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Acuerdo del Viernes Santo: 25 años después, la tensión continúa en Irlanda del Norte

Este lunes 10 de abril, se cumplen 25 años de la firma del acuerdo que puso fin a más de tres décadas de violencia en Irlanda del Norte. Sin embargo, aunque el IRA se ha extinguido, la salida del Reino Unido de la Unión Europea ha provocado una nueva crisis política y social.

Acuerdo del Viernes Santo: 25  años después, la tensión continúa en Irlanda del Norte
Damián Cichero 09 abril de 2023

Este lunes 10 de abril no es un día más para Irlanda del Norte: se cumplen 25 años desde la firma del Acuerdo de Viernes Santo, que le puso fin a más de tres sangrientas décadas en la región.

El 10 de abril de 1998, los líderes nacionalistas católicos, que buscan la reunificación de Irlanda, y los unionistas protestantes alcanzaron un acuerdo para terminar con el conflicto entre ambas facciones, que dejó un saldo de más de 3.500 muertes.

Conocida como The Troubles (Los Problemas), dicha época, en la que principalmente se enfrentaron el gobierno británico y el grupo terrorista del IRA, también dejó más de 47.500 heridos y solo pudo resolverse con la intervención de los gobiernos del Reino Unido, la República de Irlanda y Estados Unidos.

Por ello, ante la importancia del evento, ya se confirmó que, esta semana, tanto el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, como el primer ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, visitarán Irlanda del Norte en un momento en el que la desunión ha vuelto a estar más latente que nunca en esa porción de la isla británica.  

El contexto histórico

Aunque en 1541 el Rey de Inglaterra también se convirtió en el soberano de Irlanda, fue en 1801 cuando, a través del Acta de Unión, este último país se unificó con el reino de Gran Bretaña, formando el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda. 

Sin embargo, la mayoría de la población irlandesa era católica, por lo que dicha unión estaba destinada al fracaso: entre 1919 y 1921, estos libraron una guerra de independencia contra los protestantes probritánicos que terminó con el tratado anglo-irlandés, el cual estableció que Irlanda era un estado independiente. 

Pero una porción de la isla, de mayoría protestante, fue renombrada como Irlanda del Norte y continuó siendo parte del Reino Unido. 

La "solución" trajo calma por algunas décadas, pero todo volvió a estallar a fines de la década de los sesenta, cuando cobró impulso una campaña por los derechos civiles de los católicos que protestaban contra la discriminación en la provincia gobernada por los británicos. 

Y la gota que rebasó el vaso se produjo el 30 de enero de 1972, fecha conocida como "Domingo Sangriento", cuando las tropas británicas atacaron a los manifestantes pacíficos en Londonderry y catorce personas murieron.

Unos meses después, el 21 de julio de 1972 se produjo la venganza durante el "Viernes sangriento": el Ejército Republicano Irlandés (IRA) explotó 22 bombas en Belfast, matando a nueve personas e hiriendo a unas 130.

Entre los atentados más recordados se encuentra el asesinato de Lord Mountbatten, tío de quien fue el esposo de la reina Isabel II, o el ataque contra Margaret Thatcher en 1984.

La solución

La situación era tan insostenible que Estados Unidos, liderado por el presidente Bill Clinton, tuvo que presionar a ambas partes a incluso participó de las negociaciones.

Así, se alcanzó un acuerdo, que constaba de menos de 40 páginas, en donde se reconocía la autonomía de Irlanda del Norte, que formaba parte del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, país soberano compuesto por Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte.

Además, se estableció un gobierno de coalición entre católicos y protestantes en la porción de la isla protestante y se estipuló que una Irlanda unida podría surgir si la mayoría de la población votara por ella. 

Sin embargo, después de más de 20 años de estabilidad, todo volvió a estallar en 2016, tras el triunfo electoral del Brexit.

Ese año, el Reino Unido estipuló que abandonaría la Unión Europea. Pero el problema fue que, mientras que Inglaterra, Escocia y Gales se encuentran en la isla de Gran Bretaña, Irlanda del Norte está ubicada al otro lado del canal del Norte, compartiendo territorio con Irlanda, país que sigue siendo parte del bloque comunitario. 

A causa de esto, una de las negociaciones más duras entre Londres y la Unión Europea fue cómo evitar que el Reino Unido se siguiera viendo favorecida por los beneficios del bloque comunitario gracias a la ubicación de Irlanda del Norte. 

La actualidad

Para evitar que Londres se aprovechara de algunos privilegios de la UE, como las fronteras abiertas tanto para el comercio como para la libre circulación de personas, se creó el "Protocolo de Irlanda".

El principal temor de todas las partes era que se estableciera una frontera dura entre Irlanda del Norte e Irlanda, que podría haber puesto en peligro el Acuerdo de Viernes Santo.

Por ello, el protocolo mantenía las fronteras abiertas y permitía que Irlanda del Norte continuase siendo parte de la Unión Europea, aunque el resto del Reino Unido la hubiera abandonado. 

Se creó una frontera en el mar de Irlanda y se instalaron controles fronterizos para el comercio entre las islas de Gran Bretaña y de Irlanda. Además, se aplicarían las normativas y leyes de la UE.

Pero dicha solución nunca fue bien vista por el Partido Unionista Democrático norirlandés (DUP), quien consideraba que esto los alejaba del Reino Unido.

Por este motivo, este año el primer ministro británico, Rishi Sunak, presentó el "marco de Windsor", que reduce los controles aduaneros y le permite a la Asamblea de Irlanda del Norte "poner un freno de emergencia" para detener la aplicación de las nuevas reglas del mercado único de la UE.

De todas formas, el Tribunal de Justicia de la UE seguirá teniendo la última palabra para decidir si Irlanda del Norte está siguiendo las reglas del mercado único.

Poco para festejar

El año pasado, las elecciones generales de Irlanda del Norte fueron ganadas por primera vez por el Sinn Féin, el brazo político del extinguido IRA. Sin embargo, el Partido Unionista Democrático se negó a formar gobierno y el Ejecutivo norirlandés quedó vacante desde entonces. 

Se esperaba que el anuncio de Sunak destrabara la situación antes del 25 aniversario de la firma del Acuerdo de Viernes Santo. Pero los unionistas también se oponen al marco de Windsor.

Particularmente, el DUP pide que se aborden sus preocupaciones sobre el papel continuo de la ley de la UE y el lugar de Irlanda del Norte en el mercado interno del Reino Unido, aunque Londres ya anunció que no revisará el acuerdo con Bruselas.

A esto se suma que, pese a que la violencia casi se ha erradicado en la región, las fuerzas de seguridad norirlandesas comunicaron que disponen de "información fiable de inteligencia" sobre planes de grupos disidentes republicanos para atentar este lunes.

En este sentido, el "número dos" de la Policía, Bobby Singleton, ha indicado que la información sale de las propias comunidades donde aún operan escisiones del IRA. La agencia de inteligencia británica MI5 subió el nivel de amenaza del terrorismo doméstico a "grave", lo que significa que es muy probable que se produzca un atentado.

En este tenso contexto, quien visitará Irlanda e Irlanda del Norte, entre el 11 y 14 de abril, será el presidente de Estados Unidos, Joe Biden

Específicamente, el líder demócrata viajará a Irlanda del Norte del 11 al 12 de este mes para destacar el "tremendo progreso" realizado desde 1998 y la disposición de su país a apoyar el "vasto potencial económico" de Irlanda del Norte.

Luego, el mandatario estará del 12 al 14 de abril en la República de Irlanda, donde visitará Dublín y sus dos hogares ancestrales, el condado de Louth y el condado de Mayo. Biden habitualmente remarca sus raíces irlandesas y ha chocado con el Gobierno británico por su manejo de la situación del Brexit.

La visita de Biden ha obligado a la Policía autónoma (PSNI) a diseñar el "mayor dispositivo de seguridad" en casi 10 años, que costará unos 8 millones de euros e incluye la llegada de 300 efectivos adicionales del resto del Reino Unido.

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