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Cambia el mapa de la inflación

02 febrero de 2017

El temor a la deflación estuvo presente en las economías desarrolladas en los últimos años. Japón y Europa en primer lugar pero también, en su momento, Estados Unidos. El impacto de la deflación sobre la economía es muy negativo y por eso los gobiernos y los bancos centrales hicieron todo lo posible por evitarla.

En buena medida tuvieron éxito porque la tasa de inflación subió en los países ricos en los últimos meses. En la zona euro, la tasa de inflación anual llegó a 1,8% en enero. A su vez, en Estados Unidos el incremento de los gastos en consumos personales que es el indicador que utiliza la Reserva Federal para medir la inflación subió en enero en 1,6% con relación a un año atrás. También en Japón los precios se mueven hacia arriba. Los factores que están detrás de esta tendencia son la suba del precio del petróleo, la reducción de la tasa de desempleo y las políticas de estímulo monetario que pusieron en marcha los bancos centrales ? que el BCE y el de Japón mantienen? que aceleró el nivel de actividad. De todas maneras, si se excluyen los volátiles precios de la energía y los alimentos, la inflación básica en la zona euro no llega al 1%. Por lo tanto, la tasa de inflación puede desacelerarse y no alcanzar un nivel cercano a la meta del BCE que es cercana pero inferior al 2%. Distinto es el caso de Estados Unidos, porque allí la fortaleza del mercado de trabajo y algunas iniciativas del Gobierno le ponen un piso a la tasa de inflación. Pero, en cualquier caso, el riesgo deflacionario se alejó considerablemente.

En un momento en el cual la inflación tiende a subir en los países ricos, tiende a bajar en la región. En Brasil, según los pronósticos de los analistas privados, la tasa de inflación será inferior este año al 5% y en Argentina se espera que este entre 17% ?según el Gobierno? y 23% ?según los privados? pero en cualquier caso muy por debajo del 40% de 2016.

La industria en el mundo

La actividad industrial en Estados Unidos alcanzó en enero su nivel más alto en dos años. El índice ISM se ubicó en 56 puntos contra 54,5 de diciembre. Un número por encima de 50 significa que el sector está en expansión. Las expectativas entre los industriales son favorables porque suponen que habrá un clima amigable para los negocios durante la administración Trump.

También ayer se conocieron los índices para la actividad manufacturera en distintos países. En enero se registraron lazas con relación a diciembre en Japón, India, Rusia y se destacó espacialmente la zona del euro que tuvo su registró más alto en 69 meses.

En el caso de Brasil, ayer se conocieron los datos de producción industrial que tuvo en 2016 una caída de 6,6%. Fue el tercer año seguido de contracción pero resulta algo menor a la de 2015 que fue de 8,3%.

El dato positivo es que hubo una suba de 2,3% en diciembre que representa la mayor suba para un mes de diciembre desde 2007 y la mayor para un mes desde junio de 2013.

Según el promedio de los pronósticos de las consultoras privadas que releva el Banco Central, la producción industrial crecería 1% este año. Los datos de diciembre están en línea con esas proyecciones.

La Fed dejó la tasa quieta

Como se preveía, la Reserva Federal no subió las tasas de interés al término de su reunión de dos días y las mantuvo en un rango de 0,50%/0,75%. Era lo que esperaba el mercado financiero y por lo tanto ningún activo tuvo un movimiento significativo en la jornada de ayer. La decisión fue unánime y no hubo nada novedoso en el comunicado posterior porque la Fed mantiene su visión sobre una evolución favorable de la economía y reconoce un mejor clima tanto entre los consumidores como en el mundo de los negocios.

En ese contexto, todo indica que la Fed seguirá adelante con su idea de realizar tres subas de tasas como anticipó a fines de año cuando subió las tasas un cuarto de punto. Y el mercado le cree a Janet Yellen porque ubica en sólo el 25% las chances de una suba de tasas en próxima reunión de la Fed prevista para mediados de marzo. Pero antes, en febrero, Yellen se presentará ante las dos cámaras del Congreso y en ese momento se podrá tener una idea definida sobre su percepción del desempeño de la economía.

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