La tensión cambiaria, con los dólares alternativos disparados por los aires, está provocando una reacción oficial para frenar la estampida.
El Ministerio de Agricultura está buscando que las principales cerealeras aceleren las liquidaciones del stock que está en los "canutos" que, estima el Gobierno, ayudaría a las desinfladas arcas del Banco Central para transitar la crisis.
Miguel Pesce necesita que las exportadoras vendan los granos y liquiden las divisas en un mes donde el Central tiene ventas netas por US$ 900 millones en el mercado de cambios.
De todas formas, los funcionarios se sinceran y le bajan el precio a un resultado favorable ante las cerealeras. "Hasta que no caiga una buena lluvia, recupere la humedad de los suelos y empiecen las labores de siembra, será difícil que se acelere la venta de granos", se sinceró una fuente oficial.
La necesidad de obtener dólares es dramática para el Gobierno en medio de una escalada inédita de los tipos de cambio alternativos. El dólar blue llegó a $301 y el Contado Con Liquidación (CCL) alcanzó el récord de $308. La brecha superior al 140% transforma inviable el pedido oficial para que las cerealeras acompañen el pedido oficial.
"Podría ser que en el marco de un acuerdo se le adelante algo, pero si eso ocurriese sería mínimo. No están dadas las condiciones para liquidar más de lo que se está haciendo", describió una fuente ligada al sector exportador.
El BCRA vendió US$ 120 millones el martes y acumula un rojo de US$ 900 millones en el mes. La "zanahoria" de Pesce es que está devaluando más rápido el tipo de cambio oficial: cerró en $129,14 con una suba de 23 centavos diarios con respecto al cierre del lunes, acelerando la tasa de crawling a 65,2%.
Así busca tentar a que los exportadores se sientan más a gusto con el valor del dólar y vendan. El dilema es que la brecha mata cualquier intento oficial por acercar el tipo de cambio oficial menos retenciones al real precio de la divisa en el mercado alternativo.
Según un informe del IERAL de la Fundación Mediterránea, comandada por Carlos Melconian, se observa un ritmo muy lento de comercialización en el caso de la soja y una baja relevante en las últimas semanas, que tiene que ver al menos en parte con la volatilidad macroeconómica (tipo de cambio).
De venderse casi 800.000 toneladas semanales de soja en mayo, se pasó a 540.000 en las últimas 5 semanas (4 semanas de junio y 1 de julio), es decir, se redujeron en 32% los volúmenes comercializados. A fines de junio sólo el 27% de la cosecha de soja estaba comercializada, cuando el patrón histórico ubica este porcentaje en el 45% para esa misma fecha.
De mínima, la gran apuesta del BCRA es que antes de septiembre aflojen los pagos de energía, para poder flexibilizar el cepo a importaciones en su estrategia de “micromanagement”.
Según el consultor Fernando Marull, es posible cumplirla, incluso teniendo en cuenta que la liquidación del agro es estacionalmente baja en esta época del año.
- Según cálculos de FMyA, en GNL hasta ahora se importó 42 buques a un precio promedio de US$ 28 el MBTU, que costaron US$ 2.900 millones. Entonces, aún faltan 13 buques, que a un precio actual de US$ 38, faltarían todavía US$ 1.100 millones por importar.
El dilema es que con reservas muy bajas, cualquier erogoación es más cepo para el sector privado si no aumenta la liquidación de divisas, algo que parece cada día más complicado.
El BCRA finalizó ayer con ventas por segunda rueda consecutiva. La autoridad monetaria se desprendió de US$ 120 millones en el MULC. Según distintas fuentes del mercado, la demanda de pagos de importación de energía superó US$ 100 millones. Ahora, el saldo mensual del BCRA en el MULC se ubica en US$ 906 millones (negativo) y el anual está US$ 954 millones arriba, pero lejísimo de su marca de 2021 (US$ 7.427millones).
Según cálculos de FMyA, hasta ahora se importaron 42 buques de GNL a un precio promedio de US$ 28 el M/BTU, que costaron US$ 2.900 millones. Aún faltan 13 buques que, a un precio actual de US$ 38, insumirían US$ 1.100 millones del BCRA.
LOS DATOS
-32%
Se observa un ritmo muy lento de comercialización de la soja y una baja relevante en las últimas semanas, que tiene que ver al menos en parte con la volatilidad macroeconómica (tipo de cambio). “De venderse casi 800.000 toneladas semanales de soja en mayo, se pasó a 540.000 en las últimas 5 semanas (4 semanas de junio y 1° de julio), es decir, se redujeron en 32% los volúmenes comercializados. Nótese que a fines de junio sólo el 27% de la cosecha de soja estaba comercializada, cuando el patrón histórico ubica este porcentaje en el 45% para esa misma fecha”, dijo Juan Manuel Garzón de la Mediterránea en un informe.
11,4 M
Al cierre de junio se llevaban comercializadas unos 11,4 millones de toneladas de soja del ciclo 2021/22 (precio cerrado): aproximadamente el 27% de la cosecha total. A esa fecha quedaba sin comercializar el 73% de la producción, la cifra más alta de las últimas 15 campañas.
