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Gigante asiático

“Argentina aún no aprovechó las oportunidades que ofrece India”

Entrevista con Daniel Chuburu, Exembajador de Argentina ante la India.

Daniel Chuburu, Exembajador de Argentina ante la India.
Daniel Chuburu, Exembajador de Argentina ante la India.
Damián Cichero 11 octubre de 2022

Tras la caída de la Unión Soviética, Estados Unidos ratificó su rol de superpotencia dominante del sistema internacional. Sin embargo, poco a poco, y gracias a cifras de crecimiento económico sin precedentes, China comenzó a asomar como una amenaza para el poderío norteamericano.

Por eso, hoy en día, Washington y Pekín, sumergidos en una gran guerra comercial, se disputan mano a mano el liderazgo del mundo para las próximas décadas. 

El problema es que la mayoría de los análisis se han centrado en esta disputa global, obviando el papel de otra potencia en ascenso: India.

En los próximos años, ese otro gigante asiático no solo se convertirá en el país más poblado del mundo (superando a su máximo rival, China), sino que también pasará a ser la segunda economía más grande del mundo. 

A esto se suma su indiscutible poderío militar, ya que es uno de los nueve países con armas nucleares y también uno de los cuatro con capacidad militar para destruir satélites.

Para profundizar sobre este tema, y sobre qué tipo de oportunidades representa para la Argentina, El Economista dialogó en exclusiva con el diplomático argentino Daniel Chuburu, embajador ante la India (2018-2020). 

¿Qué papel desempeñará la India en el sistema internacional en los próximos años?

India, por su propio peso, ya es una potencia muy importante y, salvo por lo ocurrido con la pandemia y la guerra en Ucrania, que ha generado que el mundo esté al borde de una recesión, su crecimiento no se habría visto interrumpido. Antes de esto, India venía manteniendo tasas de crecimiento significativamente altas de hasta el 7% anual, lo que le permitió convertirse en una de las principales potencias económicas. Sin ninguna duda, el ritmo de crecimiento va a disminuir por la actual crisis, algo que también ha afectado a China y Estados Unidos. Esto podría retrasar los tiempos para que India realmente ocupe el lugar de privilegio al que aspira. Una de las cartas más importantes que tiene para lograrlo es su crecimiento demográfico, lo que le permite tener el tan preciado “bono demográfico”: el promedio de edad allí es de 28 años, por lo que hay mucha gente joven para financiar el sistema de jubilaciones, mientras que, en otras regiones, como Europa o China, ocurre todo lo contrario. Una señal de que India aspira a grandes cosas es que está trabajando mucho en la configuración de un nuevo orden, en el cual quieren ocupar un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU. Consideran que la realidad del mismo no refleja la situación geoestratégica actual, sino la del final de la Segunda Guerra Mundial. 

¿Y en el actual conflicto entre EE.UU., por un lado, y China y Rusia, por el otro? 

Hoy en día, India tiene un serio problema de competencia con China en el contexto del sudeste asiático y este es el tema más importante para ver hasta dónde pueden llegar sus aspiraciones de liderazgo. Por el momento, la ventaja de China es sideral. Pero, de todas formas, esa ventaja se está acortando por algunos problemas que enfrenta China, como su actual crisis de natalidad.  Una de las ventajas de India es su buena relación con EE.UU., lo que le permite formar parte, junto a Japón y Australia, de la QUAD, un foro de diálogo sobre seguridad que busca contener a China en la región del Indo-Pacífico. En este sentido, un tema a tener en cuenta es el conflicto con Pakistán, país que fue ayudado justamente por China para obtener armas nucleares, incrementando las tensiones entre Nueva Delhi y Pekín. Uno de los ejes de la Nueva Ruta de la Seda china pasa por Pakistán. Aunque aún está en construcción, este es otro asunto que tensiona aún más las relaciones, ya que los territorios entregados para el proyecto son reclamados por India como propios. Además, India pretende que muchas de las empresas que se están yendo de China se radiquen en su territorio, lo que demuestra que hay una competencia permanente en muchas áreas. Por otra parte, respecto a Rusia, India mantiene lo que ellos llaman una “ambigüedad estratégica” que les permite tener una muy buena relación tanto con este país como con EE.UU. Rusia, o mejor dicho la Unión Soviética, ha sido un aliado muy importante de la India en el momento en el que ambos se encontraban enfrentados con China. Por ello, sus líderes se han cuidado mucho a la hora de criticar abiertamente la invasión rusa de Ucrania. 

¿En qué situación se encuentra la relación bilateral entre la Argentina e India?

Las relaciones han sido muy buenas últimamente, aunque los primeros vínculos se pueden encontrar hace más de 100 años, con la inauguración del primer consulado argentino en Calcuta. En todos estos años, hemos trabajado mucho en una gran diversidad de temas, ya que ambos pertenecimos al mundo de los países no alineados y en vías de desarrollo. Sin embargo, creo que la relación comercial nunca fue el fuerte de nuestro vínculo. Esto comenzó a modificarse cuando nosotros empezamos a exportarles aceite de soja, que hoy en día cubre aproximadamente el 80% del total de nuestros envíos hacia allí. Uno de los problemas es que a los exportadores argentinos les cuesta mucho 'mirar tan lejos'. Ya ha sido un logro muy importante que miren hacia el Mercosur, EE.UU. y la Unión Europea. Pero, más allá de esas regiones, el resto de los vínculos comerciales son muy pobres. Me ha tocado estar en Africa y nuestro comercio allí es prácticamente cero. En el sudeste asiático, durante los últimos años, hemos mejorado con algunos países como Vietnam, Indonesia y Filipinas, aunque creo que es más por mérito de ellos. A Argentina le cuesta mucho, más allá de los productos agrícolas, ver esos mercados en los cuales tenemos una enorme posibilidad de exportar otro tipo de bienes. Por ejemplo, en el caso de la India, recientemente se entregó una planta de enriquecimiento de uranio con fines medicinales. En general, podríamos hacerles grandes aportes en materia atómica, espacial y satelital, entre otras, aunque no hemos sabido aprovechar las oportunidades. 

¿A qué sectores cree que debería apuntar la Argentina?

Un tema crucial que deberíamos modificar es el de las importaciones nacionales de medicamentos desde India. Ellos son un famoso productor del rubro y se los conoce como “la farmacia del mundo”. Por ello, son uno de los principales exportadores a EE.UU. Sin embargo, nuestro comercio con ellos en la materia es insignificante. Esto no solo es un problema para el vínculo comercial, sino también para los consumidores argentinos, ya que los precios de los medicamentos allá son muchísimas veces inferiores a los de aquí. El tema de los alimentos es otro asunto muy importante teniendo en cuenta que la India tiene como principal objetivo la seguridad alimentaria y nosotros podemos ofrecerles tanto conocimiento como tecnología. Lo mismo ocurre con la seguridad energética. India no posee producción de petróleo, por lo que prácticamente importan casi todo lo que consumen. Allí tenemos una posibilidad inmensa de llegar con gas natural licuado. Durante mi estadía allí, ellos necesitaban radares para 1.000 aeropuertos. Cada vez que se negocia con este país, estamos hablando de números siderales. Pero perdimos ese negocio porque teníamos algunas incompatibilidades. Lo que debe hacer Argentina es tratar de adaptarse a algunas de las necesidades de este país. Es solo cuestión de ponerle un poco de dedicación. El único foco de conflicto lo encontramos en el Consejo de Seguridad porque nosotros tenemos una posición muy diferente a ellos en cuanto a la incorporación de nuevos miembros. De todas formas,  es un tema conversable. Hoy en día existe un comercio altamente favorable para nuestro país. El objetivo no es comprar más desde la India para equiparar la balanza, sino hacer crecer el comercio en general. Podemos seguir teniendo el mismo superávit, pero que los números del comercio sean mucho más importantes. 

¿Qué representa para la Argentina la reciente visita del canciller indio Subrahmanyam Jaishankar?

Durante mi estadía en India, tuve la suerte de tener la visita del presidente Mauricio Macri. Sin embargo, siempre una de mis grandes quejas era la falta de visitas de autoridades nacionales, las cuales eran mínimas e incluso muchas no estaban abocadas a la relación bilateral, sino porque allí se celebra algún congreso o conferencia.  Obviamente, tampoco se producían visitas desde la India a Argentina, más allá de la presencia de Narendra Modi en 2018 por la realización del G20. Creo que uno de los temas que nos debíamos era este intercambio de autoridades que es el que refuerza las tareas que se hacen todos los días. La presencia de altas autoridades y la firma de acuerdos es lo que permite mejorar el vínculo. En ese marco debemos colocar la visita tanto del canciller indio a la Argentina como la de Santiago Cafiero a este país. La visita de Subrahmanyam Jaishankar fue de muy alta importancia e inclusive en la charla que dio dejó en claro la enorme voluntad de su país para profundizar los lazos con la Argentina. 

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