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Cada vez se producen más fenómenos extremos que provocan desastres de todo tipo
Nuevo escenario

¿Cómo actuar ante catástrofes, accidentes, epidemias, guerras?

Extracto de “La política del riesgo”, el nuevo libro de Riorda, Fontana y Conrero (La Crujía, 2022)

15 mayo de 2022

Cada vez se producen más fenómenos extremos que provocan desastres de todo tipo. Los desastres son una realidad que se está presentando con mayor frecuencia y contundencia, y cuyas secuelas se están haciendo sentir. 

Sus consecuencias han aumentado exponencialmente, generando grandes pérdidas y diversos efectos en la vida de una población y en el desarrollo alcanzado por los países. El riesgo de desastres se ha convertido en una creciente preocupación mundial, ya que entre finales del Siglo XX y principios del siglo XXI aproximadamente más de 200 millones de personas por año se vieron afectadas por alguno. 

A lo que habrá que sumar el incalculable número de personas que directa o indirectamente fueron o serán víctimas del Covid-19. 

En este capítulo se formulan cuestiones conceptuales con el fin de explicitar la manera en que se abordan los conceptos centrales para trabajar desde el enfoque del riesgo de desastres. Es decir, se ponen en juego los lineamientos teóricos clave para el desarrollo de la obra y se realiza una revisión de la literatura pertinente, especialmente aquella proveniente de estudios sobre riesgos y sobre la gestión de riesgos de desastres. No existen conceptos aislados, sino que los mismos cobran sentido y significado en un contexto de producción; eso lleva a una determinada forma de interpretar la realidad.

Entre finales del Siglo XX y principios del XXI, más de 200 millones de personas por año se
vieron afectadas por algún desastre

El ex secretario de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, sostenía que “construir una cultura de prevención no es fácil. Mientras los costos de la prevención deben pagarse en el presente, sus beneficios se encuentran en un futuro distante. Más aún, los beneficios no son tangibles, se trata de los desastres que no ocurrieron”. 

Riesgo: nociones y precisiones en torno al concepto 

El sociólogo alemán Ulrich Beck sostiene que frente a la existencia del riesgo solo son posibles tres reacciones excluyentes: negación, apatía o transformación. Se debe considerar que los riesgos se presentan en un estado de “permanente virtualidad” y que solo se pueden actualizar en la medida que se puedan anticipar. 

Para anticipar el riesgo y entender su complejidad, es necesario comprender de qué se trata. El riesgo debe ser interpelado no solo como categoría descriptiva sino también teórica, procurando dar sentido a resultados no esperados en la actual sociedad y que se convierten en significativos. 

El riesgo debe entenderse como un proceso multidimensional, por lo que en el campo del riesgo y de los desastres se necesita de la conjunción de múltiples miradas que permitan “interpretar las relaciones complejas entre sociedad y desastres”, y aquellas causas que provocan los riesgos.

Alrededor de su concepto existen múltiples significados. Desde el sentido común se denomina riesgo a las situaciones y acontecimientos cuyos resultados es probable que sucedan; mientras que desde un punto de vista científico el riesgo es una categoría social y su construcción involucra la manera de organización de la sociedad, por lo que “la noción de riesgo se relaciona con la probabilidad de resultados imprevistos o consecuencias poco anticipables, que se derivan de decisiones, omisiones o acciones de grupos sociales”. 

Para la especialista en problemáticas del riesgo ambiental Claudia Natenzon, cuando se habla de riesgo se alude “a un proceso social de múltiples determinaciones”. En definitiva, el riesgo es una probabilidad. 

La Estrategia Internacional de Reducción de Riesgos de Desastres (EIRD) define al riesgo como la probabilidad de consecuencias perjudiciales o pérdidas esperadas (muertes, lesiones, propiedad, medios de subsidencia, interrupción de actividad económica o deterioro ambiente) resultado de interacciones entre amenazas naturales o antropogénicas y condiciones de vulnerabilidad. 

La definición de riesgo a partir de la fórmula amenaza x vulnerabilidad constituye uno de los acuerdos más importantes para la comunicación interdisciplinaria en este campo. Hablar de riesgo significa precisar amenazas y vulnerabilidades, categorías que lo integran y lo definen como un proceso construido socialmente. Aquí entra en juego la percepción que la población tiene de los riesgos. A partir de ella se define la manera en que los mismos van a ser abordados.

El riesgo es la interacción entre una amenaza y una cantidad de factores vulnerables a ella, en donde la capacidad de respuesta individual, organizacional y/o colectiva permitirá resistir al impacto de la amenaza desencadenada. La naturalización de los riesgos por parte de los habitantes es lo que produce que los gobiernos no incorporen hipótesis de riesgo en sus agendas de actuación; esto hace que los mismos se acrecienten pues no se prevén acciones para reducirlas o, al menos, mitigar sus consecuencias.

Para sostener la implementación de políticas públicas para la gestión del riesgo de desastres, la comunicación se torna una política clave. A través ella se pretende crear capacidades en la audiencia con el fin de propiciar la disminución de las vulnerabilidades en las que se encuentra.

Incorporar la perspectiva del riesgo en todos los ámbitos gubernamentales y de la sociedad lleva a fomentar la protección frente al riesgo, y a generar diversas modalidades de cooperación entre los actores públicos y privados involucrados.

Se debe convivir con el riesgo. Aquellos riesgos que existen se pueden reducir, pero no eliminar. Aunque el riesgo cero es deseable, en el actual contexto es inalcanzable.

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