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Petróleo: la crisis productiva que oculta Vaca Muerta

Todas las cuencas sufrieron fuertes caídas de producción en la última década, con excepción de la neuquina

Dejando de lado Vaca Muerta, queda en evidencia que la gran mayoría de los pozos petroleros del país están en declive
Dejando de lado Vaca Muerta, queda en evidencia que la gran mayoría de los pozos petroleros del país están en declive
20 junio de 2022

Por Mariano Zalazar

El sector petrolero argentino está en crisis y se trata de una crisis que va mucho más allá de la escasez de gasoil que afecta a 21 provincias. La falta de inversiones, las ineficiencias estructurales y el declive natural de los pozos convencionales marcan un camino sinuoso que solo es posible recorrer gracias al aporte invaluable de Vaca Muerta.

Un simple repaso de las estadísticas de la última década permite entender qué está pasando realmente. Según datos publicados por la Secretaría de Energía de la Nación, cuatro de las cinco provincias que lideran la extracción de crudo en el país disminuyeron sus niveles de producción en la última década.

  • Chubut, por ejemplo, que hace diez años se posicionaba como la mayor productora de crudo, pasó de extraer 9.491.729 m3 en 2011 a 8.127.342 m3 en 2021. La baja de casi 1,4 millones de m3 se dio de forma progresiva y representó una retracción de 14,4% de punta a punta. Es aun mayor la caída que se produjo en Santa Cruz (-29,9%), Mendoza (-33,3%) y Río Negro (-41,4%).
  • Entre las cuatro provincias mencionadas dejaron de producir  5,6 millones de m3 anuales de crudo en el período analizado. En contraparte, Neuquén incrementó 69% su producción anual, pasando de 6.737.645 m3 en 2011 a 11.384.461 m3 en 2021 (4.646.816 m3 más). 

En resumen, la formación Vaca Muerta por sí sola compensó casi la totalidad de la caída producida en las demás provincias, aunque no la totalidad. Lo que está claro, es que si no fuera por el petróleo extraído en la cuenca neuquina, Argentina estaría en una situación aún más delicada.

Por qué se extrae menos

Hay varios factores que explican por qué se está extrayendo menos crudo en Argentina. Dejando de lado Vaca Muerta, queda en evidencia que la gran mayoría de los pozos petroleros del país están en declive.

¿Cómo se revierte la curva de caída? Hay dos caminos: o se invierte para mejorar los métodos de extracción de los pozos que ya están perforados, o se invierte para encontrar nuevos reservorios y perforar nuevos pozos. De cualquier manera, el camino es invertir, pero como los números lo demuestran, todos los huevos se están poniendo en la misma canasta.

Alejandro Einstoss, economista del Instituto Argentino de la Energía General Mosconi (IAE), explicó que la mayoría de los pozos que existen en Argentina son convencionales (se extrae el crudo mediante procesos menos complejos y más económicos), pero se encuentran en proceso de declive. Eso no significa que el país esté condenado al déficit energético, pero sí que debe trabajar mucho para sostenerlo.

La producción convencional cae estructuralmente cuando no se repone el petróleo y el gas que se extrae. Es lo se llama 'índice de reposición de reservas'. Ese es el caso de Argentina, donde la producción de petróleo y gas convencional cae en todas las cuencas, incluida la Neuquina, que compensa con la producción no convencional de Vaca Muerta”, comentó el especialista.

Einstoss lo plantea de forma muy clara: la única forma de retomar los índices crecientes de producción, es explorando y perforando nuevos pozos. “El problema, es que desde la privatización de YPF Argentina abandonó la exploración, principalmente la de la zona marítima. Fue una buena noticia la licitación que lanzó el Gobierno de Mauricio Macri al cierre de su gestión, pero fue un caso aislado”, advirtió.

“Si uno no busca, no encuentra. Fuera de Neuquén, hoy se invierte solo para estirar la vida útil de los pozos convencionales. Todas las fichas están puestas en el no convencional de Vaca Muerta. No está mal, pero eso hace que el costo de la energía en Argentina crezca tendencialmente, porque la extracción no convencional es más cara que la tradicional”, sostuvo el economista del IAE.

Pablo Maccari, gerente de operaciones de una compañía de torre, explicó que los pozos convencionales se resuelven con operaciones más rápidas, con sistemas y equipamientos de bombeo menos elaborados.

“Todo lo que hace referencia a 'no convencional' requiere más controles, mayores costos, más tecnología e infraestructura, tanto en el pozo como en la superficie”, remarcó.

Einstoss se mostró de acuerdo con el análisis y agregó que en Vaca Muerta, por ejemplo, los pozos tienen una vida útil relativamente corta. “Eso exige que haya que estar perforando constantemente y los costos se hacen muy altos”, insistió.

La economía no ayuda

Como indicaron los especialistas, el negocio petrolero argentino hoy se concentra en los métodos de extracción no convencional, principalmente en Vaca Muerta. El problema, no es ese, sino que se está invirtiendo poco en las demás cuencas y los pozos ya existentes no parecen tener mucha vida útil garantizada.

Ahora bien, resta analizar cuáles son los motivos por los que las inversiones no llegan. José Vargas, economista y director de la consultora Evaluecon, indicó que más allá de la tentación que implica destinar los recursos a Vaca Muerta -donde se tiene la seguridad que hay crudo- las condiciones macroeconómicas no fomentan la exploración en el resto del país.

“Si hablamos de inversiones de respuesta rápida, como las que se hacen para revertir pozos convencionales, nos encontramos con un escenario desfavorable, debido a que en Argentina se paga el crudo a un valor mucho más bajo que el precio internacional (el Brent hoy ronda los U$S 113). Además hay un atraso en el precio de los combustibles y la presión tributaria es alta”, comentó.

“Si pensamos en inversiones de largo plazo, como la exploración, nos encontramos con un escenario de mucha incertidumbre. No hay reglas claras que permitan garantizar el sostenimiento del negocio, más allá de que el crudo sea un sector de por sí riesgos. El Gobierno debe trabajar sobre esos puntos para dar vuelta la curva productiva”, remarcó.

Einstoss coincidió con el análisis. “El cambio de reglas de juego no ayuda. Además, la existencia del barril criollo demuestra una falta de política de fijación de precios. Al no haber un patrón, todo pasa a depender de la capacidad de lobby o lo permeable del gobierno de turno. Este contexto puede perjudicar o beneficiar a la industria en un momento determinado, pero hay mucha incertidumbre”, subrayó.

Por otro lado, el economista del Instituto Mosconi destacó que las inversiones en bienes de capital son fundamentales en el negocio del crudo no convencional y opinó que, si la macro no ayuda, los costos de las empresas se vuelven mucho más altos e impredecible.

Pese a esto, las economistas Noelia Fabero y Jésica Doba, de Fundación Ideal, plantearon que a nivel nacional el sector petrolero planea, para 2022, un crecimiento del 34% en las inversiones declaradas en dólares respecto a las realizadas durante el 2021.

“Las inversiones de las provincias declaradas verán un crecimiento mayor, cerca del 70% respecto a las realizadas en el 2021. Esto sería un gran impulsor para el sector, aunque en los últimos años el porcentaje de ejecución de las inversiones proyectadas se encuentra entre el 60% y el 80%”, apuntaron. 

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