El 16 de agosto, en el salón Montevideo de la Legislatura porteña, la organización Alianza por Venezuela convocó a un panel de periodistas argentinos para relatar sus experiencias al cubrir las elecciones presidenciales venezolanas del pasado 28 de julio.
A casi un mes de ese evento electoral, los testimonios de los periodistas revelan las dificultades de ejercer el oficio en un contexto donde la censura y la coacción son moneda corriente.
La conferencia, que contó con la participación de unas 100 personas, puso sobre la mesa no solo la vocación de los reporteros, sino también la cruda realidad que enfrentaron al trabajar en Venezuela. Entre los oradores estuvieron Gonzalo Bañez, Lucía Miguel, Joaquín Sánchez, Pedro Gianello y Carolina Amoroso, quienes relataron cómo fue documentar una elección bajo la sombra de un régimen autoritario.
Cobertura bajo fuego: el desafío de reportar desde Venezuela
Lucía Miguel describió una Caracas efervescente en los días previos a la elección: "Había una energía inigualable en las calles. La gente confiaba en que esta vez el cambio era posible, y eso se sentía en cada esquina." La euforia, sin embargo, se transformó en desesperanza cuando los resultados dejaron a la población sumida en la frustración.
Joaquín Sánchez destacó cómo las dificultades para ingresar a Venezuela ya hablan por sí mismas de la situación en el país. "Nosotros estábamos evaluando si entrar como turistas o como periodistas, porque el miedo ya se sentía antes de cruzar la frontera.
"Entré por Maracaibo, donde, al bajar del avión, me interceptó un oficial de la Dirección General de Contrainteligencia Militar. Me separaron del resto de los pasajeros y me sometieron a varios interrogatorios, preguntando cuatro o cinco veces lo mismo, buscando que cometiera algún error", afirmó Sánchez.
Sánchez, también relató la experiencia que vivió tras las elecciones: "Hasta el domingo, había una efervescencia en las calles, como si los venezolanos estuvieran viviendo en un país diferente por una semana. Pero luego, el lunes, todo se desplomó. Caracas amaneció enlutada, sin tráfico ni actividad. Fue como si de repente todos hubieran vuelto al país de siempre, ese donde el temor y la desesperanza son la norma".
En un entorno donde la narrativa es controlada por el régimen, la responsabilidad de los periodistas extranjeros fue enorme. Carolina Amoroso expresó: "volver a Venezuela fue doloroso, la alegría que caracterizaba al país parecía borrada. Sentía que le habían sacado algo que es muy inherente al país: su color, su alegría de crecer y estar. Eso era algo muy característico de Venezuela y me impactó ver cómo eso se había desvanecido."
Gonzalo Bañez, otro de los periodistas argentinos presentes en la cobertura, compartió la tensión palpable desde el momento en que ingresó al país para continuar con la cobertura que había iniciado su colega, Carolina Amoroso:
"Entramos por la frontera de Táchira y lo primero que sentimos fue temor, miedo. Ya se percibía la persecución y esa sensación de que nadie quería hablar frente a la cámara. Muy pocas personas se animaban a hacerlo por el miedo a las represalias".
Según Bañez, la realidad en Venezuela era desoladora: "cruzar de Colombia a Venezuela fue impactante: rutas destrozadas, retenes militares cada 10 kilómetros como si estuviéramos en una guerra, y policías buscando cualquier excusa para pedir dinero". Esta situación contrastaba fuertemente con lo que muchos esperaban encontrar, revelando una Venezuela "difícil de mostrar por todas las restricciones que uno debe enfrentar al cubrir".
La realidad detrás de cámara: el miedo constante y la solidaridad entre colegas en un entorno de represión
Uno de los puntos que más se destacó en el panel fue la importancia de la cooperación y la solidaridad entre los periodistas locales e internacionales. "Nos protegíamos mutuamente para asegurar que las historias de los venezolanos fueran contadas. La solidaridad fue vital para superar los desafíos", declaró Lucía Miguel.
Báñez, también resaltó el espíritu de colaboración entre sus colegas: "los periodistas en Venezuela saben a lo que se enfrentan, pero se cuidan entre ellos. Hay una solidaridad increíble en pasar información y cooperar para poder mostrar lo que realmente sucede".
Pedro Gianello comentó cómo, a pesar de la tensión, la colaboración fue clave: "En Venezuela no existe eso de que podes estar en otro lado por la competencia; realmente es un lindo ejercicio dentro de un contexto difícil. Es increíble cómo te cuidan y cómo te arman incluso la salida, "Te dicen 'por acá sí, por allá no', y hasta te acompañan en una mototaxi para evitar problemas".
Gianello también narró un incidente que vivió cerca de Miraflores, donde intentó tomar una foto: "Quise sacar una foto y enseguida un militar con fusil me obligó a borrarla". Estas experiencias revelan cómo los periodistas internacionales deben enfrentar la censura y la intimidación para poder informar desde el terreno.
El ambiente en la Legislatura estuvo cargado de emoción. La voz de Lucía Miguel se quebró al relatar su experiencia, lo que provocó una ovación del público. Los asistentes, en su mayoría miembros de la comunidad venezolana en Buenos Aires, no ocultaron su optimismo y agradecimiento hacia los periodistas por su valentía al exponer lo que sucede en Venezuela.
"Gracias por ser nuestra voz en el mundo", expresó entre aplausos uno de los participantes, resaltando el papel crucial de los reporteros para dar visibilidad a la crisis.
El evento en la Legislatura porteña dejó claro que el periodismo sigue siendo una herramienta fundamental para exponer las injusticias en contextos autoritarios. "No debemos caer en eufemismos. Un fraude es un fraude, una detención ilegal es un secuestro", expresó Carolina Amoroso.
"Nuestra labor es contar la verdad con honestidad, especialmente cuando los periodistas locales enfrentan amenazas directas. "Es crucial seguir contando la verdad desde afuera, sin edulcorarla. No podemos permitir que la narrativa del régimen sea la única voz que se escuche", concluyó la periodista y conductora de TN Internacional.
"La primera incertidumbre era si iba a entrar o no": entrevista con Carolina Amoroso
Finalizado el evento, Carolina Amoroso brindó una entrevista exclusiva en la que profundizó sobre las dificultades de cubrir la situación en Venezuela. Al ser consultada sobre cuáles fueron las mayores incertidumbres durante su cobertura, Amoroso respondió:
"La primera incertidumbre era si iba a entrar o no, porque yo tenía mi visa y demás, pero esto es una dictadura que te cambia las reglas del juego y que se maneja discrecionalmente. El primer factor de incertidumbre, sobre todo cuando íbamos pasando los interrogatorios en Maiquetía, era: '¿Nos van a dejar entrar?'".
A lo largo de la cobertura, la tensión fue aumentando, especialmente después de la noche del 28 de julio y durante las protestas y la represión que siguieron. "Empezaba a respirarse ese miedo en la calle y recibíamos muchas advertencias por el perfil alto de nuestra cobertura, dado que estábamos en un medio muy masivo y en televisión en vivo. Pero sentíamos que teníamos el imperativo de contar Venezuela sin eufemismos, mostrarla tal como es, así como la vemos apenas ponemos un pie en Caracas."
Amoroso también explicó cómo el régimen intentó amedrentar a su equipo, desde enviar correos intimidatorios recordando penas de 10 a 20 años de prisión bajo la ley contra el odio, hasta eliminarla de grupos de prensa locales para hacerle sentir su descontento con su trabajo.
"El amedrentamiento se siente y es un desafío. Pensás en todos los escenarios posibles: una detención, una deportación... y la deportación es el escenario más amable", comentó la periodista, dejando entrever la presión bajo la que trabajaban.
Cuando se le preguntó qué mensaje daría a otros periodistas que cubren este tipo de escenarios, Amoroso fue clara: "Es esencial anteponer la persona al periodista. Más allá de buscar el logro periodístico, lo que debe primar es el respeto al sufrimiento del otro."
"Cuando te aproximas a estos escenarios, te enfrentas a niveles de humillación y deshumanización muy grandes. Hay que desplegar toda la empatía posible, porque el periodismo se convierte casi en una excusa para acercarte a esa persona y decirle: No estás solo, estamos aquí para escucharte porque no nos da lo mismo lo que te pasa", reflexionó Amoroso.
El testimonio de los periodistas argentinos que cubrieron las elecciones en Venezuela refleja la realidad que enfrentan quienes buscan documentar lo que ocurre bajo un régimen autoritario. Las dificultades que narran, desde la censura hasta la represión, son apenas una parte de un panorama mucho más amplio que sigue afectando a millones de venezolanos.
La comunidad internacional continúa observando de cerca la situación en Venezuela, donde las violaciones a los derechos humanos siguen siendo una constante. Con el paso del tiempo, resulta esencial que los informes y testimonios sigan siendo recogidos para construir un registro claro y detallado de lo que sucede, mientras se mantiene la presión para exigir soluciones justas y respetuosas de la dignidad humana.
Estar en el lugar de los hechos, ser testigo directo de la realidad, observar de cerca lo que ocurre, sentir y narrar esas historias son acciones esenciales para mantener vivo el derecho a la información y dar voz a quienes más la necesitan. El periodismo, en este sentido, sigue siendo un pilar fundamental para visibilizar la lucha de millones de venezolanos que claman por libertad y justicia.
Contexto actual: la crisis en Venezuela tras las elecciones
Desde las elecciones, la situación en Venezuela no ha mejorado. Según datos de la Fiscalía General de Venezuela, al menos 27 personas han muerto en medio de la violencia represiva. Además, se han reportado múltiples secuestros en distintas regiones del país.
Por otra parte, el número de arrestos superó las 1.600 detenciones registradas y verificadas, conforme a los reportes del Foro Penal Venezolano. Organizaciones de derechos humanos siguen alertando sobre las violaciones y la violencia contra los manifestantes.
El sábado 17 de agosto, María Corina Machado convocó a nuevas movilizaciones en Venezuela y distintas partes del mundo. En Buenos Aires, la comunidad venezolana se congregó en la Floralis Genérica en apoyo a su país natal.
La manifestación estuvo marcada por pancartas, banderas, y consignas en contra del régimen de Nicolás Maduro, con gritos de "libertad" y "quiero volver a casa". La convocatoria no solo reunió a venezolanos, sino también a argentinos que se han sumado a la causa y apoyan el reclamo por la restauración de la democracia en el país caribeño.
El jueves 22 de agosto, el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela validó la reelección de Nicolás Maduro, a pesar de las denuncias de fraude. Este fallo provocó rechazo en varios países, incluyendo Argentina, que cuestionó la transparencia del proceso electoral.
Al día siguiente, la Fiscalía General anunció que citará al excandidato opositor Edmundo González Urrutia por su presunta conexión con una página web que mostraría actas electorales que lo colocan como vencedor con un margen significativo sobre Maduro. La situación sigue siendo tensa mientras crecen las denuncias y las movilizaciones tanto dentro como fuera de Venezuela.
