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El tiempo comenzó a correr para Joe Biden y compañía

Janet Yellen confirmó que el gobierno podrá pagar sus cuentas hasta el 1 de junio, aunque aclaró que existe cierto margen de maniobra. Sin embargo, el presidente Biden es consciente de que el tiempo comenzó a correr y por ello organizó una reunión clave el próximo 9 de mayo.

El tiempo comenzó  a correr para Joe Biden y compañía
02 mayo de 2023

Comenzó la cuenta regresiva: tras varias semanas de especulaciones, está confirmado que, si no se soluciona el problema de la deuda, Estados Unidos dejará de pagar sus cuentas el 1 de junio.

La nueva "fecha X" fue confirmada por la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, en una carta al Congreso en la que igualmente aclaró que existe cierto margen de maniobra porque los ingresos y egresos federales son "inherentemente variables". 

La fecha real en que el Tesoro agota las medidas extraordinarias "podría ser varias semanas después de estas estimaciones (...) Es imposible predecir con certeza la fecha exacta en que el Tesoro no podrá pagar las cuentas", agregó la funcionaria. 

La vaguedad de Yellen está relacionada con algunos eventos fiscales en junio que podrían dar un respiro: si el Tesoro puede superar los pagos de beneficios de principios de junio, podría obtener una cantidad significativa de efectivo de los pagos de impuestos trimestrales que vencen el 15 de ese mes.

Así, el Tesoro podría sobrevivir hasta el 30 de junio, cuando obtendría US$ 143.000 millones en préstamos al suspender la reinversión de valores vencidos en poder de los fondos de jubilación del gobierno, también conocido como Fondo de Jubilación y Discapacidad del Servicio Civil. 

Por lo tanto, entre los recibos de impuestos y este préstamo, el gobierno podría pagar las facturas hasta mediados de julio.

Actualmente, para evitar caer en default, el Tesoro norteamericano está recurriendo a medidas "extraordinarias", como la suspensión de algunos pagos a los fondos de jubilación de empleados federales y al seguro social de empleados postales. Pero estas medidas solo pueden extenderse hasta principios de junio. 

Sin tiempo que perder

Formalmente, la administración de Joe Biden alcanzó el límite de endeudamiento de US$ 31,4 billones el pasado 19 de enero. Esta situación no es rara en la historia del país, ya que dicho límite solo puede ser extendido por el Congreso. 

Pero el problema para Biden es que, desde el año pasado, perdió su mayoría en la Cámara de Representantes, la cual ahora es dominada por el Partido Republicano. Y este último solo parece estar dispuesto a elevar el techo de la deuda si Biden realiza importantes recortes en los gastos del gobierno.

Aunque la declaración de Yellen dejó cierta esperanza, Biden ha comprendido que el tiempo ya comenzó a correr. Por ello, el lunes llamó al presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy, para invitarlo a una reunión en la Casa Blanca el 9 de mayo. 

Además, también invitó al líder demócrata de la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, al líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, y al líder republicano, Mitch McConnell. 

La semana pasada, los republicanos de la Cámara de Representantes aprobaron un proyecto de ley para aumentar el límite de la deuda: reducirían drásticamente los incentivos fiscales para la energía solar e implementarían US$ 4,5 billones en recortes de gastos a cambio de un aumento de US$ 1,5 billones en el límite de deuda.

Los demócratas del Senado ya han dicho que el proyecto "está muerto" y no será aprobado. Pero el problema para Biden y compañía es que hay muy poco tiempo para negociar de cara al 1 de junio. 

Durante las semanas del 15 y 22 de mayo, la Cámara de Representantes solo podría reunirse para votar cuatro días en cada una, teniendo libre los viernes, mientras que el Senado estará de receso del 22 al 29 de mayo.

A esto se suma que Biden participará de la reunión de líderes del Grupo de los Siete en Hiroshima, que comienza el 19 de mayo y finaliza el 21, y después asistirá a la reunión del 24 de mayo de la Cumbre del QUAD, en Sydney, Australia.

Por ello, la reunión del 9 de mayo pasa a ser casi una cuestión de vida o muerte para el gobierno, aunque por el momento Biden no cede terreno: este martes, Karine Jean-Pierre, portavoz de la Casa Blanca, dijo que el líder demócrata no negociará sobre el techo de la deuda durante la reunión.

"Él no va a negociar el techo de la deuda. Pero el presidente está dispuesto a tener una conversación por separado sobre sus gastos, lo que quieren hacer con el presupuesto", explicó.

Además, tras recordar que el límite de deuda se incrementó tres veces bajo el expresidente republicano Donald Trump, consideró que "es hora de que McCarthy y los republicanos de MAGA detengan la política arriesgada y actúen para evitar el incumplimiento".

La opción de la 14 enmienda

Si no se llega a un acuerdo, varios expertos consideran que Biden tiene otra opción para evitar una crisis: invocar la Enmienda 14 de la Constitución. 

La Sección Cuatro de la Decimocuarta Enmienda, adoptada después de la Guerra Civil de 1861-1865, establece que "la validez de la deuda pública de los Estados Unidos no será cuestionada".

Según los historiadores, esta tenía como objetivo garantizar que el gobierno federal no repudiara sus deudas, como lo habían hecho algunos estados ex confederados.

Pero los tribunales no han abordado la cláusula en gran medida, y los expertos legales no están de acuerdo sobre lo que requiere del Congreso y la presidencia.

Así, Biden podría actuar por su cuenta para proteger la integridad de la deuda nacional y pediría dinero prestado, aunque eso seguramente desembocaría en una demanda en su contra. 

En este caso, no quedaría claro quién podría presentar un caso, ya que la Corte Suprema de EE. UU. dictaminó en 1997 que los legisladores individuales no tienen legitimación para presentar tales demandas, aunque el Congreso podría votar para argumentar que fue perjudicado colectivamente.

La última vez que la cuestión de la deuda sacudió a EE. UU. fue en 2011 y 2013, cuando importantes demócratas, como el expresidente Bill Clinton, instaron al entonces presidente Barack Obama a invocar la 14° Enmienda. En 2021, Yellen dijo que invocarla no era una opción.

Otra cuestión importante es cómo reaccionarían los mercados ante esta hipotética maniobra, ya que los inversores podrían mostrarse cautelosos ante la inédita situación y exigir tasas de interés más altas para reflejar el mayor riesgo mientras se resuelven los problemas legales.

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