Desde que Donald Trump llegó al poder en Estados Unidos, este último país se está enfrentando a China en una guerra comercial a gran escala.
La disputa, principalmente, está relacionada con el gran superávit comercial que China tiene con EE.UU.: en 2022, la brecha comercial de bienes del gigante asiático alcanzó los US$ 382.000 millones.
Sin embargo, desde Pekín explicaron que nunca han buscado deliberadamente un superávit comercial con Estados Unidos.
Así lo confirmó Shu Jueting, portavoz del Ministerio de Comercio, a pesar de las señales de que China continúa reduciendo su dependencia de las exportaciones estadounidenses.
En respuesta a una pregunta sobre si los funcionarios chinos deberían estar preocupados de que un superávit cada vez mayor obstaculice los esfuerzos de China para reducir los aranceles estadounidenses sobre sus productos, Shu consideró que el país norteamericano debería "levantar las restricciones comerciales a las empresas chinas tan pronto como sea posible".
Dijo que esto era necesario a fin de "crear las condiciones para que las empresas de ambos lados amplíen la cooperación comercial y reduzcan el déficit comercial a través del diálogo".
"Según la demanda del mercado, las empresas chinas importan una gran cantidad de productos agrícolas, automóviles, ciencia y tecnología, energía y productos petroquímicos", agregó Shu, quien afirmó que "las exportaciones de China han reducido la inflación en EE.UU.".
