A pesar de tener muchas cosas en contra (el FMI advirtiendo sobre la fuerte apreciación del peso, la movilización que prepara la CGT, los momentos de tensión por los empleados despedidos y los alertas de la CTA y ATE, y datos de la economía real muy hacia abajo), el mercado argentino está mostrando uno de sus mejores momentos de los últimos años.
Después del fin de semana XXL, en el que hubo notable cantidad de turistas (sin PreViaje y sin que Argentina esté barata), el Banco Central volvió a comprar muchos dólares en el mercado, las reservas volvieron a subir fuerte, los dólares libres siguieron retrocediendo y la brecha cambiaria cayó al nivel más bajo de este año. Y con los títulos las sonrisas fueron aún mayores: los bonos volvieron a subir, están en el mejor valor desde agosto de 2019 y el riesgo país bajo 20 unidades hasta 1.419 puntos básicos, mientras que las acciones, con gran volumen, alcanzaron su mejor precio en dólares desde mayo de 2018, con los ADR argentinos saltando en bloque en Nueva York.
Este movimiento de fuerte tensión gremial y política que atraviesa la argentina se da además con un mundo en el que hay notables incógnitas, por cuestiones inflacionarias y bélicas. Tanto que el oro saltó a un nuevo récord, superando los U$S 2300, pero es la onza de plata lo que asombra, con un nuevo salto del 3,7%. Y, mientras los granos actúan sostenidos en Chicago, pero débiles en Rosario, los que también dieron la nota fueron los metales básicos, que trepan por la demanda bélica, tanto que el cobre y el aluminio van a sus mejores valores en dos años.
Todo esto se da con situaciones inimaginables hasta hace poco tiempo.
Dentro este contexto, con Estados Unidos muy lejos de la tensión que rodea a Europa y a Oriente Medio, y que también está distante de la desaceleración china, los recientes datos de la economía estadounidense están llegando más fuertes de lo esperado. Y, ante semejante señal, el presidente de la Reserva Federal norteamericana, Jerome Powell, tuvo que salir a decir que hay expectativa de una disminución de la inflación que permitirá recortes en las tasas de interés este año. Pero los inversores empiezan a creer que habrá tasas altas durante más tiempo.
Con todo este combo, las tasas largas de EE.UU. se aplanaron: se pagó 5% anual a 1 año de plazo, 4,3% a 5 años, 4,3% a 10 años y 4,5% a 30 años. Y con eso en el exterior el dólar subió 0,2% en China y 0,1% en Japón, pero bajó 0,1% en México, 0,4% en Brasil, 0,6% contra el euro y la libra y cayó 2,1% en Chile.
Y, como si viviéramos en Narnia, el mercado cambiario argentino está viviendo un veranito notable. Con un dólar exportador anclado en $938,80, el BCRA compró US$ 245 milones en el mercado, y al final del día el BCRA sumó reservas por US$ 731 millones. Y detrás de eso, con gastos y más gastos que obliga a mucha gente a desprenderse de ahorros dolarizados, el dólar blue bajó $5 hasta $1.005, el Senebi bajó $13,75 hasta $1.072,85, el MEP cayó $21,35 hasta $995,87 y el contado con liquidación bajó $13,75 hasta $1.072,85. Por lo que la brecha entre oficial y blue bajó al 11% (la más baja de este año) y la del CCL con el mayorista fue del 25%.
Así, a pesar de que en el último año y medio los títulos públicos ya habían subido 200% en dólares, en la primera rueda del mes siguieron subiendo, ganaron otro 1,4%, con esto están en el mejor valor desde agosto de 2019 (borrando el oscuro período con los Fernández y Massa) y el riesgo país bajo 20 unidades hasta 1.419 puntos básicos, con los analistas afirmando que hay mucho empuje para que se rompa el piso de 1.400 y que ir a un crédito voluntario con el riesgo en 800 puntos no es un imposible antes de fin de año.
En papeles privados hay indecisión a nivel global. Muchos papeles subieron demasiado y, ahora que se esperan tasas altas durante más tiempo, hubo cierre mixto en la bolsa de Nueva York: el Dow cedió 0,1%, pero el S&P subió 0,1% y el Nasdaq mejoró 0,2%. Con baja del 0,2% en la Bolsa de San Pablo y descenso del 0,1% en la de México.
A nivel local, los papeles privados mostraron una particularidad: reunieron un gran volumen de negocios y una baja mínima en pesos, pero como el dólar bajó mucho, el MerVal en dólares sigue fortaleciéndose. Con $39.718 millones operados en acciones y $28.786 millones en Cedears, la Bolsa de Buenos Aires bajó 0,1% en pesos (subió 0,4% en dólares) y ya se colocó en el valor más elevado desde mayo de 2018, cuando Macri desbarrancaba.
Pero probablemente lo mejor del día estuvo en los ADR argentinos que cotizan en Nueva York, ya que anotaron una suba en bloque de hasta el 14%, con las compañías TGS, Francés, Macro, Supervielle, Edenor, Pampa E, Galicia, Central Puerto, YPF, Loma Negra, Telecom e IRSA como las mejores del día.
¿Es cierto todo esto o es un éxito pasajero? El FMI ya le advirtió a Milei que realice un ajuste más preciso, sin dañar tanto a los que menos tienen, porque de otro modo la gobernabilidad puede complicar las cosas. Pero a este FMI que pide gobernabilidad en esta Argentina tan desajustada habría que preguntarle, ¿en qué parte del mundo hay tranquilidad en este momento? Las tensiones geopolíticas y las expectativas por lo que viene hicieron que se anotara una nueva suba del 0,5% para el petróleo. También se anotó un fuerte repunte en los metales básicos, insumos de las industrias. Los granos están mixtos, hacia arriba en Chicago, pero en baja en Rosario, ya que las lluvias más normales plantean una cosecha con buen rinde.
Y lo que está cambiando es el tipo de refugio elegido por los inversores. El mundo cripto está aleteando, ya que el Bitcoin cedió otro 0,3%, pero hubo derrumbes de hasta el 12% en otros valores de ese panel. Y muchos inversores conservadores van a lo clásico, tanto que el oro saltó a otro récord, superando los US$ 2.300, pero lo que descolló fue la onza de plata, que saltó 3,7%: valía US$18 hace dos años y ahora va rumbo a los US$ 28.
