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El futuro es ahora: SpaceX hizo volar al Starship por segunda vez

La compañía de Elon Musk realizó el segundo vuelo de prueba del Starship, el cohete más poderoso jamás construido, que deberá llevar a los astronautas de la NASA a la Luna en 2025. Sin embargo, aunque el lanzamiento fue considerado exitoso, se registraron importantes problemas.

El futuro es ahora: SpaceX hizo volar al Starship por segunda vez
Damián Cichero 19 noviembre de 2023

Este fin de semana, SpaceX volvió a hacer historia luego de llevar a cabo el segundo vuelo de prueba del Starship, el cohete más poderoso jamás construido.

Al igual que ocurrió el 20 de abril, cuando se realizó el primer vuelo, la misión fue catalogada un éxito, ya que se alcanzaron varios resultados. Sin embargo, del mismo modo que en aquella primera oportunidad, la nave terminó fallando poco después de despegar.

El cohete, de dos etapas (ambas reutilizables), despegó desde el sitio de lanzamiento Starbase, de SpaceX, ubicado cerca de Boca Chica, en Texas, llegando a una altura de 148 kilómetros.

Los dos grandes logros de la jornada fueron que los 33 motores Raptor de la etapa inferior (Super Heavy) funcionaron a la perfección, además de que se logró una maniobra crucial para separar el Super Heavy de la etapa superior, también llamada Starship. 

No obstante, también hubo malas noticias para Elon Musk y compañía. En primer lugar, se supone que, al ser reutilizable para reducir los costos de las misiones, el Super Heavy debería haber aterrizado en una plataforma en el océano, aunque terminó explotando sobre el golfo de México, poco después de desprenderse.

Por su parte, la etapa superior logró avanzar aún más hacia el espacio después de la separación, aunque unos minutos después SpaceX perdió repentinamente contacto con el vehículo.

Así, el segundo vuelo del Starship fue considerado un éxito, si bien, al igual que ocurrió el 20 de abril, dejó un gusto agridulce en SpaceX.

Pero, pese a las fallas, la empresa dirigida por Musk ha aplicado históricamente una estrategia tolerante al riesgo, que ejecuta pruebas y repruebas rápidas de prototipos para acelerar las mejoras de diseño e ingeniería.

Los tiempos apremian

La misión realizada en abril había sido considerada exitosa porque el cohete logró despegar, aunque terminó estallando unos cuatro minutos después, a lo que se sumó que pulverizó su plataforma de lanzamiento.

Por ello, la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) inició una investigación y le terminó exigiendo a SpaceX que realizara 63 modificaciones en la nave si quería realizar un segundo vuelo, el cual se terminó demorando casi siete meses.  

Por ello, tras los nuevos inconvenientes, se da más que por sentado que la FAA realizará una nueva investigación sobre la falla de la prueba y necesitará aprobar el plan de SpaceX para evitar que vuelva a suceder.

En este sentido, funcionarios de SpaceX ya se han quejado de que dichas revisiones regulatorias toman demasiado tiempo, lo que podría complicar los planes que la empresa tiene junto a la NASA.

Según un contrato entre la agencia espacial estadounidense y SpaceX, por unos US$ 4.000 millones, se espera que el Starship lleve astronautas a la Luna a más tardar para 2026. 

Para la NASA, la vuelta del ser humano a la Luna, en el marco de las misiones Artemisa, debe concretarse antes de que China lo logre a partir de 2030, ya que desde Washington temen que Pekín intente "apropiarse" del satélite natural. 

Tras el segundo vuelo de prueba, el jefe de la NASA, Bill Nelson, quien ha reconocido públicamente que EE. UU. y China están compitiendo en una nueva carrera espacial, dijo que la prueba Starship fue una "oportunidad para aprender y luego volar de nuevo".

Sin embargo, Chad Anderson, inversor de SpaceX, resaltó que "el tiempo corre. La NASA tiene un cronograma en el que están tratando de llegar a la Luna, y este es su vehículo principal para hacerlo. Por lo tanto, SpaceX necesita cumplir con un cronograma".

¿Por qué el Starship es tan importante? 

Además de ser reutilizable, el Starship es el cohete más grande y poderoso que se ha construido. 

Tiene un diámetro de 9 metros y una altura de 120, superando incluso a la Estatua de la Libertad, ubicada en Nueva York. Por ejemplo, el cohete Saturno V, que la NASA utilizó durante las misiones Apolo, medía 111 metros de altura y 10 de diámetro. 

Pero, más allá de su tamaño, Starship revolucionará el mercado espacial gracias a que tendrá la capacidad de enviar cargas de hasta 150 toneladas a la órbita terrestre baja, un 25% más que las 120 toneladas que podía poner en órbita el Saturno V.

Así, además de llevar astronautas a la Luna, podría trasladar materiales que se utilicen para una futura estación permanente lunar. 

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