Los indicadores económicos de China muestran una desaceleración como consecuencia de la irrupción de la variante Delta que obligó a imponer algunas restricciones. En agosto, las ventas minoristas crecieron 2,5% con relación al mismo mes del año anterior mientras que en julio la suba interanual había sido de 8,5%. El sector de servicios se vio particularmente afectado. Los analistas también señalaron su preocupación por la menor dinámica del mercado inmobiliario.
A su vez, la producción industrial tuvo una expansión en agosto de 5,3%, la menor en más de un año, y por debajo de la del mes anterior que había sido de 6,4%. En los primeros ocho meses del año, la inversión en activos fijos creció 8,9%, en línea con lo que esperaban los analistas en tanto que el desempleo urbano se mantuvo en 5,1%.
A pesar de esta desaceleración, el mercado descuenta que se cumplirá con el objetivo del Gobierno que es un crecimiento del PIB de 6% en 2021. Más aún, el FMI lo estima por encima del 8%, pero los datos de agosto fueron peores a los que se esperaban.