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Reino Unido: ¿se viene un nuevo invierno del descontento?

La población y los medios vuelvan a hablar con preocupación de un “invierno del descontento”, como aquel de finales de 1978

Reino Unido: ¿se viene un nuevo invierno del descontento?
Victoria Rinaldi 05 noviembre de 2021

Muchos años pasaron ya del caótico período en la reciente historia del Reino Unido conocido como “el invierno del descontento”: varios meses entre el final de 1978 y el inicio de 1979, en el que múltiples huelgas fueron llevadas a cabo por parte de los sindicatos, tanto públicos como privados, demandando mayores aumentos salariales al Gobierno laborista de James Callaghan, que había impuesto un límite de 5% a los mismos, para controlar la inflación. La situación culminó con la moción de censura que removió a Callaghan y que, tras reñidas elecciones, llevó a Margaret Thatcher al puesto de Primer Ministro.

Sin embargo, las actuales condiciones económicas, políticas y sociales que hoy en día inciden en la vida diaria de la población británica han hecho que los individuos y los medios vuelvan a hablar con preocupación de un “invierno del descontento”, como aquel que hace más de cuarenta años mortificó su nivel de vida. Una creciente inflación, sumado a escasez tanto de productos y servicios como de trabajadores de actividades específicas, y la posibilidad de que aumente la pobreza, comienzan a preocupar a la población y más aún tendrían que hacerlo a las autoridades. 

El contexto de una posible crisis

A fines de septiembre, imágenes de filas de vehículos extremadamente largas en estaciones de servicio del Reino Unido fueron vistas por todo el mundo. La empresa BP fue la primera en anunciar el cierre temporal de algunos de sus bocas de expendio debido a problemas con la oferta de combustible, decisión rápidamente replicada por otras compañías. Sin embargo, aseguraron tener grandes cantidades de reservas de combustible en sus depósitos de almacenamiento. El origen del problema yace en el hecho de que el Reino Unido se ha quedado sin transportistas que, mayoritariamente, eran extranjeros.

Estas circunstancias afectan, en primera instancia, al sector de los combustibles, un recurso energético del que el Reino Unido continúa siendo altamente dependiente. Al no poder realizarse la correcta y efectiva distribución de los mismos, otros sectores de la economía vieron afectada su normalidad. 

Así, se ponen de manifiesto algunas de las consecuencias del Brexit, las cuales posiblemente hayan sido oportunamente menos ponderadas de lo que hoy la realidad está marcando. Así es como la población ha comenzado a presenciar no solo escasez en el combustible que utiliza día a día, sino también góndolas vacías en los supermercados y demoras e incertidumbre para recibir bienes y servicios. De cara a la temporada festiva, se presume que será dificultoso el acceso a distintos tipos de bienes: desde juguetes y dispositivos tecnológicos, pasando por alimentos como la carne, los productos lácteos, el chocolate, hasta decoraciones para el hogar y materiales de construcción. 

Sin embargo, el sistema de transporte no ha sido el único que se ha visto complicado por la escasez de trabajadores certificados. Los hoteles, supermercados minoristas, pubs y restaurantes también han comenzado a ver su desempeño diario alterado al no contar con suficiente personal, además de no poseer volúmenes de mercadería consumible acorde a lo que estiman necesitar para una correcta atención a sus clientes. 

Por lo tanto, puede entenderse que no solo se trata de una crisis sectorizada o reducida a un área puntual, sino una crisis laboral generalizada, que a su vez se ve acompañada por crecientes niveles de inflación, de pobreza y un aumento generalizado de precios, particularmente en el mercado de los combustibles.    

Los agravantes de una situación prexistente 

Si bien es cierto que tanto Europa como el Reino Unido han padecido una escasez de conductores de medios de transporte, esta situación se agravó recientemente, y aún más profundamente en el Reino Unido. Esto es debido a dos hechos puntuales: el Brexit y la pandemia de Covid-19.

En relación a la salida del Reino Unido de la Unión Europea, las nuevas leyes sobre inmigración impulsadas por el Gobierno conservador de Boris Johnson restringieron la entrada y salida de aquellos ciudadanos pertenecientes a la comunidad, por lo que muchos trabajadores se vieron obligados a abandonar el territorio, regresar a su lugar de origen, sobre los cuales no se espera su retorno. Sumado a eso, la depreciación de la libra en relación al euro, y la incidencia de aranceles sobre mercaderías y servicios provenientes de la UE hicieron que distintos trabajos, pero particularmente aquellos asociados al transporte de mercaderías, perdieran atracción para trabajadores de Europa continental.

En cuanto a lo pandemia, fueron las medidas tomadas por el Gobierno las que tuvieron mayor impacto en la situación y que, sumadas a las circunstancias proporcionadas por el Brexit, incrementaron la complejidad del panorama. Las restricciones de circulación alentaron aún más a trabajadores extranjeros a regresar a sus países y abandonar su actividad en el Reino Unido. Otros optaron por una jubilación anticipada, o decidieron buscar trabajos con mejores condiciones laborales. Cabe también señalar que, producto de las medidas tomadas, la capacitación y evaluación de transportistas, trabajo que requiere de distintas certificaciones y evaluaciones, también se vieron detenidas. 

La Asociación Real de Transportistas (Road Hauling Association, RHA) presume que, a septiembre de 2021, hay un déficit de 100.000 trabajadores en el rubro. 

La respuesta de Johnson

La posición de Boris Johnson y su Gobierno en relación a lo que está sucediendo en el Reino Unido, es clara y no parece que vaya a cambiar a corto plazo: se resiste a abrir la puerta a inmigrantes, y en su lugar, se recomienda a las empresas británicas buscar mano de obra británica. Sin embargo, son las mismas empresas quienes expresan las complicaciones a la hora de seguir las indicaciones del Gobierno: la mano de obra británica carece de habilidades necesarias para determinados trabajos, demandan mayores salarios y rechazan condiciones laborales más duras.

En cuanto a medidas, el gobierno debió solicitar la ayuda del Ejército para poder paliar la presión que la falta de distribución de combustible estaba generando. Durante la primera semana de octubre se desplegaron múltiples camiones, tras una acelerada capacitación a aquellos soldados que manejaban camiones cisterna. Además, el gobierno impulsó la creación de visas de trabajo temporales para que 5.000 conductores ingresen al territorio, y suspendió leyes de competencia para que las empresas puedan abastecerse mutuamente de combustible. 

La economía pospandemia 

La actual situación se plantea como un verdadero desafío para el Gobierno de Johnson, que ha pasado la mayor parte de su tiempo ocupado con la pandemia. Si bien su partido aún apoya al PM, su postura en relación a cómo las empresas deben enfrentar el momento ha llevado a muchos directivos privados, aliados del Partido Conservador, a considerar que el PM “ignora o prefiere ignorar” la nueva realidad económica global y su visión “optimista” está fuera de lugar. 

En cuanto al Brexit, la situación parece confirmar lo que la UE sostuvo desde un principio al respecto: un país económicamente aislado difícilmente salga rápido de una situación similar. Sin embargo, el gobierno británico evita hablar al respecto o asociar directamente la salida de la UE a la creciente crisis. Depende del mismo ofrecer incentivos suficientes para que los trabajadores europeos consideren regresar al Reino Unido, o elijan continuar con sus vidas laborales en cualquier otro país de la comunidad, donde si bien las condiciones puedan no ser las más convenientes, hoy se encuentran con un menor grado de complejidad para su reinserción laboral. 

Paralelamente, merece destacarse que ante la situación de escasez de mano de obra detectada en Estados Unidos en condición de pospandemia, señalada intensamente por los empresarios, Joe Biden simplemente indicó en rueda de prensa ante los periodistas acreditados en la Casa Blanca, lo que a su criterio era una simple solución. “Páguenles más” (“Pay them more”), señaló, exponiendo luego que la aceleración del ritmo del crecimiento de los salarios es una característica y no un defecto de la economía pospandemia.   

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