En un día en el que a nivel político el foco de la escena estuvo en torno al discurso del Presidente Milei en la ONU (donde cuestionó al organismo, habló en defensa de la libertad e hizo una crítica de la agenda 2030), a nivel económico la tendencia tuvo más que ver con la fuerte caída en el nivel de confianza de los consumidores en EE.UU., a seis semanas de la elección presidencial entre Trump y Harris, sin que ninguno de los dos candidatos enamore, por lo que el efecto secundario de este fenómeno fue un fuerte retroceso del dólar contra todo, ya que cayó contra todas las monedas e hizo subir el precio de casi todos los commodities.
A nivel local, después de la doble inquietud provocada el lunes (con un Milei confirmando que el cepo por ahora no se quita y con un DNU que adelanta que habrá canje voluntario de la deuda, sin cumplir legalmente con los parámetros de Congreso), el mercado financiero local continuó con una total pax cambiaria, con el blue quieto y los dólares financieros en baja.
Con fuerte incremento de depósitos en dólares por el blanqueo, con el BCRA comprando dólares y sumando reservas. Con bonos rebotando apenas, y con el riesgo país buscando romper el piso de 1300 puntos básicos. Y el punto más flojo del día estuvo en la Bolsa local, con todos los mercados externos en alza, ADR argentinas mixtas. Y con los ADR de los bancos afectados, ahora ante la presentación de que este jueves se hará (con un día de retraso) la licitación de deuda en pesos en la que se intentará captar nada menos que $ 7 billones, con siete letras y tres bonos, la mayoría atados a tasa de interés y la minoría atados a la inflación.
Pero, si se quiere ir de mayor a menor en el impacto total de lo que ocurrió, sin dudas la debilidad del dólar global fue el eje de todo el escenario. Estados Unidos está sumergido en un momento gris, con dos candidatos que no mueven el amperímetro, lo cual acaba de provocar que los consumidores estadounidenses se sienten menos confiados en septiembre debido a un aumento significativo en las preocupaciones sobre el empleo. The Conference Board, un grupo de investigación empresarial, informó hoy que su índice de confianza del consumidor cayó a 98,7 puntos en septiembre, desde 105,6 en agosto, lo cual significa la mayor caída de un mes a otro desde agosto de 2021.
Así, a apenas seis semanas de la elección del presidente que sucederá a Biden, los operadores están pendientes ahora del índice de precios de consumo personal norteamericano (PCE), un dato que sigue muy de cerca la Fed para ir formando la idea de cuál será la baja de su tasa base en la reunión de noviembre, inmediatamente después de las urnas del 5 de ese mes. Con todo esto, se acortaron aún más las diferencias entre las tasas largas de EE.UU.: se pagó 3,9% anual a 1 año de plazo, 3,5% anual a 5 años, 3,5% anual a 10 años y 4,1% anual a 30 años.
Y con eso, los inversores mundiales le están perdiendo la confianza al súper dólar, por lo que en el exterior el billete verde bajó contra todo: perdió 1,5% en Brasil, 1,3% en Chile, 0.6% contra el euro, 0,5% contra la libra y 0,3% en Japón, China y México. Con esto, en una canasta medida contra el euro, el real brasileño, el franco suizo, la libra esterlina, el chileno, el yuan y el yen, el súper dólar acaba de perder en promedio nada menos que 3,8% a lo largo de los últimos dos meses.
Mientras tanto, atado al dólar como siempre, el peso argentino se sigue devaluando en consecuencia. En un día positivo porque ingresaron a los bancos otros US$ 800 M por el blanqueo, con el dólar exportador a $ 1045,40, el BCRA compró nada menos que u$s 191 M en el mercado y al final del día las reservas del BCRA crecieron en US$ 893 M.
Y como consecuencia de eso la pax cambiaria fue absoluta: el dólar blue no cambió y siguió a $1245, el dólar Senebi bajó $3,15 hasta $1223,95, el dólar MEP cedió $2,78 hasta $1202,13 y el contado con liquidación bajó $4,29 hasta $1223,22. Por lo que la brecha entre oficial y blue fue del 24% y la brecha entre CCL y mayorista fue del 26%.
Detrás de todo ese movimiento, con un día de retraso, después de que el mercado masticara el DNU por el canje de deuda voluntario que se planteará en 2025, la secretaría de Finanzas lanzó el menú de papeles que se presentará este jueves para cubrir vencimientos por nada menso que $ 7 billobes, con la oferta de Lecaps, Bontes y Boncer. En detalle, se ofrecerá una letra del tesoro nacional capitalizable en pesos con vencimiento 31 de octubre de 2024 (s31o4 - nueva), una letra del tesoro nacional capitalizable en pesos con vencimiento 31 de enero de 2025 (s31e5 - reapertura), una letra del tesoro nacional capitalizable en pesos con vencimiento 14 de febrero de 2025 (s14f5 - reapertura), una letra del tesoro nacional capitalizable en pesos con vencimiento 14 de marzo de 2025 (s14m5 - reapertura), una letra del tesoro nacional capitalizable en pesos con vencimiento 28 de abril de 2025 (s28a5 - nueva), una letra del tesoro nacional capitalizable en pesos con vencimiento 30 de mayo de 2025 (s30y5 - nueva), una letra del tesoro nacional capitalizable en pesos con vencimiento 31 de julio de 2025 (s31l5 - nueva), una letra del tesoro nacional capitalizable en pesos con vencimiento 30 de septiembre de 2025 (s30s5 - nueva), un bono del tesoro nacional en pesos con vencimiento 23 de agosto de 2025 (tg25 - reapertura), un bono del tesoro nacional en pesos cero cupón con ajuste por CER vencimiento 15 de diciembre de 2025 (tzxd5 - reapertura), y un bono del tesoro nacional en pesos cero cupón con ajuste por CER vencimiento 15 de diciembre de 2026 (tzxd6 - reapertura).
De manera importante, el mercado de bonos operó bastante tranquilo, mientras se termina de digerir cómo podrá ser el canje, ya que en 2025 hay vencimientos de deuda por US$ 20.000 M, y hay fondos para cubrir intereses pero no están los dólares para afrontar los vencimientos de capital. De movida, el 9 de enero ya hay que pagarle a los bonistas US$ 1.500 M en intereses (dinero que ya está) pero se deben afrontar también nada menos que u$s 2800 M de vencimiento de capital, y esos dólares todavía no aparecen, deberán ser canjeados o venir con la cosecha fina dentro de dos meses. Así y todo, con pocos negocios pero muy diversificados, los bonos argentinos subieron 0,4% y el riesgo país bajó 8 unidades hasta 1303 puntos básicos
En cuanto a papeles privados, pese al mal dato del consumidor, y empujados por la baja de tasas que acaba de hacer la Fed, la bolsa de Nueva York subió a nuevos récords: el Dow mejoró 0,2%, con avance del 0,3% para el S&P y del 0,6% para el Nasdaq. Al tiempo que la bolsa de San Pablo subió 1,2% y la Bolsa de México saltó 2,3%.
Pero el mercado bursátil argentino no tuvo la misma suerte. No cayó bien el DNU para canjear sin permiso del Congreso, se ve venir por ahí un nuevo conflicto, mientras se prepara otra gigantesca marcha universitaria. Por lo que, con $42.699 millones operados en acciones y $45.539 millones en Cedears, la Bolsa de Buenos Aires bajó 0,9%. Al tiempo que las ADR argentinas en NY reaccionaron mixtas, con subas del 1 al 4% para TGS, Despegar y Cresud, con bajas del 1 al 4,3% para Supervielle, Macro, Telecom, Galicia y Francés.
Pero mientras Milei le decía en su cara a la ONU que no se está ocupando de lo que debe ocuparte, lo central del mundo fue que el dólar pierde valor y las materias primas empiezan a reaccionar. Con el Medio Oriente en llamas, el petróleo subió 1,5%. También hubo una fuerte suba para los metales básicos. En Chicago los granos actuaron mixtos, al igual que en Rosario. Y las posiciones de reserva siguen subiendo escalones: las criptomonedas avanzaron poco, 1,5% el Bitcoin y algo más el resto de los valores del panel. Pero lo que más ruido hizo en el mundo fue un nuevo récord de 2682 dólares para el oro, con un vertical salto para la onza de plata, que llegó a los 32,50 dólares, su mejor valor de los últimos 12 años.
Como otro dato a tener en cuenta, en el mercado argentino, mientras los títulos públicos y privados estacionan en un récord de cinco y seis años, con el dólar completamente aplastado, lo que sigue ganando valor son los inmuebles. Ya habían dado sus números los escribanos de provincia de Buenos Aires en la apertura de la semana, pero sin dar información completa ya que no entregaron el importe total operado en pesos o dólares.
Pero los escribanos de la Ciudad de Buenos Aires confirmaron que en agosto (sin la vieja ley de alquileres y con crédito hipotecario) hubo 7% más operaciones que en julio y nada menos 58% más que en agosto de 2023. En tanto que una escritura promedio porteña se hizo por US$ 74.500, 15,5% más que en julio y un notable 76% más que hace un año.
