien no es capaz de generar riqueza por sí mismo.

Fernando Solari 17 julio de 2023

Muchos actores (personas, empresas, organizaciones) brindan su dinero u otros recursos. Mientras, otros tantos aportan su tiempo, energías, saberes y demás, con la intención de reducir la pobreza. Por ejemplo en Estados Unidos, un país donde la generosidad se estimula, se donaron US$ 366.000 millones en lo que va del año (reporte de GivingUSA.org). Otro informe de unv.org (voluntarios ONU), destacó que un total de 3.000 millones de personas realizan actividades de voluntariado en el mundo.

Pero...¿cómo es posible que, a pesar de tanto esfuerzo y recursos para reducir la pobreza, haya 4.000 millones de personas pobres en el mundo? Es simple: partimos de un pronóstico errado. Pobre no es quien no tiene dinero, sino quien no es capaz de generar riqueza por sí mismo.

La pobreza es un extremo de una línea cuyo final está en la riqueza. Por lo tanto, para transitar ese camino las personas deben contar con los talentos necesarios para generar recursos propios.

Ahora sí, reduzcamos la pobreza

Si compartimos nuestros talentos le vamos a brindar a las personas que hoy son pobres la posibilidad de dejar de serlo. Estos, a diferencia de nuestro dinero o nuestro esfuerzo, cuando se comparten potencian y enriquecen. Si buscamos expertos en generar riqueza los encontraremos, por ejemplo, en las empresas. Estas además suelen tener "conflictos de talento", en especial con las nuevas generaciones, que las suelen abandonar rápido cuando notan que alguno de sus talentos no se desarrolla en el rol que les toca desempeñar dentro de la organización.

Tenemos un buen punto de partida si logramos dirigir el compromiso de actores tan potente como lo son las empresas. Estas además pueden obtener un resultado desde el punto de vista de retención de talentos. E incluso un bonus, que se dispara si alinean la ayuda generada con su negocio; y si integra lo hecho a su estrategia de sustentabilidad. Esto le brindará reputación, funcionará como un diferencial competitivo sostenible y obtendrá el máximo valor al que puede aspirar una empresa: ser preferida por la comunidad.

Manos a la obra

Imaginemos una situación usual para las empresas: se acercan los vecinos de una planta que produce pintura a pedir ayuda para poner en condiciones la escuela del barrio. La empresa los cita un día determinado, les entrega pintura suficiente y toma una foto para registrar la emoción de quienes la reciben. Ellos no saben cómo utilizarla, ni cómo guardarla y, si intentan venderla, seguramente sean vistos como sospechosos de haberla robado.

Avancemos, manteniendo el caso. El CEO de la empresa anuncia a todo su personal que el fin de semana siguiente irán todos -incluso él- a pintar la escuela del barrio. La escuela queda bien, los empleados quedan mal por el esfuerzo desacostumbrado; la comunidad lo considera un "milagro" sin estímulo para su avance, la próxima convocatoria del CEO obtendrá excusas como respuesta.

En las versiones anteriores la empresa no intentó ayudar para que la pobreza se redujera (queda claro que la escuela en mal estado es indicador de una comunidad en malas condiciones); solo intentó ser primero generosa y luego brindar confort a la pobreza.

Hagamos que el cambio sea sostenible

A diferencia de las versiones anteriores, la empresa decide ayudar y convoca a la comunidad en la escuela en malas condiciones. Allí anuncia su decisión de ayuda y pide voluntarios de parte del barrio. Quienes se presenten como voluntarios terminarán su aporte con el oficio de pintor.

A quienes se ofrecen como voluntarios se les entrega ropa, elementos y los guía un experto en enduido, luego un especialista en lijado, finalmente los entrenan en primera mano de pintura y en el acabado final. La escuela queda en condiciones y los voluntarios tienen un oficio y entrenamiento. 

Esto se refuerza con la ayuda de personal del área de marketing, que les enseña a hacer un volante para promocionar su nueva propuesta de valor. Desde el equipo de Finanzas también les explican cómo abrir una cuenta y cómo cobrar y pagar. Desde Recursos Humanos, cómo elegir un ayudante cuando lo necesiten. 

Crecimiento sin dependencias

Sé lo que estás pensando. Lo que acabamos de hacer, ¿no es otra cosa más que educación y capacitación? Sí, claro, en esencia sí lo es: lo que ocurre es que quien está en condición de pobreza tiene urgencias cotidianas que no puede desatender para, a cambio, recibir educación. Vivir "al día" a veces es un lujo para quienes viven minuto a minuto intentando subsistir sin recursos. Por eso hablamos de compartir talentos, porque es más rápido, efectivo y se adecúa a la realidad de quienes viven en la pobreza. 

Quien queda con un oficio de pintor -con una escuela como muestra de su nuevo oficio- está en condiciones de generar su propia riqueza y llegará hasta donde decida llegar. Incluso él podrá compartir esos nuevos talentos con quien decida hacerlo. Por cierto, comenzará a alejarse de la pobreza avanzando hacia la riqueza gracias a su capacidad de generar recursos sin ninguna clase de dependencias. Libre; capaz de seguir su propio camino.

¿Te animás a hacer esto, a crear -o co crear- algo parecido? Hay 4.000 millones de personas en el mundo que te lo van a agradecer.

Seguí leyendo

Enterate primero

Economía + las noticias de Argentina y del mundo en tu correo

Indica tus temas de interés