El panorama comienza a complicarse para Joe Biden de cara a las elecciones presidenciales de 2024: este martes, el presidente republicano de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Kevin McCarthy, lanzó una investigación de juicio político contra el líder demócrata.
Los republicanos, que ahora controlan por poco margen la Cámara de Representantes, han acusado a Biden de beneficiarse de las empresas comerciales en el extranjero de su hijo Hunter, mientras se desempeñó como vicepresidente de Barack Obama, entre 2009 y 2017.
La investigación se centrará en los negocios de Hunter en Ucrania, que los republicanos han estado investigando desde antes de obtener su actual mayoría en la Cámara de Representantes este año.
Justamente, el primer juicio político contra Donald Trump fue motivado por presionar a Ucrania para que investigara los negocios de Hunter mientras se preparaba para un desafío electoral contra Biden, el cual terminaría perdiendo.
Incluso, algunos republicanos han llegado a acusar a Biden de estar ayudando económicamente a Ucrania en su actual guerra contra Rusia a cambio de que cierta información no sea revelada.
Respecto a las acusaciones de McCarthy, este dijo que los republicanos han encontrado evidencia de llamadas telefónicas, transferencias de dinero y otras actividades que "pintan un cuadro de una cultura de corrupción" en la familia de Biden.
Además, McCarthy informó que tomó medidas para mejorar la capacidad de los investigadores para obtener información, no para alcanzar un resultado predeterminado: "Eso es todo lo que estamos haciendo. Estados Unidos necesita las respuestas".
La evidencia
Específicamente, los republicanos han señalado un documento del gobierno estadounidense en el que se cita al director de Burisma, una empresa ucraniana a cuya junta directiva pertenecía Hunter Biden, diciendo: "cuesta 5 (millones) pagar a un Biden, y 5 (millones) a otro Biden", en referencia a supuestos pagos a dos miembros de la familia Biden.
En una entrevista con investigadores del Congreso en julio, Devon Archer, jefe de Burisma, mencionó que no tenía conocimiento de ningún pago de este tipo.
Además, dijo que no tuvo ningún contacto con Joe Biden o su personal, y que Biden no lo ayudó a él ni a la compañía mientras era vicepresidente, aunque reconoció que Hunter Biden buscó crear "una ilusión de acceso a su padre", pero que esas conversaciones no involucraron ningún trato comercial y que no tenía conocimiento de ninguna irregularidad por parte del Biden mayor.
Ante este panorama, la investigación comenzará sin el voto del pleno de la Cámara, como se hizo antes del primer juicio político a Trump. Esa votación no es necesaria, aunque agrega legitimidad al proceso.
Aún no está claro si McCarthy contaba con el apoyo suficiente de su estrecha mayoría republicana de 222-212 para que el proceso se iniciara formalmente.
Antecedentes
Hasta el momento, además de Trump, solo dos mandatarios han sido acusados: Bill Clinton en 1998 y Andrew Johnson en 1868, mientras que Richard Nixon renunció en 1974, cuando estaba a punto de ser juzgado.
Por su parte, Trump se enfrentó a dos juicios, ya que, además del mencionado, también fue acusado en 2021 de incitar el ataque al Capitolio tras el triunfo electoral de Biden. Tanto Trump como Clinton y Johnson fueron absueltos por el Senado.
En este caso, al igual que en los anteriores, es poco probable que cualquier esfuerzo por destituir a Biden de su cargo tenga éxito porque, aunque la Cámara de Representantes vote a favor de acusarlo, resulta casi seguro que fracasaría en un juicio posterior en el Senado, controlado por los demócratas, donde se requiere una votación de dos tercios para declarar culpable a un presidente.
La imagen de Biden
Aunque difícilmente Biden sea destituido, un posible juicio podría afectar su imagen de cara a las elecciones presidenciales de 2024, en las que todo hace indicar que se volverá a enfrentar a Trump.
Actualmente, el índice de aprobación pública de Biden subió en septiembre al 42%, su nivel más alto desde marzo.
Sin embargo, el sondeo de Reuters e Ipsos finalizó el domingo, por lo que ninguno de los encuestados tuvo en cuenta las actuales acusaciones.
Respecto a quiénes apoyan a Biden, alrededor del 80% de los demócratas autoidentificados aprobaron su gestión, mientras que el 91% de los republicanos la desaprobaba.
El índice de aprobación pública de Biden se ha mantenido por debajo del 50% desde agosto de 2021.
